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Arrasan Morena y Sheinbaum

Arrasan Morena y Sheinbaum

Leo Zuckermann

Leo Zuckermann

Juegos de poder

 

Ha salido la primera encuesta seria, levantada en viviendas entre 22 y 28 de septiembre, después de los procesos para elegir a las candidatas presidenciales. Los números no podían ser mejores para Morena y Claudia Sheinbaum. Arrasan.

En la encuesta de Buendía & Márquez, publicada ayer en El Universal, los resultados son contundentes. Sería un error menospreciarlos. Al revés, hay que tomárselos muy en serio.

La estrategia del Presidente de apabullar mediáticamente a sus adversarios está funcionando. De seguir así, el llamado plan C de López Obrador (retener la Presidencia, lograr mayoría calificada en ambas cámaras del Congreso y proceder a reformar la Constitución para controlar a la Suprema Corte) podría hacerse realidad el año que entra.

¿De verdad queremos eso?

Al parecer, toda la farsa de las encuestas para dizque elegir a la candidata morenista sirvió. Otra jugada eficaz de López Obrador, quien disfrazó su dedazo con un ejercicio “democrático”. La simulación —que contó con muchos apoyos mediáticos— no sólo mejoró la imagen de Morena, sino  también produjo mayores preferencias de voto al partido y su candidata. En contraposición, ocurrió una caída importante para los partidos del Frente Amplio por México y la que resultó la ganadora de su candidatura.

Veamos los números.

La imagen de Morena está impresionante. Su “saldo de opinión” es de más 57. Esto resulta de 75% de los encuestados que dijo tener una opinión “muy buena” o “buena” del partido gobernante menos 18% que respondió “mala” o “muy mala”.

 

 

 

 
 
 
 
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Todos los partidos opositores del Frente, en cambio, tienen un “saldo de opinión” negativo. El PRI menos 42, el PAN menos 26 y el PRD menos 25. Como marcas, son muy malas. Concitan muchas más opiniones negativas que positivas.

En cuanto a preferencias, al preguntarle a la gente por cuál partido votaría, 62% de los que sí dieron una respuesta (eliminé a un 15% que no se pronunciaron) lo harían por Morena, 13% por el PAN, 9% por el PRI, 7% por Movimiento Ciudadano, 4% por el Verde, 2% por el PRD y 2% por el PT.

Sumando coaliciones, la de Morena-PT-Verde obtiene 68% de las intenciones de voto y PAN-PRI-PRD 25 por ciento.

La diferencia es abismal.

Vayamos ahora a los números de los candidatos. En este momento, lo más importante es el reconocimiento de nombre y su saldo de opinión. Nadie vota por un candidato que no conoce y, si lo conoce, debe tener una opinión positiva de éste.

El 68% de mexicanos conoce o ha oído hablar de Sheinbaum. Y, entre ellos, el saldo de opinión es de más 39 (50% tiene una opinión positiva de ella, 11% negativa).

En cuanto a Gálvez, solo el 47% de la población reconoce su nombre. De éstos, 18% tiene buenas opiniones de ella y 20% malas. Su saldo de opinión es, por tanto, menos 2.

En el careo entre los posibles candidatos, Claudia recibe 50% de las intenciones de voto, Xóchitl ,20%; Samuel García de Movimiento Ciudadano, 7%, y Eduardo Verástegui (posible candidato independiente) 4 por ciento. El resto son 19% de encuestados que no respondieron.

Eliminé la no respuesta y 4% de Verástegui porque no creo que vaya a conseguir el casi millón de firmas que se requiere para registrarse como candidato independiente. Recalculé los porcentajes sólo entre los tres candidatos que, seguramente, aparecerán en la boleta (si el Congreso de Nuevo León le otorga licencia a su gobernador): Sheinbaum gana con 65% de las preferencias, Gálvez queda en segundo lugar con 26% y García en tercero con 9 por ciento

Finalmente está el rechazo a los candidatos. Cuando se pregunta, “¿por cuál candidato a la Presidencia nunca votaría?”, 42% de la población responde que por Xóchitl. La campaña negativa en su contra, diseñada e implementada por López Obrador, ha funcionado para posicionarla como una candidata con saldo de opinión negativo y rechazo a sufragar por ella.

¿Estos números demuestran que este arroz ya se coció?

Desde luego que no.

Todavía falta mucho para la elección de junio de 2024.

De hecho, formalmente no han comenzado las campañas, sobre todo la exposición a spots de radio y televisión.

Lo que estos números demuestran es que Claudia tiene todo para ganar. Arranca como la clara favorita. Y no es gratuito: un Presidente muy popular y vocal se ha encargado que así sea.

Xóchitl tiene un largo camino que recorrer. Le urge contratar a un grupo de expertos en campañas para diseñar e implementar una estrategia con el fin de darse a conocer entre la mitad de los mexicanos que la desconoce y posicionarse con atributos positivos. Ha llegado muy lejos prácticamente sola. Es hora que se deje acompañar de un equipo profesional que le ayude, por ejemplo, a responder las campañas negativas en su contra.

 

X: @leozuckermann