Ruth Zavaleta Salgado
“Toma tu Champotón” es la frase con la que inició su Quinto Informe de Gobierno el presidente Andrés Manuel López Obrador para justificar por qué lo realizó en Campeche. Aun cuando algunos medios de comunicación citaron que la frase hizo referencia al combate a la corrupción, es obvio que el mandatario se refería a la contienda electoral de 2024, toda vez que la frase tiene su origen en la batalla de Chakán Putum, en donde Moch Cohuo sometió a los españoles.
Su informe fue como todos, con muchas cuentas alegres y poca rendición de cuentas, un informe que se antoja que será el último de un presidente empoderado como tal, porque en pocos días, la narrativa pública será construida con lo que expresen Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum. A no ser que surja un tercer actor competitivo electoralmente, la adelantada contienda por la Presidencia de la República será encabezada, por primera vez en la historia política de México, por dos mujeres.
Pero, antes, a sus 70 años, el presidente López Obrador concluirá su mandato y pretende cerrar con broche de oro su administración. Planea inaugurar algunas obras emblemáticas que durante todo el sexenio no pudo concluir, por ejemplo, la obra del Tren Maya, la del Tren México-Toluca (sólo un tramo de la obra pública más tardada de la historia de la construcción) y las refinerías.
El discurso incluyó cuentas alegres de la disminución de inseguridad y la violencia sin comparar datos duros con el pasado sexenio, sino del último mes de su gobierno. Datos de delitos que disminuyeron sin mencionar los que se incrementaron, por ejemplo, los feminicidios (Campeche ocupa el tercer lugar por cada 100 mil habitantes en el mes de julio); las lesiones dolosas (contra las mujeres, Campeche encabeza por cada 100 mil habitantes en el mes de julio); la extorsión; y los delitos relacionados con las libertad y seguridad sexual, por ejemplo, abuso, acoso, hostigamiento y violación.
Invisibles en el informe estuvieron los desaparecidos, aunque parezca un chiste de mal gusto, todo parece indicar que “sin cuerpo no hay delito”, de esta forma, los desaparecidos sólo cuentan como tal, y, por lo tanto, no se suman a los datos ni de homicidios dolosos ni de feminicidios. Cerca de 45 mil desaparecidos, hombres y mujeres en este sexenio no merecieron ni un solo renglón de atención presidencial. Durante todo el sexenio, tampoco han merecido ser recibidas las madres buscadoras por el populista Presidente que, a pesar de todo, mantiene un alto porcentaje de aceptación ciudadana.
En ese contexto, podríamos decir que el presidente López Obrador es exitoso porque a pesar de las verdades a medias o de los otros datos, la mayoría de los ciudadanos le siguen creyendo. No importa el evidente fracaso en materia de combate a la corrupción, a la violencia y a la inseguridad, pero, sobre todo, en materia de salud pública. En este último caso, el Presidente dijo que, para el próximo año, pretende lograr que 50 millones de mexicanos tengan acceso al servicio, sin embargo, la suma no cuadra. Tampoco suena cierto que se vayan a abrir 150 escuelas nuevas de medicina para formar nuevos especialistas (20 mil en lugar de 10 mil) ¿En dónde? No lo dijo. Mucho menos se puede creer que le va alcanzar el tiempo y el dinero para otorgarle la base a todos los médicos y personal del sector salud (así lo expresó bajo el argumento de que él se comprometió).
Por si fuera poco, el Presidente no tuvo empacho en mencionar a “los indígenas”. Dijo que antes los despreciaban, pero para él son muy importantes, lo que se cuidó de no mencionar fue que, a pesar de que la iniciativa para reformar la Constitución para ampliar el reconocimiento de derechos plenos de los pueblos indígenas, ya está publicada desde hace más de un par de años en la página oficial del instituto, él no la presentó a los legisladores, y no la presentará porque el tiempo ya se le agotó.
