Tal como lo prometimos platicaremos de un pelotero que causó sensación en la liga de la costa del pacifico y si no mal recuerdo fue la temporada 1957-58 cuando los Cañeros de Los Mochis llegaron a un acuerdo con los Cardenales de San Luis y enviaron a dos o tres peloteros novatos a foguearse en el beisbol de esta región de México.
Llega entonces León James Carmel apodado el Duque, tal vez por su guapura, parecía galán de Hollywood, grandote 1.91 metros de estatura y los directivos cañeros encantados porque las gradas de sombra que era las que ocupaban los ricos, se llenaban de chamaconas que iban en busca del amor de su vida; y es que por entonces los peloteros estaban muy bien cotizados, y el Duke era el más admirado por las jovencitas de aquellos lejanos años.
Y Carmel aparte de su galanura era un gran pelotero, en ese invierno el chamaco andaba por los 20 años y jugaba el centerfielder, cubría mucho terreno y tenia tremenda brazo zurdo que los viejos aficionados lo comparaban con el brazo de Epitacio “Mala” Torres que ya era afamado en la liga de la costa por su brazo de bazooka.
Carmel bateaba a la zurda y en esa temporada se voló la barda 18 veces y fue el campeón jonronero, empujó 44 carreras; desde su llegada se convirtió en el ídolo de la afición cañera, hacia muy buena pareja con Walter Mathews que cubría el right fielder, también zurdo, y los dos a cada rato maravillaban a los aficionados con sus atrapadas, ese año los Cañeros tenían en el jardín izquierdo a Ángel “Cuco” Toledo, un cubanico no muy alto, pero que era tremendo bat y corría las bases de maravilla, de manera que los jardines de los Cañeros estaban muy bien defendidos. Toledo era derecho para tirar y para batear.
Al Duke le gustaba mucho ir a pescar a la bahía de Topolobampo, y era bueno para eso, dicen los pescadores que lo conocieron y lo llevaban a pescar, ya que el nació en New York, era pues porteño y le encantaba la playa; como entonces sólo se jugaba los sábados y domingos, entre semana entrenaban y los gringos eran los consentidos, de manera que hacían lo que querían y Carmel era el cuarto bate de los verdes y mientras hicieran bien su trabajo pues ni quien dijera nada y los gringos atraían a las muchachas y eso significaba dinero que ingresaba por concepto de ventas de asientos de sombra, que incluía la renta de cojines para no sentarse en el cemento, pues no había las butacas de hoy.
El Duke Carmel pintaba para ser una estrella de las grandes ligas pero nunca lo fue. En 1959 los Cardenales le dieron su primer chance y a los 22 años debutó en la gran carpa y sólo jugo en diez partidos en los que no bateó como sabíamos que podía.
Al año siguiente lo mandaron a las ligas menores y al final lo vuelven a llamar y jugó en 4 partidos, total no respondía como se requería y lo regresaban a las menores donde permaneció hasta que en 1963 lo llamaron de nueva cuenta después de tener buena temporada en triple A y entonces ya participó en 57 juegos y repentinamente fue cambiado por los Cardenales de San Luis a los Mets de Nueva York por Jacke Davis y efectivo, donde jugó en 47 partidos.
Los dos siguientes años anduvo en las ligas menores y en 1965 llegó a jugar con los yankees de New York sólo en 6 partidos y seguramente lo regresaron a las ligas menores donde terminó su carrera de beisbolista.