Quédate con quien te quiera así: tu alma matercomprueba que plagiaste en la tesis y, sin condena ni lamento, esa universidad concluye que se trata de un “acto consumado sobre el que es imposible proceder en ningún sentido”.
Alabado sea el señor presidente, porque nunca se equivoca, ni siquiera cuando plagia y es cachado.
La Universidad Panamericana perdona al hijo pródigo. Qué más da si se prueba que fue un tramposo mientras otros se quemaban las pestañas, qué más da si a cualquier otro le hubieran humillado por plagiar; pero para eso son las parábolas bíblicas, para sacrificar el mejor becerro en celebración del éxito del hijo encumbrado. ¿Que el hijo es tramposo? No, no han entendido, actualícense. No son trampas las de Monex, ni fraudes los fraudes a la ley del Verde, ni es conflicto de interés el conflicto de interés, ni está mal que te paguen el predial, nada de eso está mal, y si lo estuviera, pues son “actos consumados”. Y háganle como quieran.
El “haiga sido como haiga sido”, elevado a estilo personal de gobernar.
Y encima, ese estilo hace época: Bienaventurados los que son como yo porque de ellos es el reino de esta tierra. Que si dejaste a tu estado en quiebra, acto consumado; que si despojas a ricos y pobres por igual, con juicios tramposos en la Riviera Maya, pues háganle como quieran, porque aunque lo demuestren, aunque se publique aquí y en el extranjero, aunque se sepa, con el fraude llegamos y con fraudes nos quedaremos, y salvo el chivo expiatorio de rigor, nadie pagará con cárcel por estos actos consumados.
El comunicado de la UP, nunca menos respetable, corona una semana donde la mañosa contabilidad el PRI en 2012 fue perdonada por el INE (nunca menos respetable,again), y la operación con tarjetas de Monex en esa elección ha adquirido el estatus de legalizada. O sea, la autoridad electoral prescribe otro “acto consumado”. Y para que no quedara la menor duda del aire de los tiempos, los del Instituto Nacional Electoral se alinearon a lo que el Tribunal Electoral del PJF (nunca menos resp… ) y rebajaron las multas al Verde, ese campeón de los “actos consumados”.
Honorable Congreso de la Unión, ahí les enviaré este jueves un texto lleno de “actos consumados”. Para cuando revisen mi informe, y para cuando comprueben lo que falta y lo que no cuadra, y cuando quede en evidencia la evidencia, no tendrán de otra más que decir que pues sí, está mal, pero la ley está hecha no para la justicia ni para la rendición de cuentas, sino para dar fe de los “actos consumados”.
Y cuando la realidad nos regrese a la realidad, cuando lleguen las comparecencias, y el trabajo (es un decir) de las comisiones legislativas, y al final, muy al final, se hagan las auditorías, entonces, muchos meses después, se comprobará que el informe presidencial, este y cualquiera, es una cosa, mientras que la vida en las calles es otra muy distinta, una donde queda muy poco del sano, variado y suficiente, donde lo bueno casi no se cuenta porque lo malo es muy malo, y lo malo cuenta mucho, y que lo malo desespera más cuando se habla de ello no como de actos reprobables, sino como actos sin valor porque ya fueron consumados.
El presidente de la República plagió ideas de otros. Lo cacharon. No huyó. No tenía por qué. ¿Quién lo iba a pescar? Su vocero lo había profetizado: Bienvenida la crítica y el debate… sobre los actos consumados.