NYT tenía razón: fue Marcelo

Lo único que vino a confirmar el dictamen de la empresa noruega Det Norske Veritas, sobre las causas del derrumbe en la Línea 12 del Metro, es que el New York Times tenía razón al culpar a Marcelo Ebrard de la tragedia, que en mayo pasado dejó 26 muertos y 105 heridos.

Aunque es el primero de tres informes del caso, los peritos noruegos determinaron que el colapso entre las estaciones Olivos y Tezonco se debió a deficiencias en la construcción, como falta de pernos en trabes, uso de diferentes tipos de concreto y soldaduras mal ejecutadas, entre otras.

En síntesis, el tramo elevado se vino abajo debido a fallas estructurales. No se respetaron los planos; se construyó con materiales diferentes a los previstos y falló la supervisión.

Todas las dudas planteadas por el peritaje de DNV apuntan a Marcelo, quien de entrada ya no se quitará ese golpe. Porque, aunque faltan dos informes sobre la operación, rehabilitación y mantenimiento de la Línea Dorada, de todos modos hubo fallas graves en su construcción.

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En 2014, con menos de dos años de operación, Miguel Ángel Mancera decidió parar 11 estaciones ante el riesgo de accidentes. Incluso, la empresa francesa Systra advirtió desde entonces de deficiencias en la construcción, lo cual confirma el informe danés de ayer.

Hasta aquí, técnicamente, todo apunta a Ebrard, pero políticamente también, luego de que en su mañanera de ayer el Presidente López Obrador reiteró su apoyo a Claudia Sheinbaum, y ante la pregunta de si el canciller estaba descalificado para el 24, el tabasqueño dijo que había más opciones.

O sea, no lo apoyó.

Pero faltan dos reportes, el siguiente será el 14 de julio, sobre los trabajos de rehabilitación hechos en la Línea 12. Estos trabajos los hizo Mancera, a quien, obviamente, se quieren llevar entre las patas.

Y le podrán echar la culpa, pero los peritajes señalan que la obra original estuvo mal hecha y, aunque Marcelo no fue el constructor, sí era el responsable del magno proyecto y por eso es culpable.

A lo mejor se salva de acciones legales, sobre todo porque la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, que llevará el caso, está a cargo de Ernestina Godoy —plegada a Claudia— y seguramente le perdonarán una sanción penal… pero no política.

Y ojo, porque en el reporte de ayer los noruegos dejaron asentado que durante la inspección visual de la Línea 12 no se observaron defectos importantes en las vías y carriles, lo que dejaría a salvo a la jefa de Gobierno y su escudera, Florencia Serranía, quien, por cierto, no ha aparecido.

Aunque Sheinbaum anunció la creación de un equipo especializado para rehabilitar la Línea Dorada, con eso de que ni los pernos completos le pusieron a las trabes, a ver quién se anima a subirse sin antes rezar al menos un Padre nuestro.

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CENTAVITOS

Regresando a la grilla poselectoral en la capital, una vez más Claudia muestra su falta de oficio político al batear la propuesta de los alcaldes de oposición, que ganaron el 6 de junio, para elaborar una agenda conjunta en beneficio de la ciudad, algo que la ciudadanía vería muy bien. En lugar de ello, los remitirá con el secretario de Gobierno, Manuel Suárez del Real, quien es buena persona y muy listo, pero no es el que decide. Prueba de ello ha sido la mala comunicación de la administración capitalina con los actores políticos de la CDMX, lo cual, desde luego, influyó en la grave derrota de Morena. Ya la buscaron; si no quiere, allá ella, pero esos alcaldes controlarán más de la mitad del territorio capitalino en 2024.