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Xóchitl y el talón de Aquiles de la 4T

Leo Zuckermann

Leo Zuckermann

Juegos de poder

 

Las encuestas demuestran que, para los electores, el principal problema del país es la inseguridad. Alrededor del 70% opina así. Por eso tiene todo el sentido que la oposición ponga este tema como el central de las campañas presidenciales.

Xóchitl Gálvez comenzó su campaña la medianoche del viernes en una de las ciudades más violentas del país. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, del Inegi, la ciudad con mayor percepción de vivir en la inseguridad de todo el país es Fresnillo. El 96% de sus habitantes mayores de 18 años considera que es inseguro vivir en esa urbe zacatecana.

No es gratuito. En esta ciudad chica de 240 mil habitantes son comunes y cotidianos los asesinatos, desapariciones, secuestros y extorsiones. Para su mala fortuna, se encuentra en una ruta del narcotráfico que se disputan los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.

Los fresnillenses viven con miedo. Los gobiernos no han hecho nada para resolver el problema. La gente no sale por las noches. Muchos se cuestionan si no es mejor irse a vivir a otro lado que quedarse en este infierno.

Ahí decidió la candidata opositora comenzar su campaña, nada menos que a la medianoche. Su sola presencia a esas horas es una señal de voluntad y valentía para enfrentar el principal problema del país.

La participación de una madre buscadora de Zacatecas, Leticia Castañeda, no sólo le dio un toque emotivo, sino dramático, al presentar cifras escalofriantes: “Para el 29 de febrero de este año hay 3 mil 924 desaparecidos o personas no localizadas en el estado de Zacatecas, en Fresnillo solamente son 856; en Guadalupe, 419; en Zacatecas, 417; en Río Grande, 198; en Jerez, 205”.

Obvio, Xóchitl criticó la estrategia del gobierno actual comenzando por el eslogan de “Abrazos, no balazos”. Con ironía, afirmó: “Los abrazos son para los criminales y los balazos para los ciudadanos”. Y presentó algunas propuestas para resolver el problema.

 

 

 

 

 

Celebro que, por primera vez desde el sexenio de Calderón, haya un reconocimiento de que las Fuerzas Armadas no son la solución a la inseguridad y violencia. Ya era hora que políticos mexicanos aceptaran que seguir haciendo lo mismo lleva a los mismos resultados: catastróficos.

Me parece bien que Xóchitl proponga duplicar el número de efectivos de la Guardia Nacional para alcanzar 300 mil, pero con mando civil. Esto contrasta, sin duda, con la necedad de López Obrador y, por extensión, de Claudia Sheinbaum, de militarizar este cuerpo y adscribirlo a la Secretaría de la Defensa Nacional, lo que ya sucede de facto, pero no de jure. “A los civiles lo que es de los civiles, a los militares lo que es de los militares”, dijo Xóchitl apostándole a un nuevo paradigma más policiaco que castrense.

Después de muchos años de estar metidos en este problema, ya sabemos que un elemento fundamental de su solución pasa por la formación de policías estatales serias y profesionales. Así le dieron la vuelta, por ejemplo, a la inseguridad en Coahuila. Por eso, el experto de este asunto en la campaña de Gálvez es el exgobernador coahuilense, Rubén Moreira, quien tuvo excelentes resultados en la materia.

Xóchitl lo reconoce: de ganar, fortalecerá a los gobiernos estatales con recursos y tecnología para enfrentar al crimen, además de apoyar a las policías municipales regresando los fondos federales que canceló AMLO.

Los estados que han logrado resolver el problema han profesionalizado a las policías y mejorado sus condiciones laborales. Gálvez propone aumentarles el sueldo y mejorar sus prestaciones y seguridad social. Es exactamente lo que el país necesita.

Hay más propuestas interesantes. Un acuerdo bilateral con Estados Unidos para una agencia binacional de aduanas con personal civil de ambos países. Hacer de la búsqueda de personas desaparecidas una prioridad nacional. Eliminar el cobro de piso. Suenan bien, pero habrá que ver los detalles.

No pudo faltar el toque populista de la candidata. Ahora que está tan de moda el presidente Nayib Bukele por haber resuelto el problema de la inseguridad en El Salvador, sin respetar los derechos humanos, Xóchitl lo emula proponiendo la construcción de una “prisión de muy alta seguridad y con tecnología de punta, para que los delincuentes tengan miedo de caer ahí y la piensen antes de cometer una atrocidad. Se les acabaron los privilegios a los delincuentes. Quien la haga, la va a pagar”. Es pura demagogia.

En la estrategia de la oposición faltan muchos elementos (qué hacer con las fiscalías y los jueces, por ejemplo), pero creo que en este tema han encontrado el gran talón de Aquiles de la 4T. Y ahí le van a pegar todo lo que puedan para ganarse el voto ciudadano.

 

  • X: @leozuckermann