Francisco Garfias
Arsenal
El salón de sesiones de la Cámara alta estaba convertido en un lavadero. Las pasiones chocaban con la inteligencia. Se imponía el hígado y las ideologías. Los argumentos brillaban por su ausencia.
El primer punto en la agenda de la sesión de ayer fue el plan B electoral de López Obrador y la famosa “cláusula de la vida eterna” que ha dado vida artificial a la chiquillada. Fue eliminada esa cláusula por voluntad de Palacio Nacional y con los votos de Morena ¡y del PT y el Verde!
Las intervenciones de algunos senadores del oficialismo y la oposición derivaron en groseras descalificaciones del adversario. El debate se encendió —casi escribo incendió— cuando Lilly Téllez, senadora del PAN, subió a tribuna para hacer pedazos el plan B.
Lo bautizó como el de las cuatro B: La burocracia de bribones de las bolsas de billetes.
Preguntó en tribuna: “¿Cuántas bolsas de billetes, con B de plan B, les van a dar por este atentado contra la República, atendiendo las declaraciones de la senadora Abreu, que dijo que hay videos de todos ustedes recibiendo bolsas de billetes?”.
La morenista Rocío Abreu, quien fue una de las captadas en video recibiendo fajos de billetes, mordió el anzuelo y reviró con un insultó a Téllez. Le gritó desde su curul “¡Piruja!”.
No se escuchó en las bocinas, pero sí en el área de las senadoras del PAN. Kenia López protestó: “La palabra que le dijiste a mi compañera senadora no se la merece ninguna mujer en el planeta”.
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