Por YuririaSierra
09 de Noviembre de 2018
Ya está en el Senado. Al fin. Por la pacificación, aseguró Olga Sánchez Cordero, todavía senadora. Después de tanta evasión, finalmente se discutirá una iniciativa que hará legal lo que, queramos o no, se moverá indefinidamente, así sea en el mercado negro. Ya está en la agenda, escrita y en forma, la Ley General para la Regulación y Control de Cannabis, compuesta por 75 artículos.
La propuesta está basada en el modelo recientemente aprobado en Canadá, que impulsa un esquema entre prohibición total y el libre mercado. ¿En qué consiste?, aquí se la cuento: Propone crear el Instituto Mexicano para la Regulación y Control de la Cannabis, que se encargaría de vigilar, reglamentar, aplicar medidas de seguridad y evaluar el sistema de regulación de la planta. Su consejo lo integrarían representantes de la Secretaría de Salud, de Agricultura y Ganadería, Educación Pública, Hacienda, Medio Ambiente y Recursos Naturales y Relaciones Exteriores.
Eso en materia de burocracia, en su ejecución, la ley prohíbe el comercio, distribución, donación, regalo, venta y suministro de productos de cannabis a menores de edad. Para el uso personal, permite sembrar y preparar hasta 20 plantas de cannabis, previamente registradas ante el Instituto Mexicano para la Regulación y Control de la Cannabis; su producción no debe rebasar los 480 gramos al año. Quienes necesiten más de 20 plantas por cuestiones estrictamente médicas, deberán solicitar un permiso. También permite la creación de cooperativas de hasta 150 socios; mismos que deberán contar con licencia de autorización, cumplir con requisitos de verificación y estar autorizados sólo a la producción de cannabis y tendrán prohibido proveer cannabis a personas ajenas a su organización y producir más de 480 gramos al año por cada uno.
La ley, propuesta por Sánchez Cordero, detalla que para el uso científico se deberá contar con un protocolo de investigación autorizado, además deberá cumplir con los reglamentos que imponga el Instituto Mexicano para la Regulación y Control de la Cannabis. Si es persona física, se deberá ser mexicano; si es persona moral, tener 80% de capital nacional. Para el uso comercial, la cannabis podrá utilizarse con fines farmacéuticos, terapéuticos o industriales. Los productos deberán especificar en su etiqueta que su venta es autorizada únicamente en México. No se podrán comercializar productos comestibles derivados del Cannabis, mucho menos hacer promoción en medios de comunicación. Para el uso terapéutico y paliativo se requerirá una licencia de autorización; su producción y control sanitario se regirán con base en la Ley General de Salud, y su venta será sólo en puntos determinados. Para su uso farmacéutico, su venta será controlada, sólo con receta médica y su venta será únicamente en farmacias. Los establecimientos estarán obligados a ofrecer servicios de información y asesoramiento profesional.
Y tal vez uno de los puntos que resultará polémico en la discusión es que la iniciativa permite fumar cannabis en espacios públicos, aunque prohíbe mezclarla con otras sustancias que aumenten el nivel de adicción, como el alcohol y la nicotina.
La propuesta incluye sanciones: tareas comunitarias de hasta 36 horas, de tipo económico, retiro de licencia de conducir y permisos expedidos por el Instituto Mexicano de Regulación y Control de la Cannabis, y arresto de hasta 36 horas.
La lógica de la propuesta es una, ya lo avaló la Corte; cualquier adulto es responsable de sus decisiones y tiene libertad de tomarlas. Por otro lado, uno de los temas de seguridad como el narcotráfico, está en la prohibición, pues ello es lo que ha permitido hacer de las drogas uno de los negocios más prósperos. Golpear al crimen organizado desde una esquina distinta nos ofrecerá un margen de error menor al que hoy tenemos y que no ha ayudado a regresarnos la tranquilidad. Pero el consumo es un tema de salud que tampoco se resuelve con prohibición.
Esta iniciativa presentada por quien será la próxima secretaria de Gobernación es un paso enorme, necesario y valiente. Y aunque falta su discusión y los foros que el Senado realizará sobre el tema, que hoy hablemos de esto como una muy cercana posibilidad sí nos habla de un país que enriquece el entendimiento de su propia realidad.