Por Juan Francisco González Iñigo.
JORGE LUIS BORGES (BUENOS AIRES, 1899- GINEBRA, 1986), LITERATO ARGENTINO: “EL TEMA DE LA ENVIDIA ES MUY ESPAÑOL. Los españoles siempre están pensando en la envidia. Para decir que algo es bueno dicen: Es envidiable”.
FERNANDO DÍAZ PLAJA (BARCELONA, 1918- MONTEVIDEO, 2012), ESCRITOR E HISTORIADOR ESPAÑOL: «La envidia es el único “pecado”, utilizando la expresión cristiana, que hace más daño a quien la siente que al envidiado en sí. El envidiado posee dones, propiedades, inteligencia o vida personal que causan esa envidia correosa y amarga que enturbia el ánimo, desasosiega y altera la bilis del envidioso». Escribió, entre otros, el libro El español y los siete pecados capitales (Alianza, 1966), que suma treinta ediciones.
CON EL TÍTULO SUPERAR LA ENVIDIA PARA CONQUISTAR LA FELICIDAD el Padre Francisco Kiko Ugarte impartió una charla hace una semana en el Auditorio Manuel Senderos, por el rumbo de Santa Fe. Es un tema conocido y muy estudiado por el vicario del Opus Dei en México; hace diez años en un rancho de Aguascalientes nos dio una charla sobre el tema, que yo comenté en la LUPA 34 – ENVIDIA, LA MALA Y LA BUENA.
Ugarte, doctor en filosofía y buen deportista, autor del libro El hombre en busca de la realidad (2004), dijo en aquella ocasión que hay una envidia de la buena, la emulación, es decir, imitar con competitividad sana, triunfos y ejemplos positivos observados en otras personas. Dijo que la alegría del mal ajeno es falta de caridad, tras decir que hacer leña del árbol caído, no se diga del erguido, es práctica común en las familias y en los pueblos mexicanos.
Por mi parte, comenté el clásico Los envidiosos (Gedisa, 1991), donde el italiano Francisco Alberoni (Piacenza, 1929) explica por qué el envidioso agrede y llega a insultar. Si bien la envidia de los demás es peligrosa, nuestra propia envidia engendra un peligro todavía mayor. Si en lugar de concentrarnos en nuestra obra, empezamos a pensar en aquellos que tienen éxito, estaremos “fritos”. Si nos concentramos en el trabajo creativo y no miramos hacia fuera, el éxito, cuando llegue—si llega—será un don gratuito.
Además de concentrarnos en nuestras tareas, es importante emular al otro, al que está haciendo las cosas mejor. No se me olvidará un día de julio del 2005, antes de empezar las LUPAS. Con lluvia en Madrid, leí en el Parque El Retiro la reacción de los vascos de la ETA al anuncio del IRA (Ejército Republicano Irlandés) de retirarse de la lucha armada. Decía: “Queremos hablar de la envidia que debiera movilizarnos a emular al IRA para alcanzar también la paz en nuestras tierras. Anhelar el bien no es envidia negativa, es envidia de la buena. ¡Viva el sentido proactivo de la envidia!”.
FRANCISCO UGARTE CORCUERA Y SU MAESTRO, EDUARDO NICOL, ambos doctores en filosofía.
EN ESTA OCASIÓN, DIEZ AÑOS DESPUÉS, el doctor Ugarte, estudioso de Santo Tomás de Aquino, dijo que La envidia es el vicio más común y universal (Cicerón), que Los hombre somos por naturaleza envidiosos (Espinoza), y que Ningún hombre se libra de ella (Schopenhauer). En la Biblia, precisó el Padre Ugarte, por envidia el Diablo hizo caer a Adán y Eva, Caín mató a su hermano Abel, Esaú aborreció a Jacob, José fue vendido por sus hermanos, Saúl intentó matar a David y Condenaron a muerte a Jesús de Nazaret.
Citó a Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864- Salamanca, 1936), el brillante escritor español, para quien la envidia Es la íntima gangrena del alma española. Cito a Séneca: Nunca será feliz el que sufra porque otro es más feliz. Explicó que en El capitalismo el hombre envidia al hombre, y en el socialismo, viceversa. Y eso que la envidia no está asociada con ningún placer. Citó a su maestro en la UNAM, el filósofo español Eduardo Nicol (Barcelona, 1907- DF, 1990), quien frente a la envidia, proponía Gozar lo propio y mirar menos lo ajeno.
Al final afirmó que si la soberbia es la madre de la envidia, la humildad es el antídoto perfecto contra ambos pecados. El humilde aprende a admirar las cosas buenas, la belleza, la inteligencia, la bondad. Admirar es amar, emular es imitar lo mejor del otro…