Jorge Fernández Menéndez
Razones
Once detenidos en un impecable operativo que involucró cateos simultáneos en 12 viviendas, fue el resultado de la investigación realizada por la Secretaría de Seguridad Ciudadada capitalina, que encabeza Omar García Harfuch, y la Fiscalía de la ciudad, de Ernestina Godoy, que permitió detener a los presuntos autores materiales del atentado al periodista Ciro Gómez Leyva.
Son miembros de una célula local, dijo García Harfuch, involucrada en narcomenudeo, extorsiones y asesinatos. Por el equipo encontrado en algunos de los cateos, podrían estar relacionados con el Cártel Jalisco Nueva Generación, aunque esa información no ha podido ser confirmada por las autoridades. Recordemos que el CJNG opera en muchas ocasiones como una suerte de franquicia a la que se adhieren células locales que, en los hechos, no son realmente parte de esa organización criminal.
El centro de operaciones de la célula detenida está en la alcaldía Gustavo A. Madero, sin duda, la que concentra mayores problemas de seguridad en la capital. Hagamos un poco de historia. En el libro La nueva guerra, del Chapo al fentanilo (Grijalbo, 2020) contamos cómo el CJNG y la Nueva Familia Michoacana, a través de células locales, han intentado entrar a la Ciudad de México por medio de alianzas con los grupos rivales de la Unión Tepito.
El 7 de febrero de 2019, una mujer de 30 años caminaba por las calles de la colonia Cuautepec, en la alcaldía Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México. En un momento fue interceptada por dos sujetos armados; uno de ellos la encaró y le disparó en al menos cinco ocasiones. La mujer cayó herida, pero seguía consciente, a pesar de perder mucha sangre por los impactos de bala que recibió en varias partes del cuerpo. Al llegar los paramédicos de la Cruz Roja para brindarle los primeros auxilios, la mujer pidió ser protegida en el hospital ante el temor de que sus agresores la volvieran a buscar para asesinarla.
Un día antes, en una tienda de abarrotes ubicada en la calle Manuel Negrete de la colonia La Pastora, también en la Gustavo A. Madero, dos sujetos fueron atacados por presuntos sicarios cuando jugaban en las “maquinitas”. Uno murió y el otro quedó herido, por lo que fue llevado al hospital de Ticomán. El 8 de febrero, también en Cuautepec, en la Gustavo A. Madero, dos hombres fueron asesinados por sujetos armados.
Cuautepec es una zona conocida por su rezago social y violencia, y es precisamente allí donde, horas después de todos esos ajustes de cuentas, el domingo 10 de febrero de 2019, un comando del Cártel de Jalisco Nueva Generación difundió, por primera vez en la capital del país, un video en donde amenazaba a ladrones y rivales que operaban en la zona.
En la grabación de poco más de un minuto, un hombre con pasamontañas que dice ser El Canguro advierte que ya están en la zona y que van a matar a todos los que “roben niños” y hagan “pendejadas”. Aseguraba que ya tenían presencia en Zona Escolar, Cuautepec Barrio Bajo, Cuautepec Barrio Alto, La Pastora, Chalma y La Preciosa. Los cinco hombres que aparecen en el video portaban armas largas, vestían uniformes tipo militar, gorras con sus apodos y siglas del CJNG, así como pasamontañas y chalecos antibalas.
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Ni a nivel federal ni local tenían conocimiento de esa célula del CJNG. El entonces alcalde en Gustavo A. Madero, Francisco Chíguil, un personaje controvertido y cuestionado, dijo que él no tenía información sobre que el CJNG se hubiera asentado en la demarcación, que no habían tenido conocimiento de amenazas que antecedieran a este video, ignorando la sucesión de asesinatos previos a su aparición, por lo que consideró que la grabación surgió de forma “fortuita”.
Días después, trascendió que una de las personas que aparecían en el video, apodado el JR, había sido identificado como perteneciente a la banda de Los Macarios, y que también era conocido como El Brea. Si la información era verídica, era un intento más del CJNG de establecer acuerdos con bandas locales, de alguna forma, vender su “franquicia” para que las mismas operen bajo su paraguas y tengan una relación de dependencia y corresponsabilidad con el propio cártel.
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