09 de Febrero de 2017

Manuel Bartlett coincidió ayer con recientes declaraciones del expresidente Felipe Calderón, en el sentido de que México le ayuda a hacer la chamba a Estados Unidos en materia de seguridad, algo que a Miguel Osorio no le gustó ni tantito y ya lo refutó.

Y es que el senador del PT puso el dedo en la llaga de la cooperación en ese rubro con Estados Unidos, durante la  comparecencia de la presidenta del Inai, Ximena Puente, ante el pleno del Senado.

El hombre sacó a relucir información que el almirante William E. Gortney; jefe del Comando Norte, presentó ante senadores estadunidenses, en 2015.

Dijo Gortney: “El año pasado (2014) marcó un hito histórico en materia de seguridad con México… quien dio un paso sin precedente al acercarse al Departamento de Defensa para adquirir equipo militar por medio del Programa de Venta de Armas”.

No paró allí. Bartlett desglosó el informe. Hizo notar que en los primeros dos años y medio de gobierno de Peña Nieto se compraron armas y vehículos militares a los vecinos del norte por un total de tres mil 500 millones de dólares.

Se adquirieron 30 millones de balas y proyectiles; más de 20 helicópteros UH-60 Black Hawk y dos mil 200 vehículos militares multipropósito Humvee. “Un volumen 100 veces mayor que en años anteriores”, aseveró.

Un Ejército modesto que se volvió caro por necesidades de un tercer país, sintetizó.

Ya en su oficina, el exsecretario de Gobernación nos dio copia del documento que leyó en el salón de plenos.

Nos fuimos a las anotaciones que hizo al pie de página.

Ahí, el legislador poblano precisa que el “hito histórico” al que se refiere Gortney son las adquisiciones por mil 346 millones de dólares que hizo el gobierno del presidente Peña al Pentágono en equipo, tecnología, refacciones y adiestramiento militar.

Fueron tres operaciones realizadas entre el 17 y el 21 de abril de 2014, asevera.

Según el comunicado 14-10 de la Agencia de Defensa para la Cooperación en Seguridad (DSCA), dependiente del Departamento de Defensa, ese 21 de abril se aprobó la venta de helicópteros UH-60M Black Hawk por alrededor de 600 millones de dólares.

Trump presume que el gobierno mexicano ha recibido alrededor de 2.5 mil millones de dólares en ayuda militar, a través de la Iniciativa Mérida.

Los gastos de mexicanos en armamento y suministros, realizados en el contexto de cooperación contra el narcotráfico y crimen organizado, triplican esa cantidad.

“Y eso sin contar los muertos, heridos, desplazados mexicanos como resultado de la lucha contra el crimen organizado”, nos dijo don Manuel.

Y más: “Trump dice constantemente que nos apoyan, pero somos nosotros los que les hacemos la tarea de llevar la frontera más al sur, y pagamos los costos”.

Bartlett solicitó a Ximena Puente que confirme la información y precise cuáles son los montos que México ha recibido desde que arrancó la Iniciativa Mérida en épocas de George W. Bush.

Pero también lo que se ha erogado en armamento y suministros en esta administración, quiénes son los proveedores y cuáles han sido las modalidades de licitación de esos contratos.

El senador del PT estaba seguro que Puente le iba a responder que esa información es reservada, pero la titular del Inai se comprometió a entregarla al Senado a la brevedad.

Veremos…

• Donald Trump violó su palabra, a juzgar por el comunicado que dio a conocer la Presidencia de la República, luego de la llamada de una hora entre el madatario de EU y el de México, Enrique Peña. Ayer volvió a hablar en público sobre el muro, y en tono intimidatorio: “(El muro) está siendo diseñado ahora mismo. La seguridad está en peligro, pues claro que no era broma. Yo no bromeo sobre cosas como ésta. Habrá un muro y será un gran muro”, dijo ante alguaciles estadunidenses.

Es la segunda vez que a Luis Videgaray lo reciben en Estados Unidos con mensajes hostiles. El canciller viajó a Washington para entrevistarse con Rex Tillerson, secretario de Estado, y John Kelly, titular de Seguridad. La primera fue cuando se canceló la reunión entre los mandatarios.

• Ernesto Ruffo nos aclara que no se ha “destapado” oficialmente como aspirante a la Presidencia de la República.

El senador del PAN precisa que aún tiene que verificar si los numerosos “likes” que acumula en redes sociales provenientes de todo el país son de carne y hueso.

“Pero si quieren, quiero”, nos dijo este hombre que en 1989 rompió el monopolio de gobernadores del PRI que existía hasta ese momento en el país y, empujado por los ciudadanos, llegó al Palacio de Gobierno en Baja California.

El hombre asegura que la “Ruffomanía” no para de crecer. Ya fue a Baja California Sur y lo recibieron con “mucho cariño”. En su tierra también es profeta. Pero quiere corroborar si todo ese apoyo que le expresan desde Chihuahua, Sonora, Michoacán y otros estados es real.

En el CEN del PAN ya le preguntaron si realmente tiene intención de buscar la candidatura presidencial. Le recordaron que él es el encargado del padrón del azul y que es miembro de la comisión anticorrupción. “Hay conflicto de interés”, le dijeron.

“Lo mío es más ciudadano que de partido. Igual que en el 89 no quería y fui”, nos dijo.

Lo escuchó el senador del PRI Humberto Mayans. Ese año, él estaba en Baja California por encargo de Luis Donaldo Colosio para hacer un estudio que, por cierto, daba como ganador a Ruffo sobre la priista Margarita Ortega.

Lo tacharon de loco. César Augusto Santiago hasta “se encabronó” por vaticinar la victoria del panista. “Es cierto. Yo lo viví. Tú no querías contender y ganaste”, le dijo Mayans.