Jorge Fernández Menéndez
Razones
Este jueves, tendremos una nueva reunión de funcionarios de seguridad de México y Estados Unidos, según confirmó ayer el presidente López Obrador. La agenda bilateral en ese tema es amplísima, pero en buena medida pasa hoy por el tráfico de fentanilo y otras drogas, la migración y cada vez más por el alineamiento internacional de México, visto desde Estados Unidos cada día con mayor desconfianza.
La reunión del jueves nos encuentra en un contexto sumamente delicado. Por una parte, el hackeo a los servidores de la Defensa, supuestamente realizado por el grupo Guacamaya, que ha puesto al descubierto un enorme caudal de información de la institución armada y que aún, desde ningún ámbito, se ha terminado de explicar cómo sucedió y por qué vías, lo que alimenta todo tipo de sospechas.
Entre esa información hay mucha, incluso de operativos, sobre la relación del Ejército mexicano con el ejército e instituciones de seguridad estadunidenses. La relación de los ejércitos de México y Estados Unidos generalmente ha sido más estrecha que con otras instituciones de seguridad, como lo muestran, incluso, alguno de los correos develados esta semana. Lo cierto es que, aunque ese robo de información ha sido minimizado públicamente no deja de ser una exhibición de debilidad que, entremezclado con las sospechas del origen de ese hackeo, hará más compleja la reunión del jueves.