Suscríbete a nuestro boletín
Recibe las últimas noticias y mantente siempre informado
Correo electrónico
EnviarHay días en que la mente no pregunta: está donde debe estar.
Es el caso.
En lo remoto aparece Chuy. Fácil de pronunciar para un crío menor, Chuy era omnipresente. Por allá, por acá, con sus amigos, enormes para mí. ¿De dónde salió ese Chuy tan popular en el Noroeste? No lo sé. Al llegar a la adolescencia, repeló: Jesús. Pero todavía circulan los que recuerdan(amos) a… Chuy. Mirada inquieta que no paraba. No conocimos abuelos, los cuatro morirían poco después del matrimonio de mis padres. Aunque a él sí lo cargaron los paternos. Después vendría algo desconcertante, ¿qué –nos preguntaban los maestros en la schule (Colegio Alemán)–, tu hermano se llama Jesús Federico y tú Federico Jesús? Tenía una explicación. A mi padre le dijeron de niño El Espantamuertos, de tantos hermanos previos que se perdieron. Y mi madre también lloraba a Mireya, que ya era la II, murió de difteria. Entonces Gloria, mi madre, inventó la fórmula segura: para que los dos abuelos perduren, los dos llevarán los dos nombres. Confusión sistémica: ¡J. F. llegó a hacer un retiro bancario de la cuenta de F. J.!
Llegó la etapa ranchera, bromas incluidas. Un gran cuarto con seis camas se prestaba a todo. Una rana en la cama de Pepe Pliego, su amigo de siempre, que alucinaba cualquier bicho. Un becerro en la cabecera de Raúl Millares, justo al amanecer. O, simplemente, ser abandonado en el campo a kilómetros de distancia. Bromas de niños. Mi madre quejándose de la barbaridad de… “los niños”. Tendría nietas, eso la compensaría. Pepe Lamas desollando una víbora de cascabel, con ayuda de nosotros, pues se seguía retorciendo ya muerta. Iba por la piel. Mi madre absorta. El águila durante las noches y madrugadas sobre el brazo con un guante de carnaza, el capuchón era retirado poco a poco. Trocitos de carne para lograr su amistad. Por las noches Simon and Garfunkel retumbando en el cuartote, con Bridge over troubled water. O Jesús intentando matar una coralillo con un machete de adorno. Eso está en la memoria.
Jesús, siempre con las mejores calificaciones, estudiaría economía en el ITAM, derecho en la UNAM. Argumentaría con mi padre sobre estrategias económicas. Esa generación traía en mente ideas nuevas, rendimientos decrecientes, costos y ventajas comparativos, etcétera. Espantaron fantasmas. De allí al MIT, muy joven, ¿23 años? Se toparía con Pedro Aspe y una tropa de avanzada en busca de una formación diferente. Cinco años después, al Banco de México, de allí a Hacienda, a hacer carrera pública. Muchos le decían que se fuera al sector privado. Mejor sueldo, era la razón. En Hacienda le tocaron, con Silva Herzog como secretario y Suárez Dávila como subsecretario, las peores tormentas financieras. Hizo callo. Decidió: servicio público, la trayectoria del padre no lo inhibió. Banobras, la Secretaría de Energía, la Embajada en Estados Unidos, Pemex y otros. Notable su despliegue como diplomático pues, sin tener la menor experiencia, su carácter sociable y visión conciliadora le inyectaron frescura a su actividad. Infinidad de visitas a los consulados. Logró buenas relaciones en Washington. A eso fue. Lo gozó. De regreso, a la cátedra, la consultoría.
Errores graves, uno: haberme encomendado la educación religiosa de su primogénita. ¡Pero a quién se le ocurre! Yo no pasé de la Santísima Trinidad, nunca le entendí, ¿tres personas en una? Mi desesperada mentora fracasó. Cenábamos solos de vez en vez en La Cava. Le gustaba el buen vino y era exigente, pero amable con los meseros. La conversación versaba siempre sobre la res publica: los problemas evidentes y los… no tanto. Un amigo suyo lo describió con genialidad: “siempre anda con una nubecita de lluvia arriba”. Era cierto, buscaba tormentas potenciales. Hacía bien.
Una relación de vida con su gran compañera, tres hijos formados, cuatro nietos y… muuuchos amigos. Por cierto, además de ser un gran profesionista, también podía ser el alma de la fiesta.
The video player is currently playing an ad. You can skip the ad in 5 sec with a mouse or keyboard
Adiós, querido Jesús.
Más de Federico Reyes Heroles
-
Adiós, querido Chuy
23-01-2024 -
Fuga
16-01-2024 -
¿Proyecto o quimera?
09-01-2024 -
Despertar
02-01-2024 -
Salud del alma
Comparte en Redes Sociales