Miércoles, Noviembre 27, 2024
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La Santa Inquisición en el Zócalo

Francisco GarfiasFrancisco Garfias     
Arsenal
 
 

Mal augurio lo ocurrido en la manifestación para conmemorar la Expropiación Petrolera que el presidente López Obrador “expropió” para mostrar músculo a sus opositores.

La quema de la muñeca de la ministra Norma Piña en el Zócalo nos trajo a la memoria escenas de la quema de herejes en los tiempos de la Santa Inquisición. Son manifestaciones de odio alimentadas cotidianamente desde el mañanero púlpito en contra de una juzgadora que ha rescatado la autonomía del Poder Judicial frente tentaciones autoritarias.

Estoy cierto que si AMLO no hubiese agredido a la ministra Piña en su sermón de Palacio, tenga la seguridad de que la escena que vimos el sábado nunca se hubiese producido. 

* La Suprema Corte de Justicia tardó más de 48 horas en pronunciarse ante tan grave hecho, pero al fin lo hizo. En un comunicado reprochó categóricamente lo ocurrido en el Zócalo el pasado 18 de marzo:

“Preocupa a este Poder de la Unión que el ejercicio de pesos y contrapesos que exige nuestro orden constitucional redunde en una confrontación no sólo institucional, sino entre los mexicanos (…) No más acciones de odio. No más violencia de género. México nos demanda más”, puntualiza el comunicado.

* Antes de que el máximo tribunal hiciera su pronunciamiento, intercambiamos mensajes con los ministros Margarita Ríos Farjat, Alberto Pérez Dayán y Luis María Aguilar. Todos en la misma frecuencia. Absoluto rechazo a ese tipo de manifestaciones. El más prolijo en su respuesta fue el ministro Luís María Aguilar, quien nos dijo que la decisión de pronunciarse o no correspondía a la ministra presidenta.

Agregó: “Yo considero inútil hacerlo, generando una confrontación innecesaria. Nuestras resoluciones son el mejor mensaje y no comentar como si fuéramos un órgano partidista u opositor. Ya hay varios miembros políticos y sociales que se han ocupado de comentarlo y condenarlo”. 

Hay que reconocerle al ministro Arturo Zaldívar, cercano a López Obrador, haber sido el primero en la SCJN en condenar las manifestaciones de odio.

Escribió en Twitter: “La violencia política nunca es el camino. Resolvamos nuestras diferencias mediante el diálogo, el debate político y los cauces jurídico constitucionales”.

* La quema de la muñeca de cartón fue tan desatinada, que Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del Presidente, salió pronto a condenar el hecho y a solidarizarse con la ministra Piña. “…Mi apoyo a todas las mujeres de la política (o circunstancialmente cerca de ésta) ante la vejación a sus personas o imagen, o la de sus hijos. Lo he padecido tanto. ¿Cómo no solidarizarme? Subamos el nivel, No violencia. Más amor urgentemente”, escribió en Twitter.

Al Presidente no le quedó otra que condenar el hecho, a pregunta expresa, aunque sí quiso minimizarlo con una declaración de dudosa credibilidad: en la marcha que hicieron los “reaccionarios” (Zócalo Rosa) quemaron una imagen suya “y nadie dijo nada”. 

Yo estuve en el Zócalo ese 26 de febrero. Me quedé más de una hora después de terminado el evento. Ni un sólo vestigio de una fogata o algo similar. Lo único que escuché contra el Presidente, coreado por los manifestantes, fue “¡fuera López…!”, que ellos mimos sofocaron de inmediato.

Para salir de dudas le preguntamos a Guadalupe Acosta Naranjo, dirigente del Frente Cívico Nacional, uno de los organizadores de la manifestación, si tenía reportes al respecto. Se puso a averiguar sobre la veracidad de la versión palaciega. Esto fue lo que nos dijo:

“No encontramos nada. La imagen que están circulando es, al parecer, de un evento de mujeres protestando frente a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos”.

Fernando Belaunzarán, otro de los organizadores de la manifestación rosa, coincidió: “Es falso. La imagen que difunden debió ser de alguna de Frena. Te aseguro que en ninguna de las movilizaciones rosas hubo tal. Es una más de sus mentiras”. Luego nos mandó el video de feministas quemando una imagen de AMLO frente a la CNDH, lo que es igualmente reprochable.

Beatriz Pagés, oradora en la manifestación en defensa del INE, nos dijo que tampoco vio reportes de ese tipo. “La conducta fue ejemplarmente cívica. Ni en las arengas ni en los discursos se agredió al Presidente”, dijo.

Y más: “Lo que sí te puedo decir es que los jóvenes que estuvieron en la concentración del 26 de febrero en el Zócalo pusieron flores en las escalinatas de la SCJN, mientras que los radicales de Morena queman la figura de Norma Piña. Hay de conductas a conductas, ¿verdad?