La última encuesta de analistas del sector privado del Banco de México refleja el deterioro en expectativas y desafortunadamente no sólo para este 2021, sino para 2022.
Para este año, el promedio de los analistas estima que el PIB crecerá 5.6%, aunque la expectativa del propio Banco de México es aún más baja de 5.4%, y para 2022 el promedio pronostica un crecimiento de sólo 2.8%, muy por debajo del 4.1%, que es la meta del secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
Y tampoco hay un gran optimismo para 2023, con un crecimiento de sólo 2.15% y de 2% para 2024, lo que, de confirmarse, implicaría que Andrés Manuel López Obrador no sólo no lograría su objetivo de crecer al 6% anual, sino que tampoco superaría el promedio de 2% anual de los últimos 20 años, porque, tras la caída de 8.5% de 2020, el crecimiento anual de su sexenio sería inferior al 1.0 por ciento.
La apuesta de Ramírez de la O se basa, por un lado, en el crecimiento de Estados Unidos, el fortalecimiento del sector externo con el T-MEC y, desde luego, en la reactivación de la inversión por parte del sector privado, pero 2022 iniciará con expectativas deterioradas en materia de inflación y crecimiento, con la amenaza de un rebrote de covid-19, como el que se está registrando en los países de Europa por la variante ómicron y con un potencial conflicto comercial con Estados Unidos por la amenaza de estímulos fiscales en la compra de autos eléctricos y la falta de un acuerdo sobre reglas de origen en el sector automotriz.
El mayor reto para 2022 que enfrentará López Obrador será reactivar la inversión del sector privado que, como sostiene el análisis semanal del CEESP, comenzó a caer desde la cancelación del NAIM y ha descendido 12.3% entre el cierre de 2018 y el segundo trimestre de este año.
Alejandro Díaz de León; Julio A. Santaella
Las últimas dos Naranjas Dulce del año son para Alejandro Díaz de León, quien a fin de año concluye su periodo como gobernador del Banco de México, y para Julio A. Santaella, quien dejará la Presidencia del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Entre los logros de Alejandro Díaz de León está la coordinación con el sector financiero, lo que permitió lanzar con oportunidad los programas de apoyo a deudores; la puesta en marcha de la plataforma de Código Digital (CoDi) para contribuir a una mayor inclusión financiera y una total apertura informativa, tan importante como conocer el sentido del voto de los miembros de la Junta de Gobierno el mismo día de las reuniones de política monetaria
En lo que toca a Julio A. Santaella, fortaleció la autonomía del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, mantuvo la calidad de las encuestas, empezando por el Censo General de Población y Vivienda, lo que implicó un gran reto en plena pandemia, y también una total apertura a medios cambiando a las 6:00 de la mañana la difusión de las encuestas del Inegi.
DESPRECIO A LA EXPERIENCIA
El Premio Limón Agrio es para el presidente López Obrador. Aunque el mercado recibió bien los nombramientos tanto de Victoria Rodríguez en Banxico, como de Graciela Márquez en el Inegi, el tache es porque Díaz de León como Santaella merecían ser ratificados, pero López Obrador desconfía de los funcionarios de la administración anterior y valúa más la cercanía con la 4T que la experiencia y la buena gestión.