Enrique Aranda
De naturaleza política
Lo que uno ve rojo, otra lo ve naranja. ¡De locos!
Ahora sí que por paradójico que resulte, nada parece más obvio que, en el peor momento de la llamada “tercera ola” de la pandemia, cuando el número de contagiados amenaza escalar a niveles insospechados, la escasez de fármacos —especialmente oncológicos— tiende a acentuarse y el total de mexicanos en situación de pobreza y pobreza extrema reportan alzas explosivas, el gobierno de la 4T optó ya por la difusión de montajes y/o distractores, propios o ajenos, con el propósito de ocultar una realidad que lo exhibe y molesta…
A la vista los últimos registros de infectados por la nueva variante de covid-19, que un día sí y otro también amenazan con superar el récord de 22,339 en 24 horas reportado el 21 de enero, en efecto, o —al margen la falaz y cada vez más irrisoria afirmación de que (él) “tiene otros datos”— el cuestionante informe del Coneval según el cual 3.8 millones de ciudadanos más que al inicio de la actual administración carecen hoy de capacidad para satisfacer necesidades básicas propias y de sus familiares, el manifiesto desinterés oficial en ello no hace más que acentuar la molestia hacia el gobierno de Andrés Manuel López Obrador que, por su parte, no hace más que alentar el divisionismo y la polarización social.
Sólo ver el manejo faccioso que hacen el tabasqueño y afines de la crisis detonada con la abrupta remoción del impresentable José Luis Vargas de la presidencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial federal para ilustrar lo dicho: una crisis, ajena en este caso, que como en su momento la “primera ola” de covid, a decir del amigo Francisco Cárdenas, viene “como anillo al dedo” al régimen para intentar desviar la atención de la población ante la creciente escalada de toda suerte de problemas en el ámbito de la salud, económico y de seguridad, por sólo mencionar algunos.
Igual tratamiento habrán de recibir otras muchas coyunturas políticas y/o sociales que, en próximos días y hasta el final del sexenio, ofrezcan abonar a evitar que, tanto las “aspiracionistas” clases medias, como el pueblo “bueno y sabio”, cobren conciencia de la “triste realidad” producto de la fallida gestión de la 4T.
Al tiempo, entonces…
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ASTERISCOS