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El arribo de Dihigo a Veracruz

 
 
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Por Jesús Alberto Rubio.
Hay un capítulo muy especial en la historia del beisbol de México: el arribo –un miércoles 11 de agosto de 1937-- a la ciudad y puerto de Veracruz del Inmortal Martín Dihigo Llanos, contratado para lanzar con el Águila… y que si causó enorme expectación su presencia.
Alexander Vicet, de la Peña cubana “Martín Dihigo”, nos comparte aquella historia, inolvidable en los anales del beisbol, tras entrevistar junto con Denis Gómez Carmona en Cruces, ciudad provincia de Cienfuegos, al hijo de El Inmortal, del mismo nombre, fallecido en junio del año pasado cuando estaba por cumplir 66 años de edad.
Martín Dihigo Reina, fue también pelotero en las Ligas Menores de EU; jugó cuatro temporadas en diversos equipos entre los años 50 y 60.
En aquella charla, el primogénito de El Maestro también hizo referencia en la forma en cómo ayudó en Veracruz a quienes serían parte de los expedicionarios cubanos que más tarde, tras partir del puerto de Tuxpan en la embarcación llamada Granma, desembarcaron en el 2 de diciembre de 1956 cerca de la playa Las Coloradas en el municipio de Niquero, lo que marcó el inicio de las luchas guerrilleras que culminarían con el triunfo de la Revolución Cubana el 1 de enero del 59.
En relación a su arribo de su padre al puerto jarocho, además de lo que usted leerá en el link que ya subí a mi Facebook Beisbol e Historia, mire lo que les contó a Alexander y Denis:
“Existe un momento que el guardaba en lo más profundo de su corazón y fue la primera vez que llegó a México. Ese viaje fue por el puerto jarocho de Veracruz, iban él, mi madre y Santos “Canguro” Amaro, jardinero izquierdo y una superestrella del Almendares.
Contaba que, al llegar, el muelle estaba lleno de personas y le dice a Amaro – mira para eso, ¿Quién será el que viene? parece que es un presidente; cuando nos vayamos a bajar no podremos pasar por la cantidad de personas que hay – y cuando lo hicieron, él cogía para un lado y lo trancaban, cogía para el otro y lo mismo.
Empezó la gritería hasta que entonces preguntó ¿a quién esperan toda esta gente? A lo que contesta un jarocho, a don Martín Dihigo, el pelotero cubano. Eso le impactó tanto que lo guardaba como uno de los momentos más inolvidables”.
Eso es.
Asimismo, sobre ese capítulo, el historiador Félix Báez-Jorge, también rescató aquellos instantes del arribo del Inmortal:
“El miércoles 11 de agosto (…) hacía las 14:00 horas (…) una abigarrada, alegre y entusiasta multitud, acompañada por el estruendo de la Danzonera Cegarra, se desbordó en el muelle número 4 a esperar el arribo del vapor Orizaba de la Ward Line, procedente de La Habana (…) Cerca de las 15:30 horas, cuando el vapor Orizaba se acercaba al muelle, la multitud con aplausos y vítores obligó al lanzador a salir a la borda del barco y cuando éste se presentó en la barandilla con una amplia sonrisa de vanidad satisfecha, recibió una larga ovación. Dihígo, un mulato grande (…) tenía el tajamiento elegante con que marca el Caribe a sus hijos predilectos… 3
Esa narrativa, completa, también la encuentra en el mismo Facebook Beisbol e Historia.
¡Disfrútenlas!
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