Miércoles, Enero 29, 2025
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Batalla de aspavientos: El obradorato y las amenazas del bravucón

 

Carlos R. Menéndez Losa, director general de Diario de Yucatán y de Grupo Megamedia

CARLOS R. MENÉNDEZ LOSA (*)

Seguro del poder que le otorgan 77 millones de votos y la inesperada mayoría del voto popular, Donald Trump inicia su segundo mandato cumpliendo de manera agresiva sus primeras amenazas. Asesta duros golpes en la política migratoria y en la lucha contra el tráfico de drogas, y advierte nuevamente que impondría costosos aranceles a México y Canadá.

 

Fiel a su estilo de bravucón, el “presidente del pueblo” busca intimidar a sus vecinos con posibles cargas impositivas del 25% y un despliegue militar amenazante en la frontera sur, además de masivas redadas y deportaciones de inmigrantes latinos. A los cárteles de la droga mexicanos los califica de “organizaciones terroristas” y anuncia un ataque demoledor.

Canadá reacciona con firmeza y advierte que aplicaría medidas similares, lo que disgusta a Trump. En contraste, México responde con tibieza: la “presidenta del pueblo” hace un “llamado a la calma” y pide analizar la situación con “cabeza fría”. El magnate populista la recompensa con elogios en la cumbre de Davos, confirmando su tendencia a premiar la sumisión.

Desde el lunes pasado, vivimos una semana de amenazas y “enfrentamientos” entre dos regímenes populistas que buscan afianzarse en el poder y congraciarse con su “pueblo”. Donald Trump necesita cumplir muchas de sus promesas de campaña y Claudia Sheinbaum debe actuar con prudencia para no poner en riesgo importantes fuentes de financiamiento. 

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No es poco lo que está en juego en ambos lados. Al nuevo gobierno estadounidense le urge mandar una señal de que está dispuesto a frenar la inmigración ilegal y el tráfico de drogas, pero también reconoce la aportación de 37 millones de mexicanos a su economía. Nada despreciables son los 2.6 billones de dólares que generan ni las labores que realizan.

PIES DE PLOMO

En México, el obradorato debe actuar con pies de plomo. La amenazante designación de los cárteles como “organizaciones terroristas”, por las fuertes presiones que enfrenta Trump, podría afectar seriamente la oscura relación del morenismo con el crimen organizado, que aporta millones de pesos al clientelismo populista que mantiene al régimen en el poder.

El impacto del narcotráfico en EE.UU. es devastador. Los cárteles mexicanos, en particular el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación, son responsables de la invasión de fentanilo, peligrosa droga sintética que causa más de 150,000 muertes al año por sobredosis, y la violencia vinculada con su distribución. También controlan el tráfico de migrantes.

 

Trump busca frenar esa invasión y su primer paso —declarar a los cárteles como “terroristas”— inquieta sobremanera al gobierno de México. Se hacen llamados a defender la soberanía ante posibles invasiones militares para combatirlos en territorio mexicano, pero la verdadera preocupación radica en el efecto que esto tendría en las finanzas públicas.

Si México no cumple las exigencias del bravucón, las repercusiones económicas serían graves. Un aumento de aranceles de hasta el 25%, la renegociación del tratado de libre comercio y políticas migratorias más drásticas provocarían fuerte caída en los millonarios ingresos por remesas y exportaciones. El consecuente impacto en los ingresos tributarios sería severo.

Con una deuda pública en niveles peligrosos y un déficit fiscal creciente, por los dispendios del obradorismo durante el año electoral de 2024, las obras faraónicas y los improductivos programas del Bienestar, el margen de maniobra del gobierno se complica. Y se complicaría aún más si Estados Unidos decide sancionar a México por no poner un alto a los cárteles. 

AMENAZAS

El gobierno estadounidense exige a su par mexicano frenar el flujo migratorio ilegal y el tráfico de estupefacientes, dos promesas claves de Trump. Para presionarlo, amenaza con posibles sanciones y emprende agresiva campaña que presenta a los inmigrantes mexicanos como peligrosos delincuentes y a los cárteles como el cáncer que debe erradicarse.

La respuesta inicial del gobierno mexicano se centra en la defensa de los inmigrantes, que en su gran mayoría representan una aportación necesaria a la economía de Estados Unidos. También enfoca esfuerzos en los llamados populistas a defender la soberanía nacional ante las amenazas de invasión del “imperio”. Se evita ahondar en el tema de los cárteles.

Indispensables en sectores como la agricultura, la construcción, el mantenimiento y los servicios, los 37 millones de inmigrantes de origen mexicano llegan a EE.UU. en busca de mejores oportunidades de desarrollo, huyendo en gran medida de la violencia en sus lugares de origen, provocada principalmente por los enfrentamientos entre los cárteles.

 

El gobierno de Claudia Sheinbaum evita profundizar en el narcotráfico, un factor clave en la expansión morenista por todo México, sustentado en el apoyo financiero a campañas y la “estabilidad” que brindan en algunas zonas a cambio de impunidad. Prefiere enfocar esfuerzos en la “defensa” de migrantes con programas populistas como “México te abraza”.

Mientras tanto, miles de inmigrantes mexicanos, víctimas de la confusión al no saber lo que ocurre realmente, gritan con frustración que no quieren volver a su país. Le temen a la violencia del crimen organizado, que ha crecido descontroladamente en los últimos años, y a la falta de oportunidades por el subdesarrollo en buena parte de México.

PRIORIDADES

En Yucatán, la presidenta de la Federación Yucateca de California nos advierte que, con la nueva política migratoria de Donald Trump, se avecina una crisis económica y social para la cual no estamos preparados (bit.ly/40xTpkx). Deplora que el gobernador Huacho Díaz “ande paseando” sin preocuparse por lo que está sucediendo a los yucatecos en Estados Unidos.

Se cuestiona la aparente falta de interés por el conflicto migratorio y se duda de la efectividad del segundo viaje a Europa, “para atraer inversiones”, del nuevo gobernador, a quien acompaña singular delegación de inversionistas de corto plazo encabezados por el embajador plenipotenciario del “clan de los moches”. La impunidad sigue avanzando.

A una semana de la llegada de Donald Trump a la presidencia de EE.UU., podemos afirmar que la posible crisis política y económica entre México y la mayor potencia del mundo apenas comienza a dibujarse. Hasta ahora, solo hemos presenciado una batalla de amenazas y aspavientos, con acuerdos bajo la mesa, entre dos gobiernos populistas que buscan proteger sus intereses.

En las próximas semanas habremos de ver hasta dónde están dispuestos a llegar los líderes de ambos países por defender sus estrategias. Proteger la democracia en México no es precisamente la prioridad de Donald Trump. Tampoco la de Claudia Sheinbaum. Luchar contra el cáncer del narcotráfico, mucho menos. Estemos alertas.-