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Historia de la salsa Huichol

BREVE HISTORIA SOBRE EL ORIGEN DE LA “SALSA HUICHOL”, RELATADA POR DON MELQUIADES SÁNCHEZ OROZCO.

Muy interesantes relatos nos cuenta Don Melquiades Sánchez Orozco, en su libro “Tepic ciudad de recuerdos” (2da. Impresión. Septiembre de 2010. Talleres gráficos Escorpio. México D. F.), donde nos inunda de muy gratos recuerdos de nuestra muy querida ciudad capital, sus gentes y sus lugares más concurridos. En su obra, Don Melquiades Sánchez Orozco, nos relata un total de 56 historias sobre aquel ya viejo Tepic de los años 30’ y 40’ del siglo pasado, tan olvidado por todos nosotros los historiadores. “La camotera”, “El Legendario Puente de Puga”, “El Mololoa, rio con historias”, “Aunque usted no lo crea”, y “Gabino, el campeón del tepache”, son tan solo las primeras cinco historias con las que inicia su libro y las va relatando mezclando su vida propia con esos lugares ya detenidos en la eternidad de su memoria. De Don Melquiades es la siguiente historia, que trata sobre aquellos primeros años que dieron origen a tan famosa y exitosa salsa a nivel mundial ¿Para que contarla nosotros con otras palabras, cuando tenemos ya, la de Don Melquiades, tan ricamente relatada? Dejemos pues, que él mismo nos la platique… Comenzamos:

“La salsa utilizada para sazonar las tostadas del portal Vázquez, las de Bartolo y las de las canastas y carretillas ambulantes, la vi aparecer en botellas de vidrio, que se entregaban a unas cuantas tiendas, una de las cuales estaba situada en Veracruz y Miñón, enfrente de lo que entonces era la XERK, en la que ya entonces trabajaba como locutor. Nunca me enteré si el producto estaba conectado directamente con la que procesaba un fotógrafo de Tepic o era algún producto pirata elaborado por un competidor de lo que más tarde fue la Salsa Huichol, ya que hablamos de 1945 y el antecedente de la sabrosa salsa tiene orígenes anteriores, cuando nadie pensaba que se iba a convertir en icono de la gastronomía nayarita”.

“Elaborada primeramente en 1927 con una formula inventada por Don Cayetano López, fue utilizada para aderezar los platillos de su casa y las botanas de un bar de Tepic. La receta la legó a la familia, siendo su hijo Francisco el que allá por 1935,la siguió fabricando como una artesanía y como cortesía para algunos amigos personales y otros que ya la habían saboreado cuando la preparaba su padre. Cinco o diez litros al mes eran suficientes para cubrir ese agasajo”.

“Don Francisco López era un fotógrafo muy conocido y exitoso en Tepic, por lo que nunca pensó en industrializar la salsa, pues estaba dedicado en cuerpo y alma a su negocio que tenía en Emiliano Zapata, entre Puebla y Durango. La fama del sabroso producto llegó a mucha gente de la ciudad, pero el fotógrafo seguía adelante con sus emulsiones de nitrato de plata y sus fórmulas de hiposulfito de sodio, sin sospechar que las formulas serían más tarde con los ingredientes del producto que se iba a disfrutar en todo el mundo, pues a las ventas de exportación se suman ahora las compras de clientes anónimos que la llevan a sus países de origen como un recuerdo de los sabores nayaritas”.

“A principios de los cuarenta, la familia López se fue a vivir por un tiempo a la ciudad de México, donde don Francisco siguió elaborando la salsa para pequeñas entregas domiciliarias, sobre todo entre la paisanada radicada en el Distrito Federal. De regreso en la capital nayarita, en 1947, el ya entonces joven hijo de don Francisco, Roberto López Flores, actual director de la Empresa, entró a trabajar a Tabaco en Rama, de donde fue despedido tiempo después, por un recorte de personal. Y como no hay mal que por bien no venga, el año de 1949, a pesar de haberse quedado también como el que chifló en la loma, dicho muy popular entonces para definir el desamparo, ya sin trabajo y sin la esperanza de hacer carrera, el joven Roberto tuvo que decidir su futuro entre irse a Guadalajara o a México a cursar estudios superiores, que entonces no se daban en Tepic, o condenarse a trabajar en cualquier cosa”.

“Consciente de esta realidad, platicó con su padre y le propuso que comercializaran la salsa, con lo que podrían iniciar un negocio y, de paso, evitar el viaje fuera de la ciudad. Fue entonces cuando se creó la empresa SALSA HUICHOL, S. DE R. L. DE C. V., con la fabulosa cantidad de 40 pesos, que la compañía tabacalera le había dado como indemnización. Fue a lo mejor la suerte, la esperanza para asegurarse un futuro, inspiración dictada desde el mas allá o simplemente uno de esos momentos en que la intuición se pone a trabajar. Lo cierto es que con los cuarenta pesos en la mano, se encaminó al mercado Juan Escutia, al puesto del Sr. Magallanes, a comprar los primeros cinco kilos de chile cascabel”.

“Y aquí surge una cosa curiosa, ¿porqué existiendo el chile cora, se escogió el chile cascabel? ¿Y por qué en Sinaloa, donde se elabora la marca rival, salsa Guacamaya, se usa el chile cora, originario de Nayarit? Misterios cósmicos o cómicos de la gastronomía”.

“El siguiente paso fue la compra de un pequeño molino de nixtamal, de esos de mano, 20 botellas de cerveza para envasar el producto, una vieja taponadora, corcholatas y una bicicleta para el reparto. La venta y la producción crecieron y en 1950 ya se mandaban maquilar los ingredientes en los molinos de tolva de las tortillerías. También se compraron las primeras botellas de vidrio en la fábrica FANAL, S. A., envase que resultaba más exclusivo y barato que las botellas de cerveza. Se mejoró el llenado con unos embudos y una máquina para colocar tapones. Como empaque se utilizaban cartones de aceite que compraban por 15 centavos en las gasolinerías. Pero la tecnología debía de meter su cuchara y no se hicieron esperar otros sorpresivos y veloces avances. En 1967 se compró un molino alemán de alto rendimiento; en 1969 ya se producían 4800 botellas que se empacaban en 200 cartones; en 1970 la producción alcanzaba las 19,200 botellas; en el 72 se contaba con una etiquetadora automática, una orientadora de botellas, una taponadora automática, una armadora de cartón, una empaquetadora y se adoptó el sistema de banda sin fin, como el de las refresqueras. Y asi, a través de los años hasta nuestros días, fue creciendo esta empresa que comenzó en el patio trasero de la casa de la familia López, siguió en Los Fresnos y ahora es una pujante industria en la cercana región de Jalisco, Nayarit”.

“La famosa salsa Huichol, puede agregarse a los negocios que nacieron de una pequeña idea. O de una gran idea”.

“Y don Roberto López, el angustiado joven que en 1949 miraba pintado de negro el futuro, contempla el presente pintado con el bello y picante color rojo de su Salsa Huichol”.

(Enrique S. De Aguinaga Cortés. Historiador-Investigador, Encargado de la Coordinación de Investigación Historica, XL Ayuntamiento de Tepic-SUTSEM).