Charles De Gaulle y su hija Anne.
Muy pocos sabían que el General De Gaulle, líder de la resistencia francesa y, posteriormente, Presidente de la República, era un tierno padre con sus tres hijos, pero en especial con Anne, que tenía síndrome de Down. A nadie le dedicó tanta atención y ternura como a su hija Anne, según devela el biógrafo británico Jonathan Fenby, en su libro «The General De Gaulle and the France he saved»
«Anne es mi alegría» La gran referencia afectiva del General era su hija Anne. Lo cuenta el capellán militar que trató a De Gaulle, con el que pudo intimar y ser confidente, al que le transmitió estas palabras: «Para mí, Anne ha sido una gran prueba, pero también una bendición. Es mi alegría y me ha ayudado mucho a superar todos los obstáculos y todos los honores. Gracias a Anne he ido más lejos, he conseguido superarme».
En otra ocasión, De Gaulle se sinceró con el que fue su primer biógrafo, Jean Lacouture, al que le dijo: «Sin Anne no hubiera hecho todo cuanto he podido hacer. Me dio el corazón y el espíritu». Un cariño incondicional. Para su último biógrafo, Jonathan Fenby, «Anne simbolizaba para De Gaulle un cariño incondicional y, aunque las obligaciones parecían impedírselo, su padre siempre estaba cerca». Fenby considera que «aunque De Gaulle tuviera fama de solitario, la familia fue extraordinariamente importante para él».
Anne no podía andar. En esa época el tener un bebé con discapacidad era algo que se escondía, muchos los enviaban directo a institutos mentales donde vivían y morían, otros los mantenían escondidos en casa, sin atención, sin amor, sólo encerrados e incluso a veces amarrados como animales. Charles e Yvonne decidieron mantener su vida familiar en privado, decidieron omitir todos los estereotipos sociales de aquella época, y la vieron como un regalo. Aunque el lenguaje de Anne no llegó más lejos que al lenguaje de una niña, su amor incondicional se convirtió en el centro de la familia de Gaulle. Charles decía que era “su gozo” y que “Ella le ayudó a ver más allá de las fallas de los hombres” Charles e Yvonne crearon un ambiente familiar equitativo, donde los tres niños se sintieran amados y aceptados. Insistían en que Anne siempre viajara con ellos. El general le cantaba canciones y le leía historias, demostrando un afecto y ternura que el realmente no demostró a muchos miembros de su familia. La principal regla de la familia era: Jamás deberían hacer sentir a Anne menos o diferente que a cualquier otra persona. Cuando los nazis iban a llegar a Francia, la señora de Gaulle se armó de fuerza y junto a una enfermera, manejó por horas y se llevó a sus tres hijos a un lugar seguro. El viaje era peligroso tan sólo por traer a una niña de 12 años con discapacidad pero como su hermano escribió un día: “Siempre tenemos que traer a Anne con nosotros, jamás abandonarla. Dios nos la dio y ella se queda con nosotros. Tenemos que cuidarla así como es ella y en donde esté ella” Después de la guerra, el amor que tenían a su hija los inspiró a crear una casa donde le daban bienvenida a mujeres jóvenes con Síndrome Down y otras discapacidades intelectuales, y fue el inicio de la Fundación Anne de Gaulle.
En Febrero de 1948, Anne falleció de una neumonía en los brazos de su padre a los 20 años de edad. “Ahora ella es como los demás físicamente, pero con un alma llena de amor” dijo Charles a su esposa. 22 años más tarde, su padre, fue enterrado bajo la misma lápida en el cementerio de Colombey-les-deux-Eglises. “Su alma ha sido liberada, pero la pérdida de nuestra niña, nuestra pequeña niña sin esperanza, pero llena de amor, nos ha traído un inmenso dolor. Nos reconforta que estará con quien es todo amor.”