Síntesis histórica
SÍNTESIS HISTÓRICA DE GUASAVE
Manuel de Atocha Rodríguez Larios
Cronista de la ciudad
El nombre
Se ha discutido mucho el significado y origen de la palabra “Guasave”. Don Héctor R. Olea,
sin dar más explicaciones le atribuye el significado deSementera; Cervantes Ahumada el de
“Milpa en cerco” cuyo significado tampoco documenta. El historiador sinaloense Sergio Herrera y Cairo,
por su parte, estima que Guasave (Huazaba) significa Heredad-con-agua, de “huaza” traducido como
“heredad ” y “ba” con el significado de “agua”, vocablos encontrados en el libro “Arte de la Lengua
Cahita (1), escrito a fines del siglo XVI por el padre Juan Bautista de Velasco, SJ. y reeditado en 1890
por el licenciado Eustaquio Buelna.
La prehispania
Los antecedentes prehispánicos del municipio de Guasave, cuyo territorio está ubicado en la baja
cuenca del río Petatlán, (denominado Río Sinaloapor Pedro de Montoya en 1583), constituye uno de
los enigmas más interesantes de la historia del noroeste de México, pues a lo largo de los últimos
50 kilómetros de esta corriente fluvial se han encontrado suficientes elementos arqueológicos para
establecer que durante el período Azteca II de la civilización mesoamericana, un pueblo de avanzada
cultura de tipo agrícola se aposentó en una superficie no menor a las 20 mil hectáreas de este territorio.
El enigma arqueológico de Guasave
En 1938 el arqueólogo norteamericano Gordon F. Ekholm excavó un panteón precolombino en un
punto distante 4 kilómetros al poniente de la ciudad de Guasave el cual fue registrado en los mapas
arqueológicos de Meso América como Sitio 117. El contenido de esta necrópolis permitió encontrar
un resquicio por donde atisbar tras la cortina de misterio que oculta la civilización que precedió
al pueblo yoreme y habitó los fértiles campos guasavenses en un período que, basándose en la
evolución de su cerámica, se ubica aproximadamente entre el año 800 y el 1450 de nuestra era.
Con base en estos descubrimientos, Guasave, desde 1942 año en que el Dr. Ekholm publicó
su informe denominado Excavations at Guasave, Sinaloa, México, marca la frontera septentrional
de la civilización mesoamericana. Las piezas arqueológicas de barro encontradas en los entierros
son jarras, platos, tazones, ollas y otros objetos todos bellamente decorados; muchos de estos presentan
dibujos que han podido identificarse como similares a los mostrados en la cerámica de las culturas
de la meseta central mexicana, incluyendo la teotihuacana, la tarasca y las culturas de Oaxaca e
Hidalgo. Objetos de cobre, (cascabeles, anillos y placas), concha labrada, piedra y tejidos de algodón,
forman un verdadero tesoro que muestra el adelanto de los ancestros guasavenses. Entre los objetos
encontrados, un jarrón, finamente labrado en alabastro es similar a otro encontrado en la isla de Sacrificios,
Veracruz (2).
Cuando las tropas hispanas llegaron por primera vez al Norte de lo que hoy es Sinaloa, se
sorprendieron de la forma como los pobladores autóctonos cultivaban sus campos y tenían una
estructura social claramente determinada, lo cual, cuatrocientos cincuenta años después pudo
identificarse como la herencia cultural del antiguo pueblo que vivió en las márgenes del río Sinaloa y
que, dedicándose a la agricultura como lo prueba la diversidad de objetos encontrados en el Sitio 117,
especialmente su extraordinaria cerámica policromada, la cual solo pudo ser elaborada en el seno de un
pueblo agrícola poseedora de alto nivel de civilización.