Viernes, Noviembre 22, 2024
A- A A+

Banner superior a un lado de logo

Anuncio Museo 400px

Ubicacion de Anuncios, debajo de destacados, banner todo ancho

Pepe Maiz y el nuevo recinto

Pepe Maiz y el nuevo recinto

Por Jesús Alberto Rubio.

 

En general, la campaña “se calienta” de frente a postemporada… faltando menos de 17 juegos para que termine el rol regular….

O sea que los ocho equipos ¡van por todo!

Quedarse fuera de la fiesta de playoffs, como que significa una “tragedia” en todo sentido, incluyendo el billete que se pierde en cada franquicia.

Digo, pensando ($) en lo que dejan esas jornadas en cada estadio/cheve-qué chévere y otros menesteres alrededor del espectáculo, llámese mercadotecnia/publicidad, derechos publicitarios en medios y cosas por el estilo.

Obviamente, el protagonismo y todo lo que salta sobre el terreno de juego, que es finalmente lo mejor de todo para la afición.

El nuevo recinto

Por mientras vayamos al tema siguiente:

José Maiz platica con el colega José A. González sobre el nuevo Recinto de la Fama del Béisbol Mexicano

De inicio, nos dice: estimados amigos, les hago llegar la entrevista con el Ing. José Maiz García, presidente de los Sultanes de Monterrey, quien habla sobre la construcción del nuevo recinto que estará en el Parque Fundidora en el Paseo Santa Lucía de Monterrey.

El Ing. José Maiz explica a detalle la nueva casa que albergará la historia del béisbol mexicano, señalando que va a estar a la altura de los mejores del mundo:

https://www.youtube.com/watch?v=Eo9y4j3j2Hw

El túnel del tiempo…

Ahora, vayamos juntos al túnel del tiempo:

En 1958 la ciudad de Nueva York vio como dos de sus grandes y tradicionales equipos de MLB --por espacio de 55 años-- emigraban hacia la costa Oeste de EU: Dodgers de Brooklyn encontraba nuevo hogar en Los Ángeles y los no menos famosos Gigantes de NY... en la Bahía de SF.

Para ese año, el béisbol de la Gran Carpa ya había experimentado inusitados cambios de ciudades:

1953: los Bravos de la LN fueron la primera franquicia en hacer maletas cuando abandonaron su hábitat tradicional en Boston (desde 1903) rumbo a Milwaukee.

1954: los Cafés de San Luis hicieron lo mismo y se mudaron a Baltimore; 1955: los Atléticos de Filadelfia dejaron a la Liga Americana y se fueron a su nuevo en Kansas City.

Los jugadores negros

También en 1958 alrededor de 100 jugadores afroamericanos de Norte América y aproximadamente 80 negros de origen hispano jugaban en la Gran Carpa, la mayoría de ellos con equipos de la Liga Nacional.

Ello ocurría después de que en 1947 Jackie Robinson había puesto un pie en un diamante de beisbol uniformado en un equipo de las Grandes Ligas (Dodgers de Brooklyn), dando fin a barreras humanas que por muchas décadas impidieron que la historia del béisbol hubiese tenido un mejor recuento de las proezas de tantos y tantos talentos negros.

A Robinson, recordemos, le siguieron los pasos futuros de miembros del Salón de la Fama tales como Larry Doby, Satchel Paige, Don Newcombe, Monte Irvin, Roy Campanella, Ernie Banks, Willie Mays, Roberto Clemente...

¡Y cuántos más…!

Fin a las Ligas Negras

Por supuesto que al abrirse la puerta de las Grandes Ligas blancas, las Ligas Negras fueron condenadas a la extinción y para 1950 la era de las Grandes Ligas Negras había terminado.

En esa década los bateadores de la Liga Nacional por lo regular superaban a los bateadores de la Americana promedios de bateo y bases robadas y eran precisamente los peloteros negros los que se llevaban los mejores dividendos.

Jackie Robinson se convirtió en el primer jugador negro en ganar el premio al Jugador JMV, y luego de que recibiera dicho premio en 1949, otras 7 estrellas de color, incluyendo a los toleteros Roy Campanella, Ernie Banks, y Willie Mays, también lo obtuvieron en la LN en la década de 1950.

Estrellas blancas...

Sin embargo las estrellas más celebradas de esta era fueron DiMaggio, Ted Williams, y Stan Musial.

DiMaggio se retiró después de la temporada de 1951 con un promedio de bateo de por vida de .325, mientras que Williams y Musial continuaron su estrellato durante toda esta era.

Cuando Ted Williams se retiró en 1960, a pesar de los años perdidos debido a su participación en la Segunda Guerra Mundial y en el conflicto de Corea, era poseedor de un promedio de bateo de .344, 6 títulos de bateo de la LA, 521 cuadrangulares, y un par de Triples Coronas.

Y cuando Musial también “colgó los spikes” en 1963, sus credenciales indicaban un promedio de bateo de por vida de .331, 7 títulos de bateo en la LN.

 

(Esta historia continuará…).