Por Bernardo Graue Toussaint
Sr. Presidente electo López:
Presente
Toda vez que ha concluido el Mundial, la serie Luis Miguel y la elección presidencial, festejo que los mexicanos podamos tener un poco de respiro ante tantas emociones. Igualmente celebro que usted tome cuatro días de merecidas vacaciones, dadas la campaña y las dos semanas FRENÉTICAS que usted ha escenificado desde el día de la jornada electoral. Ahora le recomiendo: SERÉNESE, PRESIDENTE ELECTO, SERÉNESE
Todo buen político debe tener un “Pepe Grillo”, es decir, un buen asesor autorizado para decirle al personaje de marras aquellos puntos de vista y opiniones que nadie de su círculo cercano se atrevería a pronunciar. En su caso, veo un entorno de aduladores, que dificulta que usted conserve los pies en el suelo. SERÉNESE y búsquese un buen “Pepe Grillo”.
Tal vez ese equipo de aduladores no le ha dicho que usted está construyendo el mismo camino del Presidente Peña Nieto al inicio de su administración: elevar irresponsablemente las expectativas. Fue precisamente desde esa misma altura desde donde se desplomó el mexiquense. Su equipo seguramente no le han dicho que, tal vez, sería mejor HABLAR POCO Y HACER MUCHO.
SERÉNESE
Usted nos ha inundado diariamente de sus personalísimas decisiones respecto de lo que será su personalísima administración. CALMÉSE. SE EQUIVOCA AL BUSCAR SER EL CENTRO DE LA VIDA NACIONAL. NO LO ES, NI LO PRETENDA.
Podemos entender la euforia después de tan apabullante victoria electoral, pero ello no implica que, ante cada idea u ocurrencia que anuncie el Sr. Presidente electo, se tenga que conceder un sí en automático, sin reparo en la legalidad de la propuesta; su viabilidad, la conveniencia o el costo-beneficio de determinada decisión. Ese coche llamado México NO ES SUYO y sólo se le permitirá conducirlo durante seis años. Usted lleva pasajeros a los que debe llevar con prudencia y seguridad. No puede ni debe hacer lo que quiera con el coche. Tampoco se le pueden permitir imprudencias que pongan en peligro a quienes vamos a bordo. Por más votos que haya tenido, no está autorizado para manejarlo “a su manera”. SERÉNESE
Ganó la elección. Ya debe dejar atrás su retórica de opositor. Está usted obligado a ser una voz que hable, sin distinción, a todos los mexicanos. SERENE SU PALABRA.
Para todo lo que pretende y promete no hay recursos financieros suficientes. USTED LO SABE. Los ingresos petroleros han decaído y el mercado de los hidrocarburos no pasa por su mejor momento; la recaudación fiscal sigue siendo muy pobre; está en riesgo nuestra relación con nuestro principal socio comercial, etc. A pesar de sus recortes; de los supuestos ahorros derivados del combate a la corrupción o del resultado de sus políticas de austeridad (algunas acertadísimas; otras ilegales y cierto número de ellas absurdas), le aseguro que no le cuadrarán las cuentas. No hay dinero para todo lo que pretende. No hipoteque al país. MODERE SUS ANSIAS DE PROMETER.
México, Presidente electo, padece mucho sufrimiento humano que se pudo haber evitado. Mucho. Usted no puede liderar a una nación desde la trinchera del despropósito, de la ocurrencia o de la promesa falaz. Usted, que tanto ha prometido que será ejemplo de la nación, debe empezar por conducirse con serenidad, con templanza. En estas dos semanas, hemos visto todo lo contrario.
Por el bien de una nación que merece un buen destino, SERÉNESE, PRESIDENTE ELECTO, SERÉNESE.