Francisco Garfias
Arsenal
Quedó claro en el comunicado final de su visita a México que Jennifer Granholm, secretaria de Energía de EU, no vino a hacerle el caldo gordo a la 4T, sino a advertir sobre el impacto negativo que tendría la reforma eléctrica en la cooperación entre los dos países. Y no es que Granholm sea la versión estadunidense de Greta Thunberg, dos veces nominada al Premio Nobel por su defensa del medio ambiente, sino porque pone en riesgo cuantiosas inversiones privadas de ese país en México.
Según el comunicado, la polémica reforma también podría obstaculizar esfuerzos conjuntos de Estados Unidos y México en materia de energía limpia y clima. Pero AMLO se aferra. Su iniciativa propone limitar a 46% la inversión privada en la generación de electricidad; elimina los órganos autónomos de energía –CRE, CNH y Cenase–; cancela contratos previos y prioriza plantas fósiles de la CFE sobre las renovables de privados.
La embajada de Estados Unidos no se quedó atrás. Difundió otro tuit de la secretaria de Energía que dice textual:
“En cada reunión transmitimos expresamente las preocupaciones reales de la administración Biden-Harris sobre el potencial impacto negativo de las reformas energéticas propuestas por México a la inversión estadunidense”.
El tono está lejos, muy lejos, de los comentarios optimistas que hicieron el presidente López Obrador y funcionarios de su gabinete sobre la reunión con Granholm. “Fue una reunión cordial. Prevaleció el respeto y la voluntad de cooperación”, dijo el primer mandatario. Pregunta: ¿Está dispuesto a retirar la reforma eléctrica en sus términos en aras de esa “voluntad de cooperación” que presume? Lo dudo.
* Shell nunca se agandalló, ni trató de abusar”, aseguró, en enlace con la mañanera, el agrónomo Octavio Romero, director de Pemex, al comentar la adquisición de la refinería de Deer Park, en Texas. Va una pregunta que se contesta sola: ¿Si fuera negocio Deer Park, la petrolera británica la hubiese vendido a Pemex?
Ya sabemos que Pemex pagó 596 millones de dólares para hacerse de control total de la refinería que, según el discurso oficial, nos va a dar “autonomía energética.” El valor de la operación por los activos de la refinería es de 596 millones de dólares, equivalente a 50% de la participación de Shell en la deuda de la sociedad. “Adicionalmente se liquidó la deuda remanente por los 596 millones de dólares que corresponden a 50% de la participación de Pemex. Los recursos para la operación fueron cubiertos por el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin)”, apuntó un comunicado de Pemex.
*Penosa historia. Porfirio Muñoz Ledo le dijo a Elisa Alanís, de Milenio, que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández –a nombre del Presidente– le ofreció la embajada de México en Cuba.
Pero AMLO dijo ayer en la mañanera que no tiene información sobre ese ofrecimiento. ¿A quién le creemos?
El expresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, de 88 años, puede ser todo menos fantasioso. Lo conozco hace décadas. ¿Qué necesidad tendría de inventarse una historia semejante, involucrar a terceros y correr el riesgo de quedar en ridículo? En cuanto a YSQ, todos sabemos que no vacila en recurrir al engaño cuando requiere acomodar la realidad a los “otros datos”.