Francisco Garfias
Dice el presidente López Obrador que “ya perdimos a la Corte”, cómo si los ministros que la integran tuvieran la obligación de servir a su proyecto por encima de la Constitución.
El mandatario no puede perder lo que no es suyo, por más que haya creído que el máximo tribunal iba a permanecer obediente después de concluida la presidencia de su amigo Arturo Zaldívar. El próximo domingo vamos a ver de qué tamaño es la inconformidad de la sociedad por las reiteradas ofensas, insultos, calificativos que desde Palacio Nacional lanza cotidianamente a la SCJN.
Están convocadas manifestaciones en varias ciudades del país en defensa del tribunal constitucional, último reducto de la resistencia ante las tentaciones autoritarias que amenazan con liquidar instituciones y órganos autónomos que le estorban. En ese contexto es que hay que entender la dimensión que tomaron las palabras del ministro Alberto Pérez Dayán, cuando dijo que la Corte hará que se cumpla la Constitución a costa de lo que sea.
“Estamos fuertes, convencidos de lo que hacemos. Nada nos va a doblar”, aseguró el ministro durante la presentación del libro La defensa y remediación de los derechos sociales, de Isidro E. Muñoz Acevedo. Pérez Dayán es el autor de la ponencia que tumbó la primera parte del plan B electoral. Está en la lista negra de las mañaneras.
* AMLO está obsesionado con la idea de disolver la SCJN, que, según él, “está podrida”. Quiere hacer una locura: elegir en urnas a nuevos ministros y acabar con lo que los morenistas califican de “gobierno de jueces”.
No lo hace ahora porque no tiene la mayoría calificada (dos tercios de los votos) requerida para hacer modificaciones a la Ley de Leyes en ninguna de las dos cámaras.
Ese escollo lo llevó a alimentar la idea de hacer una consulta para preguntar a los ciudadanos si quieren elegir a los ministros. Sus jilgueros se aplican. Ignacio Mier, coordinador de los diputados de Morena en la Cámara baja, anunció ayer la apertura de un “conversatorio” sobre el tema, dividido en cuatro mesas (algo así como un parlamento abierto). El objetivo sería “analizar jurídicamente” el artículo 96 de la Constitución para designar a los ministros de la Corte. “No estamos prejuzgando el procedimiento o el método alternativo”, dijo.
Los morenistas se van a desplazar por todo el país para llevar a cabo asambleas informativas y que la ciudadanía conozca el objetivo de la propuesta de elegir en urna a los ministros.
El conversatorio ya tiene fecha. Inicia el 30 de mayo próximo. Termina el 20 de junio.
* La campaña “Con el PRI ni a la esquina” que lanzó MC, a 12 días de las elecciones en Coahuila y el Estado de México, es una grave equivocación política para un partido que se dice de oposición. Hace aparecer al naranja como “esquirol” de Morena. En Coahuila la cosa parece resuelta a favor del priista Manolo Jiménez. Morena y sus rémoras se olvidaron de un principio universal básico: la unión hace la fuerza.
El guinda postuló a Armando Guadiana, el PT a Ricardo Mejía Berdeja y el Verde a Lenin Pérez. Abonaron el camino a la probable victoria del abanderado de la alianza Va por México. Todavía ayer Mario Delgado, jefe nacional del guinda, hacía esfuerzos para convencer a verdes y petistas de declinar a favor de Guadiana. Hasta un gobierno tripartita les ofreció. No lo pelaron.
El problema es el Estado de México. Me atrevo a pronosticar que no va a ser un paseo para Delfina Gómez, como dicen las encuestas. No descarto una sorpresa el domingo 4 de enero.
MC no lleva candidato a gobernador en ninguno de los dos estados. ¿Qué interés pueden tener los diputados emecistas Jorge Álvarez Máynez y Salomón Chertorivski de golpear así al tricolor —y de paso a la alianza Va por México— a días del cierre de campaña? Esa postura equivale a llamar a votar por Delfina.
Tengo respeto por Dante Delgado, Jorge Álvarez Máynez, Salomón Chertorivski, Ivonne Ortega, Agustín Basave, Luis Donaldo Colosio, pero en ésta no voy con ellos.
Me decepciona que MC ayude con esta campaña a una coalición que no sólo no respeta la Constitución, sino que alimenta el establecimiento de la autocracia en nuestro país.
* Nos anuncia Marcelo Ebrard, una de las corcholatas de Morena para el 2024, que ya encontró una fórmula para que el proceso interno de elección del candidato presidencial de ese partido garantice la unidad, la transparencia y que la gente pueda participar. La fórmula utiliza innovaciones tecnológicas y nuevas ideas que Morena ha llevado a cabo en varios ámbitos. “La voy a desarrollar y se las presento y comparto el 5 de junio, nada más que pase Estado de México y Coahuila”, prometió.
A ver si no se le aparece el gran elector.