Por Jesús Alberto Rubio.
Tiene razón, Camilo Varona, desde el solar jarocho: su señor padre, el scout Corito Varona debe ser valorado y considerado por los miembros del Comité Elector del Salón de la Fama del Beisbol profesional de México.
En vida, fue parte de la esencia del beisbol por más de 50 años, ¡nomás!
Corito, con su sistema de scouteo, logró mexicanizar a los entonces Tigres de México que ganaron en la LMB los campeonatos de 1965 y 1966 con una sólida base de jugadores aztecas.
Fue quien firmó a Vicente “Huevo” Romo para los mismos bengaleces capitalinos… y ya sabe qué historia legó al beisbol mexicano, especialmente.
También recomendó a los Tigres en 1961 a Héctor Espino y, antes que Mike Brito, dio el visto bueno a Fernando Valenzuela. Lo recomendó a los Dodgers diciendo se trataba de un prospecto sobresaliente.
En igual forma, recomendó a los Dodgers a Alejo Ahumada, quien llegó a su sucursal en La Florida, pero una lesión en su brazo le impidió seguir en ese beisbol.
Firmó a Miguel Cuellar para los Sugar Kings de La Habana, equipo de la Liga Internacional de clase triple A.
Estos hechos, relevantes, dimensionan al gran Corito que conocí y traté cuando mi estancia en Veracruz en los años 70s´.
Veremos, pues.