Lunes, Noviembre 25, 2024
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Estado de terror

 

Pascal Beltrán del RíoBitácora del director
 

 

Desde hace al menos siete años, los dueños de giros negros pusieron precio a la cabeza del padre Marcelo Pérez Pérez, párroco de Simojovel, Chiapas.

“Comenzaron con 200 mil pesos, luego lo subieron a 400 mil y después a un millón”, ha relatado el propio sacerdote.

La razón: su oposición a la operación de cantinas y prostíbulos, cuyos dueños, asociados con el poder político local, los utilizan para distribuir drogas.

Para crear conciencia sobre el problema que representa la delincuencia organizada en la región de Los Altos, el padre Marcelo ha organizado varias peregrinaciones a Tuxtla Gutiérrez. Las continuas amenazas contra su vida llevaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a dictar medidas cautelares en su favor en 2016. “Si no fuera por el apoyo internacional, yo probablemente no estaría vivo”, me dijo ayer en entrevista para Imagen Radio.

Este religioso indígena es una de las figuras más visibles en medio del “estado de terror” que se vive en el vecino municipio de Pantelhó, de donde unas tres mil personas han tenido que huir por la violencia desatada por el crimen organizado.

Como Gilberto Vergara, el párroco de Aguililla, Michoacán, el padre Marcelo se ha convertido en la voz de una población asolada por los criminales, particularmente Los Ciriles, el brazo armado del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Sin ambages, Pérez señala a la planilla ganadora de la elección del 6 de junio en la demarcación de estar coludida con el narcotráfico. “Es algo que el gobierno sabe y que el PRD sabe”, afirmó en la entrevista, refiriéndose al partido que postuló al alcalde electo de Pantelhó, Raquel Trujillo Morales, esposo de la actual presidenta municipal.

La campaña en Pantelhó fue marcada por el miedo, ha denunciado el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, opinión con la que coincide el padre Marcelo.

De acuerdo con diversos testimonios, el crimen organizado presionó para que ganara la planilla perredista. Esto es algo sobre lo que he tratado de hablar con el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano, por quien tengo respeto, pero me ha mandado decir que no está enterado.

En mi opinión, el partido debiera atender las denuncias que se están presentando. La captura de instituciones y territorios por parte del crimen organizado es un problema que debiera unir a la clase política con un sentido de Estado.

El presidente Andrés Manuel López Obrador también desdeña la situación explosiva que se está dando en los Altos, donde el 5 de julio fue asesinado Simón Pedro Pérez López, activista de la organización social Las Abejas.

El martes, en su conferencia mañanera, el mandatario descalificó al grupo de autodefensa El Machete, que se formó con el propósito explícito de proteger a la población, diciendo que o es parte de una disputa de grupos caciquiles o se trata una organización delincuencial más.

Pregunté sobre esto al padre Marcelo. “Él está criticando el efecto, no la causa”, me respondió. “No dijo nada sobre el crimen organizado ni sobre la ausencia del Estado, que significa campo libre para el crimen organizado. Para lavarse las manos, critica al grupo de autodefensa. Sabemos que es ilegal, pero a las comunidades no les quedó otro camino que defenderse”.

Agregó: “Si el gobierno federal y el estatal no toman en serio lo que sucede en Pantelhó, surgirán otros autodefensas. Tiene razón cuando dice que nadie puede tomar la justicia en sus propias manos, pero aquí hay más de 200 ejecutados por el crimen organizado, asesinatos cobijados por la corrupción de las autoridades”.

De nada sirve denunciar, abundó, porque “hacen caso omiso”. Y ejemplificó su dicho con el homicidio del tendero Mario Ruiz, por vender productos a los habitantes de San José Buenavista Tercero, una comunidad de Pantelhó que se ha resistido al dominio de los criminales y vive sitiada.

“Lo mataron el 3 de julio. Y, al día siguiente, regresó el asesino, con uniforme de la policía municipal, a preguntar a sus familiares si habían presentado denuncia. Si lo hubieran hecho, también los habrían matado. Eso es lo que estamos viviendo”.