V U E L O S Número 018 19 / noviembre / 2008
Por Manuel de Atocha Rodríguez Larios
ABORTO
VUELO DE PRELUDIO.- La Iglesia Católica, desde hace más de un milenio ha sostenido que el ser humano inicia la vida desde el momento mismo de la concepción, y aunque desconocían los mecanismos científicos de la convergencia de factores generadores de la existencia única e indivisible del nuevo ser, en el vientre materno, su sabiduría determinó proteger esa vida. Hoy gracias a la ciencia sabemos que un espermatozoide fecunda un óvulo proveyendo factores genéticos contenidos en las cadenas helicoidales del ADN. Así se combina la información genética del padre y de la madre imprimiéndole al nuevo organismo características aportadas por ambos, pero dando por resultado un ser con cualidades propias, diferentes y únicas. La Iglesia, pues, considera al embrión como un organismo humano completo con vida y personalidad propias en etapa de desarrollo, solo que chiquititito. Por lo tanto interrumpir su gestación es quitarle la vida a un ser humano.
VUELO DE ANÁLISIS.- Soy católico y corro el peligro de que se me pueda tachar de anticuado e ignorante porque comparto la misma tesis que la Iglesia Católica: acepto que el óvulo a partir de su fecundación, tiene cualidad de vida humana. Entonces habríamos de preguntarnos: ¿No contiene todos los atributos de ser humano ese microscópico corpúsculo, esa “simple célula” cuyo mapa genético es exactamente igual al que tendrán todas sus células cuando sea un hombre o mujer, capaz de amar, sufrir y tomar decisiones sobre sus actos presentes o futuros? Si potencialmente está destinado a multiplicarlo y trasmitirlo a su vez ¿No es entonces un individuo viviente?
VUELO DERECHOSO.- Independientemente de que el articulado de la Constitución los incluya o no, hay derechos inalienables e irrenunciables de los seres humanos tales como el derecho a la libertad, al respeto y a expresar sus ideas; pero el básico, sin el cual los demás no existirían es el Derecho a la Vida. Sin duda cada quien tiene libre albedrío para tomar decisiones sobre su propio cuerpo y mantenerse limpio o mugroso, alimentarse o dejar de nutrirse, ponerse piercings, tatuajes o drogarse, o superarse constantemente o vestirse con harapos o trajes Versace. Entendido, SU cuerpo.
VUELO LEGALOIDE.- Al llegar a este punto debemos admitir que el embrión humano, después el feto y después el bebé son etapas como la que recorrerán después con el amamantamiento, los dientes de leche, la muda y posteriormente la pubertad manifestada por atributos sexuales secundarios. La Constitución mexicana no garantiza explícitamente el derecho a la vida de los fetos humanos por lo que los derechos de los bebés son pisoteados con base en una omisión legaloide que ahora se defiende con la falacia del derecho de la mujer sobre su propio cuerpo, pero este derecho no implica derechos sobre el cuerpo de otra persona y un bebé aunque sea muy, muy pequeñito, es otra persona. De ahí derivan los terribles traumas sufridos por todas las madres víctimas de abortos inducidos, que necesitan largos y profundos tratamientos psicoterapéuticos, pero aún así, en la subconciencia quedan marcadas para siempre.