Francisco Garfias
Arsenal
Elena Chávez, autora del libro El Rey del Cash, se ha convertido en una celebridad de la noche a la mañana. No tengo memoria de que la aparición de un testimonio escrito haya causado tanto revuelo. El libro refleja lo que vio y percibió en el entorno de López Obrador, durante los 18 años que fue pareja de César Yáñez. Las reacciones que provocó se polarizaron. El reconocimiento de unos, la histeria de los otros.
Ni el aludido presidente López Obrador se pudo sustraer de la cascada de descalificaciones que le han llovido a Elena por revelar la ropa interior de lo que hoy es Morena.
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“Es un acto de libertad, aun sin pruebas, y de deshonestidad intelectual”, dijo en la mañanera de ayer. Pero no la desmintió categóricamente. Buscamos a la autora para una reacción. Nos respondió con un audio en el que da cuenta de los “muchos insultos” que ha recibido de los partidarios de YSQ.
“Ya no me llamo Elena, me llamo zorra. Pero como tú sabes que me gustan los animales, me pusieron la cara de una zorrita que son bonitas. Estaba preparada para eso”, nos dijo.
Las agresiones, afortunadamente, no han pasado de los insultos y descalificaciones. “Ha sido todo verbal. No he tenido ningún problema. Hoy he estado en casa todo el día”, cuenta.
A los que le exigen pruebas de lo escrito les pide que lean el libro y les recuerda que el testimonio está avalado como prueba en causas penales. “Pero sí doy pruebas. Desmenucé las declaraciones de todos ellos y resulta que, en campaña, cuando se supone que no tienen dinero, todos se hicieron de inmuebles, joyas, automóviles, ¿de dónde sacaron el dinero?
Agrega: “También meto las capturas de pantalla de Ariadna Montiel (extitular de la RTP, hoy secretaria de Bienestar), donde me dice que ella dio todo y el Presidente se decanta por otros y la deja a un lado. Esas son pruebas que le dio recursos. El que no lo ve es porque no lo quiere ver”, sintetiza.
* No se le escapó el hecho de que Mario Delgado, presidente de Morena, dijera por la mañana que ella mentía, y en la noche reconociera que muchos funcionarios sí habían contribuido.
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