Yuriria Sierra
Ell momento no es nada discreto, por el contrario. El “Chingona, mi Yola. Chingonsísima…”, que la diputada Yolanda de la Torre generó en Alejandro Moreno hace unos días, cuando en la Cámara de Diputados defendió su iniciativa para extender la presencia del Ejército en las calles, ahora se transformó en una incógnita que da pie a muchas suspicacias. Un día después de que esta propuesta no encontró vía libre para su aprobación final en el Senado, pidió licencia y se desmarcó del presidente Andrés Manuel López Obrador y de las críticas que la señalan como la responsable de la ruptura de la alianza opositora del PRI con Acción Nacional y lo que queda del PRD. Que se va a Durango a un puesto no precisado, pero se va. Su labor en San Lázaro está hecha. Una iniciativa priista, partido que, hasta hace unas semanas, transitaba en bloque contra la extensión de las Fuerza Armadas en tareas de seguridad, camina hoy fragmentado, entre los que siguen con el no y quienes celebraron lo firmado por De la Torre, como su mismísimo dirigente nacional. En fin.
El tema continúa, ¿qué harán desde Morena y Palacio Nacional para concretar su deseo de tener al Ejército en las calles hasta 2028? La creían muy fácil, se condujeron con soberbia y llevaron el dictamen aprobado en Diputados al pleno del Senado, aún con la certeza que de no alcanzaban la mayoría calificada, necesaria tratándose de una reforma constitucional. El cabildeo no funcionó, la visita de Adán Augusto López, tampoco. La distancia que marcó Ricardo Monreal, menos. Y no hubo negociación suficiente que alcanzara para convencer a 11 senadores, apenas uno de Acción Nacional, quien ya el tiempo dirá si el trueque le resultó efectivo. Así que se dieron tiempo, una estrategia para extender, por lo pronto, su oportunidad para negociar. Ya veremos si en los próximos días regresan el dictamen que retiraron el miércoles para su discusión. Sin embargo, algo sucedió ayer, se escuchó en Palacio Nacional, ¿sabrán que ya no lograrán su cometido?: “Que pase un tiempo, que pase un periodo y voy a volverla a presentar. Mientras yo esté de Presidente, como tengo la facultad de hacerlo, presentar iniciativas, voy a seguir insistiendo…”, dijo ayer Andrés Manuel López Obrador. Mientras Morena anunció que regresará el dictamen en próximos días, el Presidente ya está hablando frontalmente de un plan B y hasta de un C: “Pueden haber otros mecanismos, encuestas. Hay empresas verdaderamente independientes que podrían, después de foros de debate, argumentando a favor o en contra, preguntarle a la gente para que no sea esto un asunto cupular…”.
¿Un fracaso silencioso? ¿Derrota anticipada? Evidentemente no será reconocido así, pero sin duda López Obrador tiene lista su ruta. Por lo pronto, el PRI le brindó una enorme ayuda al presentar una iniciativa que, por ahora, no encontró buen puerto, pero que hizo lo que decían que no sucedería: verlos remar juntos. Un golpe para quienes han creído en ambos partidos como movimientos opuestos.