Francisco Garfias
Fueron los malos resultados de la coalición opositora en las elecciones de Estado de México los que llevaron a Germán Martínez a destaparse como aspirante a la Presidencia de la República. “De la derrota debemos sacar fuerzas. A mí la derrota, como a los viejos panistas, como al López Obrador de antes, me da para adelante”, nos dice el senador del Grupo Plural.
Germán, de 55 años, ya comunicó sus intenciones a los representantes de organizaciones de la sociedad civil y a los líderes de los partidos de oposición. La respuesta la tendrá en el método.
* La trayectoria del senador habla de capacidad y experiencia. Abogado y político michoacano, ha sido diputado federal dos veces, fugaz secretario de la Función Pública; exjefe nacional del PAN en tiempos de Felipe Calderón.
Su trabajo fue tan destacado que hasta el presidente López Obrador se fijó en él. Lo hizo director general del IMSS al inicio de su sexenio, cargo al que renunció por los graves recortes de personal y la “injerencia” permanente de la Secretaría de Hacienda. Fue senador de Morena y actualmente forma parte del Grupo Plural en la Cámara alta.
En charla con este reportero, reitera convencido: “Si la convocatoria está abierta a los que no tenemos partido y los requisitos no están con dedicatoria, me voy a registrar”.
Hombre inteligente, buen polemista, formado en la arena política y respetado por aliados y adversarios, Germán enfatiza: “Quiero ser presidente de los aspiracionistas. Del que aspira a una vida mejor, del que aspira a un hospital y a una escuela mejor, del que aspira a un país más seguro”.
Sabe que el camino que inicia es cuesta arriba. La partidocracia tiene el monopolio de las candidaturas. Difícilmente aceptarán que un outsider los abandere en las presidenciales de 2024. “No soy ingenuo, pero quiero dejar testimonio que el sistema de partidos ya no da de sí. Hay que reformarlo”, subraya. Entre las propuestas de Germán destaca recuperar el destruido proyecto del Aeropuerto de Texcoco, “pero no al viejo estilo y para que se hagan ricos los especuladores de tierra”, aclara. Lo quiere hacer con una “asociación público-social”, que sea un ejemplo de cómo repartir riqueza.
Argumenta: “Hay que arrebatarle a López Obrador la bandera de ‘por el bien de todos, primero los pobres’, pero no mentándole la madre, sino reconociéndole lo que está bien. El Tren Maya, por ejemplo, ya está. Hay que hacerlo eléctrico, amigable con el medio ambiente”.
Otra de sus propuestas es desaparecer el Instituto Nacional de Migración y derrumbar sus “cárceles”. Una tercera es hacer un IMSS grande. “Un IMSS ordinario que pague cuotas obrero patronales y un IMSS gratuito, pero con dinero del Seguro Popular. No mezclar porque. si no, llevas al desastre al IMSS”, advierte.
Restablecer el diálogo del gobierno con la oposición, algo que AMLO no ha hecho en sus cuatro años y medio de gobierno, es uno de sus sueños. “Me sueño debatiendo, argumentando con la oposición. Volver a un régimen más de diálogo, más de división de Poderes y menos presidencialista”, sintetiza.
* Antes que yo, nada. Es la filosofía del presidente López Obrador. El tamaño de su narcisismo lo lleva a pensar que es dueño del monopolio de los programas sociales.
Así lo reflejan los comentarios que hizo ayer sobre el expresidente Fox, luego del spot que subió el PAN a los medios en sus tiempos de alternancia.
En el promocional, el primer presidente de la alternancia presume que fue en su gobierno (2000-2006) cuando comenzó el programa de adultos mayores, conocido como 70 y más. “La diferencia es que hoy se usa con fines político- electorales”, contrato el exmandatario. Y dijo más: “También fundamos el Inai para transparentar todos los niveles de gobierno. Y como López Obrador no quiere que se sepa de la corrupción de sus cercanos, lo quiere desaparecer”.
Fue demasiado para AMLO. “Lo de Fox es una reverenda mentira, es muy hipócrita. Ahora, este caradura, es que así son, la verdadera doctrina de la derecha es la hipocresía, como dicen una cosa, dicen otra”, aseveró el Presidente.
Es cierto que el primer programa de pensiones para adultos mayores se echó a andar en el Distrito Federal durante 2003, cuando López Obrador era jefe de Gobierno.
También es cierto que, ese mismo año, el gobierno de Fox también otorgó apoyos a la tercera edad a partir de los 60 años, aunque únicamente a los que vivían en zonas de muy alta marginación y padecían pobreza alimentaria.
Otro expresidente panista, Felipe Calderón, también polemizó sobre el tema. Escribió en Twitter: “El programa 70 y más empezó durante mi gobierno. El seguro popular lo diseñó el doctor Julio Frenk, pero la primera vez que tuvo un presupuesto real para ponerlo en operación fue en 2007”.