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A LOS AMIGOS QUE TENGO.

¡EXTRA! UN AVION CARGUERO DE LA TAMSA SE ESTRELLÓ HOY EN

MÉRIDA. ¡EXTRA!       

 

 

 

Amanecía el lunes 15 de abril de 1957, los gallos desde las cuatro de la mañana ya urgían a las gallinas a levantarse para iniciar el nuevo día, el calorcito ya se sentía en la blanca  Mérida, Pedro Infante todavía aflojerado se resistía a levantarse de su cama, la verdad es que tenía mucho sueño todavía, la noche anterior no había dormido  bien, pero, allá en el aeropuerto ya lo esperaba el Consolídate B24 Liberator matrícula XA-KUN,  deshecho de guerra tetramotor que había sido convertido en avión carguero y que TAMSA había comprado para utilizarlo en su negocio.

Pedro era socio de TAMSA y además como hobby trabajaba a ratos en viajes cortos como piloto, pero en el último viaje México-Mérida demostró que no estaba capacitado para operar aviones como el B24 ya que había tenido un mal aterrizaje que por poco hubiera sido de nefastas consecuencias, motivo por el cual surgió la orden de que ya no pilotara ese avión; eso sí, podía ir como co piloto pero nada más.


Las condiciones climatológicas eran buenas, pero el Capitán  Víct
or Manuel Vidal Lorca lo había citado para salir a las 7 de la mañana y ya era muy tarde y Pedro no se presentaba, por lo que le habló por teléfono para apurarlo. Cinco minutos antes de las ocho de la mañana el avión piloteado por Vidal se encaminaba rumbo a la cabecera, iban con él: Pedro Infante de copiloto, y Marciano Bautista Escárraga de mecánico.

Pidió permiso a torre de control y fue autorizado para despegar, los motores rugieron acelerados a toda su capacidad y luego desacelerados hasta ralentí, y una vez cumplido el protocolo, el capitán Vidal aceleró los motores partiendo de la cabecera poniente con rumbo oriente y cuando el avión carreteaba a 140 nudos por hora empezó a levantarse en un ángulo de 15 grados, un minuto después el tren de aterrizaje fue subido y los flaps iban a colocarse en posición normal al llegar a 1000 pies de altura, el avión debería subir hasta 2,500 pies para hacer un viraje de aproximadamente 100 grados con rumbo norte para enfilarse hacia el golfo de México y ya volando sobre él, hacer los ajustes necesarios para entrar en la ruta autorizada a los cargueros con rumbo al D.F., pero algo sucedió que el piloto perdió el control de la aeronave y sólo los ocupantes de la nave supieron lo que causó que el avión se desplomara, pereciendo sus ocupantes y dos civiles al caer el avión en el patio de una casa de la calle 54 con 87 de Mérida, Yucatán.

Después del accidente han surgido infinidad de teorías para justificar el accidente, desde que el avión estaba mal cargado, que Pedro lo pilotaba y no estaba capacitado para ello, hasta que Pedro había hecho que se cargaran 500 kilogramos de no se dice que, con lo que sobrecargó el avión y que esa mercancía era contrabando.

Unos dicen que era droga y que Pedro tenía que ir en el avión para que la nave no fuera revisada en su destino, que por ello a Pedro le gustaba pilotar, ya que cada viajecito con droga le redituaba en unas horas más que hacer una película y ya sus necesidades eran muy grandes ya que mantenía cuatro casas.

 

 

AVION SIMILAR AL DE TAMSA EN QUE MURIO PEDRO

En fin sólo especulaciones, unas amarillistas para vender la noticia. La verdad quedó oculta para siempre ya que eran muchos los intereses que corrían entonces y ahora, toda vez que aun muerto sigue produciendo ganancias a muchas empresas que cuidan que el culto a Pedro Infante crezca año con año.

Muchos grandes cantantes mexicanos han fallecido pero ninguno es recordado como Infante.  Jorge Negrete, Pedro Vargas, Dr.  Alfonso Ortiz Tirado, también sinaloense, José Mojica  y varios más, fueron en su oportunidad muy famosos, pero hoy en día la juventud no sabe que existieron, en cambio viendo sus películas muchas chamaquitas quinceañeras suspiran por Pedrito Infante y quisieran recibir serenatas como las que él llevaba a sus amores peliculescos.

Infante Cruz dejó una huella muy difícil de borrar en el pueblo mexicano y más en el sinaloense; decía un periodista capitalino a manera de burla: “En Sinaloa todos los hombres se creen Pedro Infante y las mujeres Lola Beltrán.”

EL AMOR SIENDO HUMANO TIENE ALGO DE DIVINO.

Amar no es un delito porque hasta Dios, amó; dice la letra de una de sus populares canciones

 

 

Pedro Infante e Irma Aguirre Martínez, alias Irma Dorantes, la noche del 10 de marzo de 1953 en que “se casaron” en Mérida, Yucatán.

Sólo con ver las caras de ambos se percibe la felicidad que cada quien a su manera sentía, ella consideraba un triunfo que Pedro renunciara a su legitima esposa María Luisa León Rosas por ella, una chiquilla preciosa menor que Pedro16 años, y como María Luisa era mayor que el actor, así que figúrese usted lo que pensaba aquella muchachita de apenas 21 años de edad, pero que era amante del cantante desde por lo menos tres años atrás.

En cambio Pedro, tal vez se sentía feliz porque por lo menos un buen tiempo mantendría quieta a Irma, quien todos los días lo estaba jode y jode con el sonsonete aquel de que divórciate de esa vieja si me quieres de verdad, etc..

 

Muy seguramente Pedro estaba muy enamorado de su pequeña amante, que por entonces ya tenía a Irmita, porque urdió casarse en Mérida y para el efecto no se sabe si algún amigo influyente le consiguió al juez de paz o  Pedro le presentó documentación apócrifa sobre su divorcio con María Luisa León, lo cierto es que de alguna manera Irma tuvo en su poder un acta de matrimonio con la que anduvo presumiendo que era la esposa del cantante.

Tal vez Pedro sabiendo que estaba engañando a Irma y traicionando a María Luisa, tuvo que dar su mejor actuación de su vida, para engañar a todo mundo, ya que varias de sus amistades hicieron viaje especial hasta Mérida, Yucatán, para estar en la boda, que no fue de aquellas en se invita a 500 amistades; nada de eso, fue prácticamente en familia.

Cierto es que Pedrito gracias a sus buenas relaciones con los dueños del Diario de Yucatán logró que no se le diera mucha publicidad al asunto, pero, Irma subsanó esa deficiencia y movió sus influencias para que María Luisa se enterará de que  había ganado la batalla, una batalla iniciada años antes cuando  la chiquilla gustaba de llamarle por teléfono por las noches para decirle que allí en su cama estaba roncando como un lirón su niño Pedrito y le exigía que ya le diera el divorcio; pero María Luisa que no era ninguna dejada le contestaba, que al menos Lupita Torrentera era más decente que Irma y que ni siquiera las dos juntas harían que ella se divorciara de Pedro. Decía Doña María Luisa que con esas palabras “la mataba”.

Un día, uno de los miles de contactos de Doña María Luisa le llevó una copia fotográfica del acta de matrimonio de Pedro con Irma, y ese fue el punto de partida para que un prestigiado despacho de abogados de la ciudad de México, iniciara demanda penal en contra del actor y se instauró un juicio que se llevó 4 años, mismo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación  decidió a favor de María Luisa León con fecha 9 de abril de 1957, declarando nulo el famoso matrimonio de Irma y Pedro. Seis días después murió trágicamente el sinaloense.

 


Hay versiones en el sentido de que quienes manejaban los intereses de Pedro le ordenaron que se mantuviera lejos del D.F., pero que Irma herida en su amor propio como si fuera una leona, le reclamaba a Pedro el haberla engañado y lo amenazaba de que se suicidaría; y gente muy allegada al cantante allá en Mérida dice que mal colgaban el teléfono cuando otra vez Irma le llamaba con nuevas exigencias, lo que sacó de sus casillas a Pedro y decidió atender las exigencias de Irma e ir a México. ¿Fue el amor lo que lo impulsó a tomar esa decisión?.

Tal vez alguien que tenía respuesta para muchas interrogantes fue Jesús Bustillos Salomón, quien era el mejor amigo de Pedro, pero nunca quiso hablar, lo cierto es que salvó su vida cuando el cantante sinaloense lo bajó del avión y lo mandó a recoger una pulsera con incrustaciones de diamantes que le habían elaborado en Mérida para regalarle a María Luisa con quien pensaba entrevistarse la tarde del lunes 15 de abril de 1957 y que Pedro olvidó recoger. ¿Por amor le llevaba ese presente a María Luisa?.


Si nos atenemos al mito urbano, a Pedro le gustaba que le  dijeran el mil amores ya que tenía un imán que atraía a las mujeres de  todas las edades, altas, chaparras, bonita y feas, y él decía que siendo mujer “aunque sea un pedazo de cuero”. Y seguido hacía hincapié en que a todas las quería por igual; por ello es posible que quisiera a la vez a a María Luisa, a Lupita Torrentera y a Irma y vaya usted a saber a cuanta desconocida más.

 

Lo cierto es que él tenía predilección por las jovencitas de entre 15 y 18 años y cuentan que varias “azafatas” de las casas vecinas tuvieron sus que veres con el actor y una de ellas dio a luz a Cruz Infante que cantaba casi casi como su padre y tenía su carisma; lamentablemente falleció también en forma trágica. .

 


  Pedro Infante con su madrecita-

Pedrito  vive en los corazones de los mexicanos y sigue produciendo millonarias ganancias para los dueños de sus películas y grabaciones. Poco actores en el mundo han generado las ganancias que Infante Cruz ha dado a los empresarios que invirtieron en sus películas y que grabaron sus canciones; también, seguramente, muy pocos artistas después de muertos han tenido tantos imitadores como el sinaloense,


Armando Infante hijo de P. Infante

Hoy en Mérida, Yucatán  celebran una fiesta tradicional en el lugar donde cayó el avión en que viajaba Pedro Infante, se regalaran mil tortas de cochinita pibil y allí estarán presentes Armando y Antonio Infante que se dicen hijos del llorado actor.

 

Una de las cosas que más conoce la gente sobre Pedro Infante es su afición al ejercicio, sin embargo es poco conocido que esto se debía a que padecía diabetes y en algunas ocasiones sufría depresión.

En su ponencia denominada “La vida desconocida de Pedro Infante en Mérida”, el investigador y director de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), José Luis Vargas Aguilar, indicó que la pérdida de la agudeza visual era otra de las afecciones que empezaba a padecer el Ídolo de México.

Durante su intervención en el III Simposio sobre Patrimonio Cultural de Mérida, “Historia Costumbres y Protagonistas de la Mérida de Yucatán”, recordó los largos periodos que vivió Pedro Infante en esta ciudad, pero también disfrutaba visitar el puerto yucateco de Celestún; Isla Arenas, Campeche; así como Chetumal y Cozumel, Quintana Roo.

"A Pedro Infante le gustaba mucho hacer ejercicio, es sabido por todos, pero lo que no se conoce mucho es que padecía diabetes y como en aquella época no existían tantos medicamentos para su control como ahora, pues el ejercicio era el mejor tratamiento", agregó.


Antes de su muerte, también presentaba problemas de la vista y una muestra de ello es que en su licencia de piloto se le recomendaba usar lentes.

Y aunque a Pedro Infante nunca se le veía triste, sufría de depresión y cuando esto sucedía, es cuando más frecuentemente venía a Mérida, y este es un dato que prácticamente sólo lo sabía la familia, reveló Vargas Aguilar.

Existen dos momentos en los que esta depresión fue muy fuerte: la primera cuando muere su padre, fue un duro golpe para él; la segunda, con el suicidio de Miroslava, fue una noticia muy impactante para él, entró en una depresión muy fuerte y se refugia en Mérida.

En el caso de Miroslava, su muerte le afecta porque se dice que era una de las contadas amigas que tenía en el medio artístico. Siempre se le vio rodeado de estrellas del cine, pero los consideraba sólo compañeros de trabajo, sus amigos en realidad era gente sencilla: técnicos, pilotos, etcétera.

Vargas Aguilar refirió que otra de las personas a las que Infante quería mucho era Blanca Estela Pavón, “pero no como la gente cree, incluso les inventaron un romance, aunque en realidad era novia del productor Rogelio Gutiérrez, quien también fue productor de Pedro”.

Otra de las anécdotas es que la película La vida no vale nada le dio en 1956 al actor de Guamúchil la estatuilla del Ariel, la cual recibió en su casa, pues no asistió a la ceremonia, ya que al estar nominado en varias ocasiones y no recibirlo, en esa ocasión decidió no ir, ganándosela y recibiéndola en su casa en pijama.

Entregó el Ariel a un pescador

Esa estatuilla es la única que no se sabe dónde está.

Contemporáneos de Pedro Infante aseguraban haber visto cuando el actor le entregaba una figura similar a un pescador de Isla Arenas, por lo que, de existir, la estatuilla podría estar en el fondo del baúl del nieto del pescador, sin saberlo.

Vargas Aguilar indicó que aun cuando se dice que el día de la muerte del cantante y actor era el copiloto de la aeronave, ya en el aire se cambiaron los roles y el piloteaba antes de estrellarse.

El 10 de enero de 1954, Pedro Infante realizó lo que se llamaba un “lunch-cerveza” en esta capital para celebrar el que le hayan otorgado la licencia que lo acreditaba como capitán de vuelo con diez mil millas recorridas.

La fiesta se llevó a cabo en los hangares de TAMSA y a la que asistieron Irma Dorantes, Humberto Prado, así como una persona que recientemente murió y que se llamaba Pastor Cuello, un piloto de esa empresa con el que hizo mucha amistad, entre otros.

 

Desaparecen moto y Mercedes descapotable

Una anécdota más refiere que la motocicleta que manejaba en esta ciudad y que el día de su muerte desapareció de los talleres de TAMSA, fue desmantelada y luego re ensamblada.

Lo mismo sucedió con una Merced descapotable, que no se sabe que sucedió con él.

 


Recordó que sus fuentes provienen de charlas con la “esposa” de Infante, sin precisar nombre; así como con José Ernesto Infante Quintanilla, hijo de Pepe Infante Cruz. Este último, además de ser hermano de Pedro, también fue su doble en cintas como Los tres huastecos.

Uno de los deseos que continuamente hacía público, era el de poder quedarse a vivir en Yucatán junto a Irma Dorantes, pero sus problemas legales, que eran muchos y vinculado a su vida sentimental, se lo impidieron.

En realidad, aunque se dice que se casó tres veces, la única esposa legal que tuvo fue María Luisa León, ya que nunca se pudo unir de manera legal a Lupita Torrentera e Irma Dorantes, finalizó.

 

Como todos los años, algo nuevo se dice de Pedrito Infante, y nadie lo cree, y en Culiacán vive Jesús Bustillos Salomón el gran amigo del actor desde la infancia que fungía como secretario particular de él y que se bajó del avión para recoger en Mérida una alhaja que Pedro regalaría a su esposa ese día. Chuy no ha aquerido hablar, el podría escribir un libro sobre su vida al lado del cantante y se haría  millonario, pero, sigue mudo.

El pueblo sigue cantando sus canciones, oigan estas en el siguiente link:

https://youtu.be/N2OFas4TyA4 

 

Pedro sigue vivo en el corazón del pueblo mexicano.