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La obsesión de la omdbudsperson

 

Francisco GarfiasFrancisco Garfias                 
 
Arsenal
 
  

Rosario Piedra Ibarra, titular de la CNDH, está en el ojo del huracán por meterse en temas electorales en los que no tiene competencia alguna. Su llamado a transformar el INE para que deje de ser “instrumento parcial de sabotaje de la voluntad del pueblo” fue repudiado hasta por el propio Consejo Consultivo de este organismo. 

 
La obsesión por quedar bien con su patrón de Palacio Nacional la llevó a cometer la pifia de utilizar la recomendación general de la CNDH 46/2022, elaborada en abril pasado, para llamar a la “transformación del INE”.

Los siete integrantes que le quedan al Consejo –de los diez que debe tener– hicieron público un comunicado en el que descalifican la interpretación que la CNDH, en el sentido que el INE/IFE “sabotean la voluntad del pueblo y sólo han servido para el mantenimiento de vicios que, por años, han manchado nuestros procesos electorales”.

 Reviran los siete: “En ningún momento se discutió o se avaló una recomendación que la CNDH interpreta ahora, en su pronunciamiento, como que recomienda la transformación del INE”. La citada recomendación insta al INE (página 283) a asumir el compromiso de fortalecer su independencia de cualquier grupo partidista, económico o social; ejercer y fomentar el desarrollo de la vida democrática; y apoyar el desarrollo de la vida participativa.

Nada que ver con lo que afirma la omdbudsperson.

*La llegada de Rosario a la CNDH estuvo viciada de origen. No fue como manda la ley –el voto de los dos tercios de los senadores–, sino por capricho del presidente López Obrador.

A mi memoria regresan las imágenes de la polémica sesión en el Senado en noviembre de 2019. A la hija de la histórica Rosario Ibarra de Piedra le faltaban dos votos para alcanzar la mayoría calificada para el nombramiento.

Vino la maniobra de Morena: 116 senadores emitieron su voto en urna transparente. La mesa directiva sólo contabilizó 114. Desaparecieron dos votos. Fue suficiente para alcanzar la mayoría calificada para el nombramiento.

 
 

En esas fechas la instrucción de López Obrador a la cúpula parlamentaria de Morena fue : “Es Rosario Piedra o Rosario Piedra”.

Y fue Rosario.

Va para tres años en el cargo. Se ha caracterizado por ser una tumba frente lo riesgos para los derechos humanos derivados de la creciente militarización.

Las feministas ya le tomaron las instalaciones por su pasividad frente a la violencia contra las mujeres. Un promedio de 10 asesinatos o feminicidios al día.

 Ausencia y polémica es su legado.

La recomendación general 46/2022 –emitida por la CNDH en abril de este año– trae reflexiones sobre violaciones graves a los derechos humanos en nuestro país en el periodo 1951-1965.

La recomendación habla también del papel del Ejército. Hay muchas semejanzas con lo que hoy ocurre:

Página 64: “La realidad fue que, justo en su gobierno (de Miguel Alemán), se confeccionó un régimen en el que, a la vez que se impulsaba la exclusión de los militares del proceso electoral –obvio es que con dedicatoria– se incrementaron las tareas del Ejército para las que no se había diseñado”.

Página 74: “Llegó a ser tal la preocupación de Ruiz Cortines por asegurarse la lealtad del Ejército que, nada más asume el poder, se compromete a mejorar la vida de los miembros del Ejército Nacional.

“Una de sus primeras medidas es elevar el gasto de defensa (del 7.23% en 1952 al 9.27% en 1953) para incrementar un 10 por ciento los haberes de personal militar”. ¿Le suena?