Por Jesús Alberto Rubio.
En la historia del béisbol de Estados Unidos, también tienen lugar especial las series mundiales afroamericanas.
Del todo justo y deber moral profesional es hacerles un espacio en Al Bat y cualquier otro espacio del deporte rey.
Y a propósito de Kansas City, verá:
Fue en 1924, cuando apareció la histórica primera Serie Mundial del Béisbol Negro en la que los Monarcas de Kansas City, de la National Negro League (NNL), vencieron en diez grandes partidos a los Hilldale Daisies de Filadelfia, campeones de la Eastern Colored League (ECL).
El legendario cubano, “El Diamante Negro”, José de la Caridad Méndez (Cooperstown/2006), ganó en ese histórico clásico par de victorias para los Monarcas. Los expertos en béisbol lo conceptúan como el mejor pitcher de todos los tiempos de Cuba.
Volviendo a KC:
En efecto, Kansas City es el epicentro del legado dejado por las Ligas Negras, donde descansan eternamente grandes figuras de dicha época como Satchel Paige y Buck O’Neil, entre otros.
La ciudad tiene la sede del Museo de Béisbol de las Ligas Negras, donde son celebrados los aportes y las hazañas de luminarios afroamericanos que incluyen a Josh Gibson, Paige, O’Neil y Jackie Robinson, por citar sólo a tres.
Precisamente, los Monarcas de Kansas City fueron un pilar de las Ligas Negras.
Primer circuito negro
A la NNL también se le llamaba La National Negro Baseball League; había nacido en 1920 como la primera liga de béisbol profesional negra del siglo XX.
Se fundó el 13 de febrero de aquel año en Kansas City, Missouri, y Andrew "Rube" Foster, constituyó su fuerza organizativa, por lo que fue nombrado su presidente/secretario, además de que al paso del tiempo, por su legado, se le reconoció como "El Padre del Béisbol Negro".
Los primeros equipos de este circuito, fueron: Chicago American Giants (fueron campeones dirigidos por Rube Foster); Chicago Giants, Cuban Stars, Dayton Marcos, Detroit Stars, Indianapolis ABC's, Kansas City Monarchs (subcampeones) y St. Louis Giants.
Este circuito, del Oriente de EU (ECL), colapsaría en la primavera de 1928, pero los jugadores de sus equipos "resurgieron" en 1929 como la American Negro League (ANL). En cambio, la NNL de Rube Foster funcionaría hasta 1931.
Por toda la contribución al béisbol marginado de Ligas Mayores, Rube Foster ingresaría en 1981 al Salón de la Fama en Cooperstown, gracias al voto del Comité de Veteranos de ese Recinto.
El historiador de la Liga Negra, John Holway lo explica de esta forma: “El beisbol blanco nunca conoció completamente a alguien como Rube Foster; fue el Christy Mathewson, John McGraw, Connie Mack, Al Spalding, y Kenesaw Mountain Landis; un gran lanzador, dirigente, propietario, organizador de la liga, zar, todo metido dentro de un solo”.
Una de las contribuciones más importante que Foster hizo al beisbol fue traer respetabilidad a las Ligas Negras. Y Tal y como un cronista deportivo escribió, “Rube Foster era una personalidad creativa”.
ARTURO CARRANZA JR.Muy contento se encuentra nuestro dilecto doctor Vicente Arturo Carranza Fernández por el retorno --desde Mérida, Yucatán--, de su nieto, Arturo Carranza Rochín, quien a pesar de no estar en condiciones de salud, conquistó medallas de plata y bronce en competencias de pista. Lo interesante es que el muchacho combina a la perfección el atletismo –incluyendo volibol—con el béisbol donde es toda una promesa, de modo que desde esta trinchera, va nuestro reconocimiento a su óptimo desarrollo deportivo.
Ah, hoy sigue el drama en NY: Mets/Reales. Esperemos que los anfitriones demuestren por qué llegaron a la World Series, ¿no?
Acá entre nos, como siempre, el deseo es llegar a un séptimo y decisivo juego por todo lo que dimensiona esa confrontación por el banderín otoñal. ¡Al máximo, pues!
Y ahí, que gane el que gane, como de seguro lo dice desde el cielo el inolvidable Yogi.
Foto de Jesus Alberto Rubio Salazar.