Lunes, Noviembre 25, 2024
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De vuelta a la plaza

 

Pascal Beltrán del Río
 
Bitácora del director
 

 

Los hechos del domingo en Huauchinango ­—donde ocurrió un portazo en un acto para informar sobre los avances en la entrega de apoyos a damnificados por el huracán Grace— llevaron al presidente Andrés Manuel López Obrador a adelantar el anuncio de que volverá a encabezar actos masivos.

“Vamos a seguir visitando Tlaxcala y yo espero que para la próxima hagamos en las plazas, ya los actos”, dijo en Apizaco, horas después de lo sucedido en la sierra norte de Puebla.

“Abrieron las puertas en Huauchinango, de donde estábamos. Así, entraron, porque la gente ya quiere vernos, que los escuchemos de manera directa y quieren participar. Ya también no quieren que todo sea a través del internet o de la televisión.

“Si terminamos de vacunar, como creo lo vamos a lograr, ya para el 20 de noviembre, plaza pública. Vamos a comenzar en el Zócalo el 20 de noviembre (…) vamos a hacer grandes concentraciones para que todo el que quiera llegar pueda asistir. Asambleas informativas en todas las plazas de México”.

La invasión de damnificados, que se plantaron frente a él para hacer reclamos, le había picado el orgullo. Ayer, durante la conferencia mañanera, en Puebla, el mandatario dio una segunda versión de lo sucedido. Ya no era sólo que tenían ansias de verlo, sino que intervino la “politiquería” local, por parte de organizaciones sociales acostumbradas a fungir como intermediarias entre ciudadanos y autoridades.

Aun así, mantuvo su decisión de volver a llenar las plazas, como en sus tiempos de campaña.

Ante eso, unas reflexiones:

1) El principal resorte de López Obrador es su popularidad. Ayer fue muy enfático en decir que la gente del pueblo lo respeta mucho, a diferencia de “los de mero arriba”. No puede permitir que prevalezca la impresión de que no es bien visto por su base. Por eso, incidentes como el bloqueo que sufrió en Tuxtla Gutiérrez, el 27 de agosto, y Huauchinango —ocurridos, por cierto, en dos estados que gobierna Morena— tienen que tener una explicación pública distinta. O quienes lo impugnan son “adversarios” o son personas desesperadas por verlo.

2) Las fallas del equipo que protege la integridad del Ejecutivo son evidentes. Ni en Tuxtla Gutiérrez ni en Huauchinango funcionó la inteligencia que debe acompañarlo en sus traslados. Nadie avisó de las tensiones que había en los lugares donde se presentaría. No hubo un manejo adecuado del escenario para evitar el riesgo que se vivió. Aquí no se trata solamente de cuidar a López Obrador —quien, se sabe, procura estar cerca de la gente—, sino la institución presidencial.

3) El retorno de los actos masivos anunciado por el Presidente supone problemas. De salud, porque, si bien estamos en el descenso de la tercera ola de covid, el riesgo de contagio no ha cesado. De concordia, porque el efecto de la plaza es incrementar la polarización. Entre los seguidores y los adversarios del Presidente, pero también en su propio equipo, porque será inevitable que surjan en esos mítines los gritos de ¡pre-si-dente! ante la presencia de uno o varios correligionarios o colaboradores suyos que pretenden sucederlo.

4) ¿Qué problemas se resolverán con esos mítines (porque ésa es la palabra para describir dichas reuniones, que no “asambleas informativas”)? ¿Mejorará la seguridad pública? ¿Se crearán empleos? ¿Se reducirá la brecha económica entre los mexicanos? Nada de eso. El propósito aparente será que el Presidente se sienta arropado. Y agregar a las conferencias mañaneras y a los informes de gobierno trimestrales otra aparición pública del mandatario.

 BUSCAPIÉS

“Nada más que no le piensen mucho”, me dijo ayer en Imagen Radio el aspirante presidencial Enrique de la Madrid luego de que su partido informó que sus legisladores estarán “reflexionando y analizando los alcances de la propuesta” presidencial en materia eléctrica. Para el exsecretario de Turismo están claros los efectos perniciosos de la iniciativa: energía más cara y más sucia, menor inversión y capacidad de crear empleos, pérdida de confianza en el país e impugnaciones ante paneles internacionales por parte de socios comerciales.