No sé de ningún país que elija a sus autoridades electorales en una tómbola. En eso sí la 4T es diferente. En la Constitución se le llama “insaculación”. Es el último recurso para “elegir” nuevos consejeros del INE, cuando la negociación fracasa. En el caso del Instituto Nacional Electoral ni siquiera hubo negociación. Pura simulación. Había “línea” de Palacio Nacional de llegar a la insaculación desde un principio.
Adán Augusto López, secretario de Gobernación, lo dejó claro en entrevistas banqueteras. El camino era el sorteo, lo demás es “toma y daca”, repitió. En la rifa salieron “premiados” Guadalupe Taddei, primera mujer que presidirá el INE; Jorge Montaño Ventura, Rita Bell López Vences y Arturo Castillo-Loza. Los dos primeros ya fueron impugnados por el PAN, por sus vínculos familiares y políticos con Morena.
Taddei es prima del superdelegado de Morena en Sonora, Jorge Luis Taddei y es pariente de la diputada Ivana Taddei y de Pablo Taddei, director de LitioMX. Montaño es tabasqueño de origen. Maestro en derecho. Tiene experiencia como fiscal de delitos electorales en su estado.
* Antes de ir a la tómbola para elegir a los cuatro consejeros, la madrugada del 31 de marzo, el oficialismo se aseguró que las quintetas de aspirantes a consejeros se integrarán, mayoritariamente, con gente cercana a Morena.
La estrategia funcionó a la mitad, a juzgar por el tuit que puso ayer Maite Azuela, la valiente integrante del Comité Técnico de Evaluación que, días antes del sorteo, se atrevió a denunciar públicamente los vínculos de la mayoría de aspirantes incluidos en las quintetas con el partido en el gobierno. Después de la insaculación, Maite Azuela escribió en Twitter: “La designación de estas cuatro conserjerías es un escenario equilibrado. Dos con perfil cercano al poder y dos con perfil cercano a la ciudadanía”.
* Buscamos al exconsejero presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, para que nos diera su opinión sobre el tema. Nos compartió el reporte político que Integralia, la consultora que dirige, les envía a sus clientes, con la autorización de compartirlo. Sobre la nueva presidenta del INE y de los nuevos consejeros, el reporte dice: “El saldo es positivo: se evitó el riesgo de que una persona muy vinculada personal, laboral e ideológicamente con el gobierno, y sin la experiencia en la materia, llegara a la presidencia del Instituto. En contraste, la nueva titular, Guadalupe Taddei, cuenta con amplia experiencia electoral en el INE y en el OPLE de Sonora, donde fue su presidenta”.
Aunque, reconoce, persiste la preocupación de que sus vínculos laborales y políticos con el régimen pudieran afectar su imparcialidad. De los otros tres nuevos consejeros señala que tienen amplia experiencia electoral. No evade el tema de los vínculos con Morena de parte de Montaño, pero añade que está por verse si su origen implica sumisión política. Y lo más importante del reporte: “No hay riesgo inminente de captura política: no se considera que el órgano de deliberación del INE esté en riesgo de inminente intromisión política, pues las decisiones se toman en forma colegiada…”.
* Otra derrota de la política ocurrió con la elección de los comisionados del Inai. Tampoco se pudo, vía la negociación. Pero aquí no hubo sorteo, sino una directriz: no dejar pasar a nadie. Había una lista de los diez mejor calificados. Cinco hombres y cinco mujeres para suplir a los dos vetados por el presidente López Obrador y a uno más que se fue el viernes. La cerrazón de Morena y aliados en el Senado lo impidió.
Al “Instituto de la Transparencia” –como lo llama AMLO– le quedan cuatro comisionados en funciones. A partir de hoy se queda sin quórum para sesionar. Necesitan por lo menos a cinco comisionados. ¿Lo asfixiarán? Es pregunta.
Los desacuerdos en el Senado le impiden cumplir –a partir de hoy– con una de sus funciones sustanciales: resolver las controversias presentadas por la ciudadanía en materia de acceso a la información y protección de datos personales.
Pero el Inai no deja de operar. Las personas podrán seguir presentando peticiones de información o interponer recursos de revisión cuando no estén conformes con las respuestas, y presentar denuncias ante el incumplimiento de las obligaciones de transparencia de los sujetos obligados.
Para el mero mero de la 4T sentarse a negociar con la oposición es traicionar al movimiento. Lleva cuatro años y cuatro meses en el poder. ¿Lo ha visto dialogar con Marko Cortés, Alito Moreno, Dante Delgado o Jesús Zambrano? Por supuesto que no. En su mundo de autócrata, los que piensan diferente no merecen atención, son corruptos, sólo quieren recuperar privilegios perdidos o “los mandó Maru” (Campos) a protestar frente a él, como les dijo ayer a los migrantes en Ciudad Juárez que pedían justicia por los 39 quemados de la estación migratoria.