Pascal Beltrán del Río
Bitácora del director
Víctima de unos vientos de fuerza inusitada, Acapulco ha quedado virtualmente destruido.
Sin embargo, el impacto de Otis debiera aprovecharse para reconocer que los centros de población asentados en los 11 mil kilómetros de litorales del país –donde viven unas 13 millones de personas– son altamente vulnerables a fenómenos meteorológicos como ése, mismos que probablemente se incrementen en frecuencia y fuerza por efecto del cambio climático.
Eso implica pensar qué hacer con Acapulco. ¿Deben parcharse los daños, sacudir el polvo y seguir adelante? ¿O es necesario un replanteamiento integral del puerto, que pudiera servir como base para que otras ciudades costeras se protejan mejor y sean más habitables para todos?
Ayer hablé en Imagen Radio con Francisco Solares Alemán, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, quien es de la segunda opinión. “Debiera considerarse no reconstruir Acapulco, sino construir un nuevo Acapulco, que fuera resiliente, porque este tipo de fenómenos, desgraciadamente, es muy posible que se puedan repetir con mayor frecuencia y, esperemos que no, con mayor intensidad y mayores daños”.
De adoptarse esta visión, México no tendría que ser pionero. Ciudades como Miami, Florida, y San Juan, Puerto Rico, llevan años en un esfuerzo de adaptación al calentamiento global y podrían compartir la experiencia acumulada.
Después de 1992, cuando el huracán Andrew causó pérdidas por más de 500 millones de dólares en Miami –especialmente por una marejada ciclónica de cinco metros–, la ciudad ha tomado medidas para protegerse, entre ellas, un proyecto de restauración masiva de manglares y la construcción de barreras para prevenir inundaciones. La inversión en marcha supera los ocho mil millones de dólares.
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En San Juan, ciudad que ha sufrido el embate de diversos huracanes –como María, en 2017, y Fiona, en 2022–, se ha desarrollado una arquitectura diseñada para resistir tormentas poderosas. Despachos de arquitectura y compañías constructoras, como Marvel y Icon, utilizan impresoras 3D, curvean paredes y emplean materiales de construcción alternativos para incrementar la solidez de los inmuebles.
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