Miguel Ángel Godínez García
Alto mando
La aerolínea que será administrada por el Ejército mexicano, como lo propone el presidente Andrés Manuel López Obrador, podría entrar en operación a finales del 2023, según dijo en su mañanera del pasado 5 de diciembre, en Campeche.
La idea de que el Ejército, a través de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), retome lo que queda de Mexicana de Aviación, puede no ser tan descabellada si se toma en cuenta que la Sedena tiene los recursos humanos suficientes para dar pie y mantener activa una empresa aérea comercial de gran magnitud y prestigio.
Actualmente, la FAM cuenta con más de 30 mil efectivos entre generales, jefes, oficiales y tropa, por lo que tendría el personal de pilotos aviadores necesarios y las sobrecargos suficientes para cumplir con esta nueva asignación presidencial.
Además, el Ejército tiene una Escuela Militar de Aviación, con una antigüedad de más de 107 años y la experiencia para formar personal especializado de talla mundial.
Esta escuela constituye, hoy en día, el pilar fundamental de la Fuerza Aérea Mexicana, ya que su esencia es la operación misma de las más de 450 aeronaves militares y la administración de los diferentes organismos y dependencias que la integran.
El planteamiento del presidente López Obrador radica en que, una vez culminado su mandato, en 2024, la nueva aerolínea no se debe privatizar y el Ejército debe ser garante de ello. Sin embargo, la tarea no es simple y podría enfrentar varios inconvenientes, incluso demandas legales por parte de las aerolíneas extranjeras que operan en nuestro país.
Y es que el problema no sería la capacidad del Ejército mexicano, sino atribuible a otros factores. En esa mañanera del 5 de diciembre, el Presidente anunció que se permitiría el cabotaje en la aviación nacional, en rutas seleccionadas y, de hacerlo realidad, las empresas particulares, sobre todo de Estados Unidos, considerarían esta acción como una competencia desleal y, por lo tanto, demandarían un trato recíproco, lo que podría poner en jaque a la aviación mexicana y desaparecería en pocos años, incluida la nueva Mexicana de Aviación, de acuerdo con expertos analistas. También está el hecho de que no se sabe qué tipo de aviones se emplearían, si nuevos o reciclados, además del avión presidencial que no se ha vendido y, de salir mal las cosas, la aerolínea sería una carga para el Ejército y para el propio gobierno. Por lo pronto, el proyecto sigue su marcha y la FAM está lista para afrontar el reto.
* Zacatecas se ha convertido en la manzana de la discordia de los cárteles, que la consideran estratégica para el traslado de drogas provenientes del sur del país hacia la frontera con EU.
Dada su importancia, es tierra de nadie. La entidad arde en llamas mientras el subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía, hace videos para TikTok como candidato a la gubernatura de Coahuila, en tanto, el Presidente se empeña en culpar a los gobiernos neoliberales de la violencia que le dejaron y no se diga el gobernador David Monreal, que está desaparecido y sin dar respuestas.
Zacatecas ha sufrido los embates de los cárteles. Primero, el asesinato del general José Silvestre Urzúa, coordinador de la GN en la entidad, luego vino el del magistrado Roberto Elías Martínez y, más tarde, el intento de fuga en el penal de Cieneguillas, que ocasionó narcobloqueos y el asesinato de otros cinco policías. El problema que se vive en Zacatecas y otros estados, como Guanajuato, Chih., Son., Gro., Mich., Edomex, Morelos y Veracruz, entre otros, es clara evidencia del fracaso de la estrategia de abrazos, no balazos, montada por el gobierno federal y no por las FA, aunque éste no quiera reconocerlo.
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DE IMAGINARIA