Viernes, Noviembre 22, 2024
A- A A+

Banner superior a un lado de logo

Ubicacion de Anuncios, debajo de destacados, banner todo ancho

Parecen Imbatibles

 

 

  / DOMINGO 7 DE ABRIL DE 2019

Al Bat | Parecen imbatibles…

Si hablamos de marcas-registros-records para esta temporada 2019 en el beisbol de Ligas Mayores, sin duda alguna el imaginativo y los hechos que puedan suceder de aquí al último día del rol regular en septiembre, nos tendrá más que entretenidos y a la expectativa en grado superlativo.

Abanicar a más de 20, pegar cinco cuadrangulares, conectar 262 hits, o 74 cuadrangulares… qué decir de impactar al menos otros dos grand slams en un episodio; incluso, que un lanzador gane 32 partidos… y así pudiéramos seguir con otros acontecimientos históricos que están ahí para establecerse, empatarse o superarse.

 
 

Por eso el beisbol es fascinante.

Lo invito a que juntos vayamos a introducirnos de lleno a ese espléndido escenario de la Gran Carpa donde al paso del tiempo prevalece una diversidad de marcas de temporada que son todo un primor:

Ahí están los 36 triples (Owen Wilson, 1912); el promedio de bateo de .426 (Nap Lajoie, 1901); los 56 juegos bateando de hit (Joe DiMaggio, 1941); 13 blanqueadas (Bob Gibson, 1968); los 262 hits (Ichiro Suzuki, 2004) y 73 jonrones (Barry Bonds, 2001).

También está el reto de las 130 bases robadas (Rickey Henderson, 1982); la racha ganadora de 26 partidos (Giants de 1916); el 1.12 de ERA (Bob Gibson, 1968); las 191 carreras producidas (Hack Wilson, 1930); los 383 ponches (Nolan Ryan, 1973); conectar dos grand slams (o tres) en una entrada como lo hizo Fernando Tatis el 23 de abril de 1999 con los Cardenales ante los Dodgers.

Tenemos más:

La racha de 84 partidos consecutivos embasándose (Ted Williams, 1949); los 67 dobletes (Earl Webb, 1931); los 62 salvados (Francisco Rodríguez, 2008; (Edwin Díaz tuvo 61 el año pasado), y los 59 innings sin permitir carreras (Orel Hershiser, 1988).

Asimismo, por qué no pensar en un pitcher abridor termine invicto la temporada… o bien logre 20 ponches en un partido de nueve innings (Roger Clemens, Kerry Wood, Max Scherzer y Randy Johnson). El reto es 21 o más.

 

Y vea el siguiente:

El 11 de junio de 1938, en el parque Crosley Field, el pitcher de los Rojos de Cincinnati Johnny Vander Meer lanzó juego sin hits ante los Bees de Boston. Y cuatro noches después, el 15 de junio en su siguiente apertura, concretó otro partido sin imparables, esta vez frente a los Dodgers de Brooklyn en el Ebbets Field.

Por supuesto que ese hecho histórico fue por demás formidable; hasta hoy ningún otro serpentinero ha lanzado dos No No consecutivos en Grandes Ligas.

 

4 jonrones en un juego:

Conectar cuatro “para la calle”, es algo por demás especial. Ahora bien, imagínese dar uno más en el mismo encuentro… sería el acabose.

Hasta ahora, solamente han sido cuatro por juego. Veámoslos por cada circuito:

Liga Americana: Lou Gehrig (Yankees, 1932); Pat Seerey (M. Blancas, 1948); Rocky Colavito (Indios, 1959); Mike Cameron (Marineros, 2002); Carlos Delgado (Blue Jays, 2003), y Josh Hamilton (Rangers, 2012).

Liga Nacional: Bobby Lowe (Beaneaters, 1894; Ed Delahanty (Phillies, 1896); Chuck Klein (Phillies, 1936); Gil Hodges (Dodgers, 1950); Joe Adcock (Bravos, 1954); Willie Mays (Gigantes, 1961); Mike Schmidt (Phillies, 1976); Bob Horner (Bravos, 1986); Mark Whiten (Cardenales, 1993); Shawn Green (Dodgers, 2002); Scooter Gennett (Rojos, 2017, y J. D. Martínez (Diamondbacks, 2017).

Le diré que Gil Hodges y Joe Adcock han sido el único en toda la historia ligamayorista en conectar cuatro vuelacercas en un partido a igual número de lanzadores distintos.

 

Willie Mays

Cuando en 1961 Roger Maris implantó la marca de 61 cuadrangulares en campaña dejando atrás los 60 que Babe Ruth tuvo en su poder desde el 27, Willie Mays también impactó al mundo con cuatro cuadrangulares en el triunfo de 14-4 de sus Gigantes de San Francisco sobre los Cerveceros de Milwaukee.

No se olvida el momento aquel, el 30 de abril, cuando Mays se quedó esperando en el círculo de espera la oportunidad de ir al plato y buscar su quinto vuelacerca del día.

Lo que pudo haber sido… y no fue.