Yuriria Sierra
Nudo gordiano
“Pues está mal, porque el Presidente ha dicho que no es obligatorio, lo ha dicho por televisión, que lo use quien quiera. No creo en eso, ni me he vacunado ni nada, porque es mentira todo eso, no es una pandemia, es un plan que hicieron…”, palabras de la señora Amelia, habitante de Ecatepec. Fue su respuesta a mi compañera Ángeles Velasco, quien acudió a ese ayuntamiento para conocer su opinión sobre la medida, impuesta por el alcalde, para castigar con cárcel a quien no porte cubrebocas en espacios públicos. El aumento de contagios en uno de los cinco municipios más poblados del país orilló a las autoridades a endurecer su estrategia contra la pandemia, que sigue sumando días récord de nuevos contagios. En Orizaba, Veracruz, siguieron el ejemplo, pero allá no es cárcel, es una multa cercana a los 900 pesos. En Jalisco, para ingresar a cualquier centro de diversión: un bar, un restaurante, un casino, se exige, desde el pasado viernes, el certificado de vacunación.
¿Qué habrá pensado la señora Amelia ayer por la mañana, cuando escuchó al Presidente hablar de su experiencia con su segundo contagio de covid-19 y el tratamiento que siguió?: “Y remedios que ya todos sabemos. Se burlan del VapoRub, pero ayuda, sobre todo porque a todos nos gusta que nos acaricien, que nos den una talladita en el pecho, en la espalda, en las plantas de los pies, a los niños, a los adultos, a todos, siempre y cuando quien está haciendo la caricia, pues ya esté libre de covid…”, afirmó López Obrador en su reaparición en Palacio Nacional.
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