La situación que algunos analistas serios plantean para las principales economías, no permite ver un año fácil para las economías del mundo.
01 de Enero de 2016
¡Quién sabe! Es más, le soy franco, contestar eso, prácticamente a nadie interesa. Incluso, pienso que no me equivocaría si afirmare que a una muy buena parte de la clase política, tampoco le interesa; es más, si me apura, le digo que no pocos de nuestros funcionarios -que hoy todavía vacacionan en algún destino de esos donde se practican deportes de invierno en Estados Unidos y Europa-, tampoco les interesa tener una idea -por ligera que fuere-, de uno o dos escenarios probables para el año que comenzó. Pensar lo contrario, sería un cisne negro diría el Doctor Nicolás Taleb.
De ser usted uno de los que por una u otra razón no salió de vacaciones, y continuó realizando las actividades cotidianas que le permiten obtener un ingreso para sobrevivir, muy probablemente leyó algo acerca de las condiciones en las cuales terminó el año 2015, y algo relacionado con las perspectivas generales acerca del comportamiento económico para el 2016 en los principales países del mundo.
De haber leído eso, estará de acuerdo conmigo en que la situación que prácticamente todos los analistas serios plantean para las principales economías, no permite ver un año fácil para las economías del mundo. Por el contrario, sin posibilidad alguna de darle a usted cifras exactas de ésta o aquella variable económica por ser un analista responsable (bueno o malo, pero responsable), sí podría decirle que, las condiciones a enfrentar en nuestro país y en su economía serán, por decir lo menos, difíciles.
Por supuesto, lo sé bien, abundan los panegiristas oficiales y oficiosos que pintarán, como lo hicieron estos tres años, un panorama que de concretarse, rivalizaría con el paraíso terrenal. Sin embargo, le repito, todo indica que la situación mundial no pinta para ser la más apropiada que posibilitaría, que dicha eventualidad se concretare en México.
¿Preocupa eso? Es más, ¿saberlo nos habría llevado a definir políticas públicas las cuales, cuando menos paliarían los efectos negativos del escenario que hoy se ve como el más probable? Para serle sincero, lo dudo mucho; pienso, por el contrario, que la única preocupación de nuestros gobernantes, funcionarios, legisladores y dirigentes de partidos, y la de sus candidatos que participarán en los trece procesos electorales que se llevarán a cabo este año, será obtener la victoria; la de sus partidos y sus candidatos.
Ahora bien, de acuerdo siempre con la situación mundial que se espera enfrentemos el año que hoy comenzó, ¿cómo lo traduciríamos para México? ¿Qué ve usted para este año? ¿Efectivamente, como afirma el discurso oficial y la avalancha mediática que lo difunde, México será como a la fecha, distinto a los demás? ¿Acaso alguien con dos dedos de frente podría afirmar, sin equivocarse, que las dificultades que se ven para el mundo en este 2016, ni siquiera nos despeinarán?
¿Lo acepta? ¿Le parece que nuestros obstáculos estructurales, la corrupción profunda que reina en todos los aspectos de la vida nacional, y las dificultades que enfrentará el mundo, no tendrán aquí, efecto alguno?
Hoy, día uno del año 2016, una vez curados los efectos del festejo de la noche vieja, ¿podría ser ocasión propicia para pensar en lo que nos espera el resto del año? ¿Y si no fuere hoy, podría ser mañana o el domingo? No se preocupe; si pensar en el futuro no le atrae, ¿podría revisar cómo le fue en el año que terminó? ¿Tampoco? Bien, como diría el clásico, a seguir chupando en paz.