Sin duda que toda medida que impida o trate de impedir el que un jugador sea golpeado seriamente es digna de todo encomio, pero, a mi no me convence.

Hace mucho tiempo que comenté que los pitchers de la actualidad no saben caer al terminar de lanzar la bola para el homeplate. Cada quien cae de diferente forma y la mayoría quedan expuestos a ser lastimados.

Traigo a colación de nuevo  lo que nos enseñó Manolo Fortes, aquel ex pelotero cubano que fue lanzador y vino a Los Mochis como coach de Memo Garibay en los 60s, Fortes se quedó a vivir  en esta ciudad y puso su escuela de béisbol y allí estuvimos muchos chamacos  de hace 53 años y  recuerdo bien que a mí me jaló las orejas porque yo levantaba la pierna izquierda al estilo de Juan Marichal y al tirar la bola salía para todos lados menos en zona de strike.

En fin, la cuestión es que nos dijo que el pitcher tiene que caer de frente al home y en posición de short stop para fildear todo lo que vaya por su lugar, así evitará ser golpeado y cortará muchas pelotas que se pueden ir de hit al centerfielder, las cuales convertirá en outs.

Así que aunque  a los pitchers de grandes ligas  les pongan una armadura, ellos serán golpeados si no aprenden a caer, como decía Don Manolo Fortes, R.I.P.

Por otra parte, la modernización que últimamente se le ha aplicado, tampoco me convence, eso de que haya revisiones de jugadas, da margen a que se cometan actos indebidos, ya que al final interviene la voluntad humana para definir una jugada, es decir, que si se equivoca un ampáyer o si se equivoca el juez que califica después de ver las jugadas en cámara lenta y con ángulos más precisos, es lo mismo, y al menos yo he visto dos que tres jugadas que a mi juicio fueron equivocaciones de los ampáyer y de los jueces; doble error.

 

De allí que yo prefiero que lo que marquen los ampáyers en el campo se quede, así se equivoquen. Creo que deshumanizan al béisbol con tantos cambios y al rato se les ocurrirá poner robots a jugar béisbol o a ser  ampayers.