Jorge Fernández Menéndez Razones
La posición del gobierno federal sobre los muy graves disturbios de la semana pasada en Jalisco, Guanajuato, Chihuahua, Baja California y Michoacán, incluyendo la desafortunadísima intervención de ayer de Liz Vilchis, recuerda un viejo chiste: aquel en que un conductor escucha en la radio, mientras conduce a toda velocidad por el Periférico, que un automóvil transita en sentido contrario por esa vialidad y el conductor exclama: uno no, son miles. Que medios y periodistas de distintas posiciones y concepciones observen lo mismo no le hace revisar al gobierno sus ideas preconcebidas: los lleva a inventar una conspiración. La sola idea de calificar como “propaganda” de los grupos criminales lo sucedido: decenas de negocios, tráileres, automóviles quemados, muertos, heridos, pánico social, el negar enfáticamente una acción concertada que su propia información confirma, es tan desconcertante como decepcionante.