Ha llegado de nuevo el día de la nochebuena, con felicidad para unos y tristezas para otros, hoy la gente se vuelve más sensible, para bien unos, para mal otros, y según la tradición de cada familia buscaran reunirse y cenar juntos, como tal vez hace mucho no lo hacían; y todo lo que hoy se haga servirá para que los niños vayan formando recuerdos para cuando lleguen a adultos, repetir las tradiciones o como sucede muchas veces, para no repetirlas.
Y bailaran y cantaran en muchos hogares y Santa Claus llegará a entregar los regalos navideños a muchos niños que en su inocencia enviaron varias cartitas, solicitando sus regalos soñados; muchos de los solicitados nunca llegaran.
Lo que me lleva a una navidad en que Santa Claus no me trajo lo que le había pedido, y hasta escucho las maldiciones que dije en su contra, porque era tal mi coraje que no quise escuchar a mi madre explicándome que Santa tenía que traerle juguetes a muchísimos niños y en mi casa un mes antes habían nacido cuatas para llegar a 8 hermanos; estaba pesado el bulto que tenía que cargar sólo en mi casa y todavía llegaron 2 más en los años siguientes, pero ya para entonces yo era el ayudante principal de Santa.
Recuerdo aquella navidad con tristeza porque mi madre sufría al verme tan desconsolado por la falla tan grande de Santa Claus, y sus ojos se humedecían ante la impotencia de no poderme complacer; y es que yo le pedí una bicicleta y no cualquiera, quería una “de carreras” que por lógica era más cara y esa navidad las condiciones económicas no andaban muy bien que digamos; pero al año siguiente Santa me cumplió, pero, yo ya era su ayudante, ya no hubo la ilusión de niño ni la agradable sorpresa de ver lo que me trajo desde el Polo Norte. Para colmo esa madrugada del 25 de diciembre llovió fuerte y hasta una semana después pude estrenar la bicicleta Saeta color oro con cambios.
Hoy, mis nietos ya son hombres y mi nieta ya tiene su familia, mi bisnieto apenas tiene un año y medio de manera que no veré caritas de sorpresa y alegría en mi casa.
Seguramente en millones de hogares esta noche no llegará Santa, con ellos llegaran los reyes magos al amanecer del 6 de enero, es la costumbre en México, ya que pasada la noche buena los precios en las tiendas bajaran y podrán los muy pobres comprar los regalos para sus hijos.
Esta noche habrá familias muy visitadas, sobre todo aquellas en las que hay un político suertudo como Mario Zamora Gastélum cuyo padrino es nada menos que José Antonio Meade, el futuro presidente de México, y a Zamora le esperan por lo menos seis años de vacas gordas, Dios mediante. Obviamente que a los amigos de Mario también les irá muy bien, por lo tanto, habrá varias caras alegres y seguramente la de Vargas esta noche será larga y triste.
Pero como decía mi abuelita, “así es la vida…..vals.”