Mal augurio lo ocurrido en la manifestación para conmemorar la Expropiación Petrolera que el presidente López Obrador “expropió” para mostrar músculo a sus opositores.
La quema de la muñeca de la ministra Norma Piña en el Zócalo nos trajo a la memoria escenas de la quema de herejes en los tiempos de la Santa Inquisición. Son manifestaciones de odio alimentadas cotidianamente desde el mañanero púlpito en contra de una juzgadora que ha rescatado la autonomía del Poder Judicial frente tentaciones autoritarias.
Estoy cierto que si AMLO no hubiese agredido a la ministra Piña en su sermón de Palacio, tenga la seguridad de que la escena que vimos el sábado nunca se hubiese producido.
* La Suprema Corte de Justicia tardó más de 48 horas en pronunciarse ante tan grave hecho, pero al fin lo hizo. En un comunicado reprochó categóricamente lo ocurrido en el Zócalo el pasado 18 de marzo:
“Preocupa a este Poder de la Unión que el ejercicio de pesos y contrapesos que exige nuestro orden constitucional redunde en una confrontación no sólo institucional, sino entre los mexicanos (…) No más acciones de odio. No más violencia de género. México nos demanda más”, puntualiza el comunicado.
* Antes de que el máximo tribunal hiciera su pronunciamiento, intercambiamos mensajes con los ministros Margarita Ríos Farjat, Alberto Pérez Dayán y Luis María Aguilar. Todos en la misma frecuencia. Absoluto rechazo a ese tipo de manifestaciones. El más prolijo en su respuesta fue el ministro Luís María Aguilar, quien nos dijo que la decisión de pronunciarse o no correspondía a la ministra presidenta.
Agregó: “Yo considero inútil hacerlo, generando una confrontación innecesaria. Nuestras resoluciones son el mejor mensaje y no comentar como si fuéramos un órgano partidista u opositor. Ya hay varios miembros políticos y sociales que se han ocupado de comentarlo y condenarlo”.
Hay que reconocerle al ministro Arturo Zaldívar, cercano a López Obrador, haber sido el primero en la SCJN en condenar las manifestaciones de odio.
Escribió en Twitter: “La violencia política nunca es el camino. Resolvamos nuestras diferencias mediante el diálogo, el debate político y los cauces jurídico constitucionales”.
* La quema de la muñeca de cartón fue tan desatinada, que Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del Presidente, salió pronto a condenar el hecho y a solidarizarse con la ministra Piña. “…Mi apoyo a todas las mujeres de la política (o circunstancialmente cerca de ésta) ante la vejación a sus personas o imagen, o la de sus hijos. Lo he padecido tanto. ¿Cómo no solidarizarme? Subamos el nivel, No violencia. Más amor urgentemente”, escribió en Twitter.