Jueves, Noviembre 28, 2024
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De la marcha del ego a la alianza Monreal-Creel

 

 

Francisco GarfiasFrancisco Garfias 
Arsenal
 
Las filas de autobuses se alineaban, uno tras otro, en las inmediaciones de la marcha del narcisismo. Hasta parecía que querían presumir el acarreo. Las imágenes son elocuentes.

El periódico Reforma documentó el uso de 1,787 camiones en 25 puntos de la CDMX. En las redes sociales circulan denuncias y copias de documentos que ilustran que no todos los que acompañaron al Presidente fueron por voluntad propia. 

Les pagaron transporte, alojamiento y 300 pesos de viáticos para alimentación, según el audio —no desmentido— de la conversación que se hizo viral entre la sonorense Rosario Mendoza, quien pedía información para venir a “apoyar” a AMLO, y un organizador de la marcha de nombre Leopoldo Serrano. En el colmo del cinismo y la mentira, Mario Delgado, presidente de Morena, nos pretende hacer creer que “la gente se organizó” para venir. Dice que su partido no pagó nada. ¿Y los gobernadores afines tampoco?

No se necesita un sesudo análisis para deducir que el dinero para financiar la contramarcha salió de los impuestos que pagamos todos los mexicanos, no sólo de los que simpatizan con AMLO.

Muchos acudieron voluntariamente. Negarlo es autoengaño. Pero otros muchos sí fueron acarreados. Negarlo también es autoengaño. Unos fueron porque aún creen en AMLO; otros, por presiones o amenazas.

A José Francisco Yunes, diputado federal del PRI, le parece inadmisible que “el acarreo, que antes era tan agraviante, no tenga costo político”. Lo tendrá como lo tuvo el PRI. Estoy seguro. El panista Ricardo Anaya, obligado a autoexiliarse en Estados Unidos para no ser encarcelado, grabó un video en el que exhibe una circular enviada a los tianguistas. 

 
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En una cuartilla les informan que es obligatorio asistir a la marcha y que la pena por no asistir es de un año sin vender en las calles. Anaya prosiguió: “Todo este tiradero de tu dinero es porque hace dos semanas cientos de miles de ciudadanos pararon a López Obrador en seco, cuando salieron de manera libre a defender al INE.

 
“López Obrador debe ponerse a trabajar estos dos años que le faltan en lugar de hacerla de matraquero, jefe de campaña y vocero de su partido”, remató el panista.

* El senador morenista Ricardo Monreal y el diputado panista Santiago Creel —ambos aspirantes a la Presidencia de la República— anunciaron en Madrid que van a caminar juntos el país, en una gira que bautizaron como de “Diálogo y Reconciliación”.

El recorrido lo van a iniciar antes de que concluya noviembre. Asistirán a mesas de debate, ofrecerán conferencias sobre la necesidad de desterrar la polarización a la que le apuesta AMLO: mexicanos vs. mexicanos.

Monreal ya cruzó el Rubicón. Está fuera de Morena de facto. Sólo falta que se oficialice su salida. No está en el ánimo del Presidente. El senador de Zacatecas pide piso parejo para la elección del candidato guinda para el 2024. Quiere una elección interna. No acepta el método de las encuestas.

Sabe que es un dedazo disfrazado. Ya vivió esa experiencia cuando quiso ser candidato a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Lo mandaron al tercer lugar. Atrás de Claudia Sheinbaum y de ¡Martí Batres!

Ya admitió públicamente que ha platicado con los líderes del PRI, del PAN y del PRD sobre el 2024. Es amigo muy cercano al jefe de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado. Es el único que uniría a los cuatro partidos.

El PAN es el más reticente. Por eso la importancia de aliarse con Creel en esa cruzada de la reconciliación. Santiago está cerca de Marko Cortés, jefe nacional del PAN, y puede influir si su candidatura no crece. Por ahora, “la decisión no se ha tomado”, dice el propio Monreal.

* Se aprobó en comisiones la reforma electoral del Ejecutivo. Mero trámite. Hoy será rechazada por el Pleno en San Lázaro. Los de Morena y sus aliados no tienen la mayoría calificada para modificar la Constitución.

Al Presidente poco le importó. Ni siquiera tocó el tema en el discurso del Zócalo. Está tranquilo. Tiene su plan B: Las leyes secundarias en materia electoral que pretenden la asfixia económica del INE; y la elección de los cuatro nuevos consejeros el año que entra. Tiene la mesa puesta para colocar incondicionales en el lugar de los cuatro consejeros que se van, entre ellos los muy incómodos Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.

¿Cómo? A través del control del Comité Técnico de Evaluación (CTE), encargado elegir los perfiles de las quintetas que se enviarán al Congreso para elegir a los nuevos consejeros.

Ese comité se compone por tres integrantes propuestos por la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, dos por la CNDH y otros dos por el Inai.

La Jucopo está dominada por Morena y la CNDH la encabeza una obradorista pura, Rosario Piedra. Tienen la mayoría asegurada en el CET. Se puede deducir fácilmente qué tendencia tendrán los nuevos consejeros.