Viernes, Noviembre 29, 2024
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Fracasados

 

Pascal Beltrán del RíoPascal Beltrán del Río               
 
Bitácora del director

 

La inseguridad es el peor flagelo que enfrenta la sociedad mexicana. 

No lo digo yo. Prácticamente no hay encuesta sobre los problemas de México que no lo registre.

La posibilidad de sufrir un robo, asalto, secuestro, agresión sexual o cualquier otro daño físico e incluso ser asesinado produce un gran temor en la enorme mayoría de los habitantes de este país, más aún que quedar en el desempleo o enfermar gravemente sin poder recurrir a atención hospitalaria.

Según el Inegi, casi tres cuartas partes de la población urbana se siente insegura, lo que ha conducido a que la gente cambie de hábitos. Esto genera efectos perniciosos sobre su calidad de vida e incluso sobre la marcha de la economía nacional.

Sería lógico, pues, que la inseguridad se abordara por parte de los actores políticos como un asunto de Estado, como ha ocurrido en otras naciones con el terrorismo u otras graves amenazas contra el bienestar de la colectividad. Pero no. En México, la inseguridad se usa como tema de debate político, para anotarse puntos en pos de ganar votos en la siguiente elección. 

 

La mayor responsabilidad de esa anomalía recae en la autoridad federal, pero trasmina hasta el más modesto de los ayuntamientos. Mientras la casa común es saqueada e incendiada, los políticos se acusan unos a otros de haber propiciado el desastre. En tanto, la población queda a merced de los criminales, quienes gozan de una impunidad casi completa, ya sea porque tienen acuerdos con gobernantes o tienen a éstos sometidos. 

Nada refleja mejor lo que describo arriba que las recientes acusaciones lanzadas por el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, contra los gobernadores de la oposición por incumplir con su deber de proteger a la ciudadanía. Porque si bien es cierto que muy pocas autoridades de este país pueden presumir de haberlo hecho bien, el titular de Bucareli carece de autoridad moral para hacer dichos señalamientos, pues representa al gobierno que tiene los peores resultados en materia de seguridad desde los tiempos de la Revolución.

López Hernández debiera estar dedicado a su trabajo de secretario de Gobernación y no andar en abierta promoción de su partido y sus aspiraciones presidenciales. Mucho menos hablar sobre inseguridad, al menos en tanto no se aclare por qué en los archivos hackeados a la Sedena aparecen señalamientos contra funcionarios que él nombró cuando era gobernador de Tabasco, quienes, a decir de esa información, tienen vínculos con un grupo de la delincuencia organizada.

Otra inconsistencia es lo que ocurrió ayer en la conferencia presidencial, realizada en Ciudad Victoria. Dos días después de que López Hernández la emprendió contra los gobernadores de oposición, el gobierno federal presumió los datos de la lucha contra la inseguridad en Tamaulipas, como si no hubiera tenido que ver en ella la administración estatal que terminó funciones apenas el 30 de septiembre.Porque una de dos: o el gobierno federal es responsable de los desaciertos en los estados o los gobiernos estatales tienen el mérito de los aciertos. Porque, así como van las cosas, la próxima vez que ocurra algo grave en Tamaulipas en materia de seguridad, van a salir con que es culpa del tiradero que les dejó el neoliberalismo, por más que ayer hayan dicho que el estado trae buenos números.

Para la ciudadanía, el debate sobre si la responsabilidad de este fracaso es del neoliberalismo o el lopezobradorismo —o de la Federación o de los estados— es absolutamente estéril.  

A ella, esos pleitos y actos de presunción de nada le sirven. Lo que quiere son condiciones para vivir tranquilamente. Poder ir a trabajar o llevar a sus hijos a la escuela y volver a casa sin temor a ser asaltada o secuestrada o quedar en medio de una balacera. Y tiene derecho a ello porque se lo garantiza la Constitución y porque paga impuestos. 

BUSCAPIÉS

*¿Cuál será el temor para informar sobre el hackeo a la Sedena? En Chile —cuyas Fuerzas Armadas también sufrieron la sustracción de datos por parte del mismo grupo—, Maya Fernández, ministra de Defensa, nieta de Salvador Allende, compareció ante el Congreso. ¿Por qué el Presidente no deja que al general secretario le hagan una sola pregunta sobre el tema?