Por Jesús Alberto Rubio.
Tuve el privilegio de tratar a Héctor Espino, especialmente en el estadio que lleva su nombre, e incluso convivir en algunas tardeadas con él y otros amigos, todos sus fieles admiradores y pues ya se imaginará cuántos detalles surgidos en esos instantes inolvidables para todos los que le rodeábamos.
Así es, amigos y colegas: momentos inolvidables por todo lo que significaba estar al lado del mejor bateador surgido hasta hoy en México.
Esta mañana recibí llamadas telefónicas de su esposa Carmelita Vázquez y de Héctor Espino Jr., desde Monterrey, y por supuesto compartimos el recuerdo del No. 21 en su aniversario de natalicio.
No quiero extenderme sobre el gran Espino porque colegas y amigos nos enviaron conceptos y expresiones que retratan la grandeza de quien nació un 6 de junio de 1939 en la colonia Dale de la ciudad de Chihuahua.
De los miembros de la Peña Beisbolera de Hermosillo, Ignacio Romero Navarrete, para empezar, recordó que el “Niño Asesino” contribuyó con ocho de los 16 campeonatos de Naranjeros de Hermosillo.
Cuatro albóndigas, igual a…
Por su parte, el ingeniero Juan Antonio Jasso Rodríguez, nos dijo: tratar de agregar algo a Héctor Espino sobre lo que hizo en el beisbol mexicano, se antoja difícil. Todo o casi todo está escrito.
Lo que a veces no se escribe son sus anécdotas.
Recuerdo con Chuy Bustamante nos platicó aquella de cuando fueron a jugar a Mexicali en los setentas.
Nos cuenta Chuy que cuando llegan muy noche a esa ciudad, el hambre les obligó a salir en cuanto dejaron sus cosas en el hotel a buscar una cenaduría, cuando se acordó de una señora que casi siempre tenía que comer.
Llegaron con ella y preguntaron: "¿Tiene algo de cenar?" A lo que la buena señora contestó "solo albóndigas me quedan" y pues pasaron a cenar.
Cuando sirvieron los platos de los comensales, Espino le dice a Chuy: "Indio hasta aquí me dan la base por bolas" ve Chuy el plato y efectivamente le habían servido cuatro albóndigas a Héctor.
Y de esa manera me acuerdo hoy de Héctor Espino en su natalicio, Jesus Alberto.
Órale, ingeniero.
Y sí: cuatro albóndigas, igual a la base por bolas… digo!
Documento de oro
Desde Ensenada, Baja California, Héctor Barrios Fernández, también nos hizo llegar un documento súper que se los recomiendo ampliamente.
De inicio, expresó: hace unos años escribí un artículo sobre Héctor Espino González; aclaro que lamentablemente no cuento con la Guía de la Liga Mexicana del Pacífico más reciente para poner los números al día, de cualquier manera sospecho que no han variado mucho. Con la mejor de las intenciones les comparto.
Hoy en el día del natalicio del gran héroe del béisbol, se le recuerda con admiración y respeto.
Columna completa:
http://beisbolredes.blogspot.mx/
Magnífico, Héctor.
Hay más conceptos en mi Facebook, por si desea leerlos.
¡Valen!
Le advierto que los conceptos los solicité para que me los enviaran a mi correo, pero los publicaron por ahí.
Ni modo, tiempos traen tiempos y pues como que esa red está ganando “las exclusivas”.
Al rato, como buen chavo de la nueva onda –cibernauta, pues-- ya no mandaré la columna por correos –ni por la redbeisbol---, sino más bien por ese tipo de redes.
Caray.
¿Y quién lo recordó…?
Debo señalarlo: no tengo información a la mano en cuanto a si los Sultanes de Monterrey y Naranjeros dedicaron un espacio para recordar y enaltecer el natalicio de Espino.
No necesito decirle que fueron las franquicias, vigentes, que les dio enorme brillo e impacto traducido en triunfos más triunfos por sus batazos productivos de todos calibres.
Alijadores también fue otro de sus grandes equipos, pero esa franquicia no ha vuelto a la actividad en la LMB.
¿Los otros teams…?
Todo indica que la fecha de su aniversario de fallecimiento tiene total importancia sobre lo demás. Pareciera que el nacer, no significa gran cosa.
Y ello, con todo y que su trayectoria, impacto y resultados/estadísticas, además de México, trascendió también en escenarios del Caribe y de Triple A del beisbol organizado de Estados Unidos.
Así las cosas.
CESÁREO SUÁREZ NARANJO:
Efectivamente, Davey Johnson rompió la marca de 42 jonrones para un 2da. base, que había impuesto Rogers Hornsby en 1922.
Y, ¡ni me lo recuerdes! La hazaña, y a la vez tragedia, de Harvey Haddix.
Los 12 hits que sus compañeros le batearon a Lew Burdette...¡no sirvieron para nada!, y a lo ultimo se convirtió en una tragicomedia.
El error de Don Hoak, el sacrificio de Mathews, la base intencional a Aaron, y el jonrón de Adcock,...pero, ¡espere! ¿qué pasó aquí?
¡Que Hank Aaron pensó que la bola había caído adentro, y viendo que Félix Mantilla anotaba, se salió de los senderos, dando con ello que Joe Adcock lo pasara, y que el score quedara solo una a cero.
¡Qué cosas!
Y eso que Haddix sufría de un tremendo resfriado