Francisco Garfias
Arsenal
Las filas de autobuses se alineaban, uno tras otro, en las inmediaciones de la marcha del narcisismo. Hasta parecía que querían presumir el acarreo. Las imágenes son elocuentes.
El periódico Reforma documentó el uso de 1,787 camiones en 25 puntos de la CDMX. En las redes sociales circulan denuncias y copias de documentos que ilustran que no todos los que acompañaron al Presidente fueron por voluntad propia.
Les pagaron transporte, alojamiento y 300 pesos de viáticos para alimentación, según el audio —no desmentido— de la conversación que se hizo viral entre la sonorense Rosario Mendoza, quien pedía información para venir a “apoyar” a AMLO, y un organizador de la marcha de nombre Leopoldo Serrano. En el colmo del cinismo y la mentira, Mario Delgado, presidente de Morena, nos pretende hacer creer que “la gente se organizó” para venir. Dice que su partido no pagó nada. ¿Y los gobernadores afines tampoco?
No se necesita un sesudo análisis para deducir que el dinero para financiar la contramarcha salió de los impuestos que pagamos todos los mexicanos, no sólo de los que simpatizan con AMLO.
Muchos acudieron voluntariamente. Negarlo es autoengaño. Pero otros muchos sí fueron acarreados. Negarlo también es autoengaño. Unos fueron porque aún creen en AMLO; otros, por presiones o amenazas.
A José Francisco Yunes, diputado federal del PRI, le parece inadmisible que “el acarreo, que antes era tan agraviante, no tenga costo político”. Lo tendrá como lo tuvo el PRI. Estoy seguro. El panista Ricardo Anaya, obligado a autoexiliarse en Estados Unidos para no ser encarcelado, grabó un video en el que exhibe una circular enviada a los tianguistas.
En una cuartilla les informan que es obligatorio asistir a la marcha y que la pena por no asistir es de un año sin vender en las calles. Anaya prosiguió: “Todo este tiradero de tu dinero es porque hace dos semanas cientos de miles de ciudadanos pararon a López Obrador en seco, cuando salieron de manera libre a defender al INE.
“López Obrador debe ponerse a trabajar estos dos años que le faltan en lugar de hacerla de matraquero, jefe de campaña y vocero de su partido”, remató el panista.