Bitácora del director
Pascal Beltrán del Río
El nombramiento del senador JD Vance como compañero de fórmula de Donald Trump en la carrera por la Casa Blanca y las especulaciones respecto de que Kamala Harris podría sustituir al presidente Joe Biden como candidata del Partido Demócrata han puesto de relieve la figura de la Vicepresidencia de Estados Unidos.
Pero ésas no son las únicas razones. También lo es la avanzada edad de Trump y Biden, así como el hecho de que alguno de ellos dos gobernará un máximo de cuatro años en caso de ganar los comicios, pues, por haber sido presidentes por un periodo, ya no tienen derecho a la reelección.
De la Vicepresidencia han salido 15 de los 45 hombres que han ocupado la Presidencia de la Unión Americana. Ocho de ellos han alcanzado el cargo luego de la muerte del presidente en turno. El más reciente fue Lyndon B. Johnson, quien sucedió al asesinado John F. Kennedy. Otro más, Gerald Ford, quien llegó a la Casa Blanca tras la renuncia de Richard Nixon. Además, seis han sido elegidos presidentes al final de su periodo o con posterioridad, como es el caso del propio Nixon, así como de George Bush padre y Joe Biden. También ha habido cinco vicepresidentes que han sido derrotados en una elección presidencial, entre ellos Nixon, Walter Mondale y Al Gore.
De ganar cualquiera de los dos candidatos actuales, su vicepresidente –Harris o Vance– se convertirá en una figura poderosa, pues será quien aspire de forma natural a la Presidencia en 2028.
Porque en México el periodo de gobierno dura seis años, no sólo es importante saber quién será el próximo presidente de EU, sino también quién ocupará el Observatorio Naval, residencia oficial de los vicepresidentes desde hace 50 años.
Asimismo, porque los vicepresidentes tienen entre sus funciones una que podría ser relevante para la relación bilateral, pues presiden el Senado y tienen el voto decisivo en caso de empate en esa Cámara, que es clave en la política exterior.
No ha sido raro que los vicepresidentes se hayan encargado de aspectos importantes de la relación de Washington con México. El vicepresidente Bush vino a nuestro país para las fiestas patrias de 1981, pocos días antes del destape de Miguel de la Madrid y en medio de discrepancias entre los dos gobiernos por el apoyo estadunidense al gobierno militar salvadoreño.
El propio Joe Biden, quien visitó 50 países como vicepresidente, estuvo en México en marzo de 2012, cuando conversó con los entonces candidatos presidenciales Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota. Y volvió en septiembre de 2013 y febrero de 2016.
A Harris el presidente Biden le encargó personalmente la atención del tema fronterizo, haciendo énfasis en resolver las “causas de raíz” de la migración indocumentada. Por ello, su visita oficial –y primer viaje al extranjero– en junio de 2021, cuando se reunió en Palacio Nacional con el presidente López Obrador. Sin embargo, en los siguientes años la crisis migrante empeoró y aparecieron otros temas espinosos en la relación con México, como el tráfico de fentanilo y de armas, y a Harris le fue retirada discretamente dicha responsabilidad.
Hoy, como digo arriba, se le menciona como un posible relevo para Biden, quien ha causado pánico en el Partido Demócrata por el deterioro de su estado mental, que lo llevó a tener una muy mala actuación en el debate del 27 de junio con Trump. Aunque el atentado contra éste ha cambiado la conversación, la eventualidad de un relevo no ha desaparecido del todo.
En cuanto al recién nombrado JD Vance, se ha hecho notar –como decía yo ayer en este este espacio– que el senador por Ohio tiene posturas que no son bien vistas en México, como una clara preferencia por una política migratoria dura y posiciones nativistas que podrían complicar la relación bilateral en materia comercial.
A raíz de su destape como compañero de fórmula de Trump, se recordó una entrevista que dio al programa Meet the Press, de la cadena NBC, en junio de 2023, en la que Vance propuso usar la acción militar para combatir a los cárteles mexicanos.
Por éstas y otras razones es importante estar atentos no sólo a quién llega a la Casa Blanca en enero de 2025, sino también a quién ocupa la Vicepresidencia.
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