Esta es una historia digna de contarse, sobre todo por que es un ejemplo de vida, y es algo que da esperanzas a un pueblo que como México pasa en estos momentos por una crisis politica y economica, y en esta narrativa de hace 21 años nos podemos percatar que la vida da muchas vueltas y que la esperanza y la fe no debemos perderla y sobre todo que nuestros gobiernos tan criticados han hecho cosas muy valiosas, que personas como la que nos narra parte de su vida, ha sabido valorar en su exacta dimensión y agradecerlas al gobierno, porque cambió radicalmente su vida para bien, así como para miles de personas que viven hoy mismo, las que van a nacer en los años por venir y tambien afectaron a las personas que ya duermen el sueño eterno.
Vale un potosí la lectura de la narración que a continuación ponemos a su consideración:
Mi nombre es: Trinidad Baldenebro Vda. de Miranda, soy pensionada por viudez, tengo 65 años, nací en un pueblito llamado La Cumbrita, Chihuahua, de ese lugar, casi no recuerdo nada, solo que en casa donde vivíamos mis padres, dos hermanas, un hermanito y yo, había muchas plantas de café, a mí me gustaba comerme las bolitas rojas que da el árbol - cuando ya está madurando- es dulce, después esas bolitas las poníamos a secar; luego que estaban secas; mi Madre las tostaba y las molía para después hacer un caté colado delicioso.
En aquel pueblo, no había escuelas; mi madre nos enseñaba a leer y a escribir, no había ningún lugar donde jugar, nada más había un arroyuelo que pasaba por el centro del pueblo en donde nos divertíamos todos los niños jugando en el agua y pasando por encima de las piedras que eran muy grandes. De este lugar nos trasladamos a otro llamado " Calabacillas ", Chihuahua, dicho lugar era un mineral que trabajaban unos norteamericanos, mi padre y su hermano pusieron una tienda de abarrotes y allí, mi madre, ayudaba a mi Padre y a mi tío a vender y a cuidar lo que allí se vendía. Lo más admirable era que mi padre ': no sabía ni poner su nombre, no había aprendido a leer ni a escribir. También compraba bolas de oro, él sabía sacar hasta los miligramos, tenía una balancita y a pura memoria sacaba las cuentas de lo que valía cada bolita de oro. Era un comerciante extraordinario, compraba y vendía sin que se le dificultara por no saber una letra.
Mi padre fue huérfano desde niño de padre y madre, creció con sus hermanas y hermanos que fiaron quince, los mayores maltrataban a los más chicos, los mandaban a traer un animal que se extraviaba y les decían:..... “si no lo encuentras, no vengas ".....
Si se hacía de noche ahí se quedaban en el campo, en alguna cueva se dormían, a veces les llovía, se les secaba la ropa en el cuerpo con el sol, y así sucesivamente, ellos seguían buscando el animal ya fuera una vaca o un toro, o un caballo; tenían que traerlo, porque de lo contrario; los castigaban brutalmente, pegándoles con un látigo y también hincándolos en maíz o piedritas, fue muy triste la infancia de mi padre.
En cuanto pudo, empezó a salir a vender mercancía y todo lo que podía, no tenía mucho dinero, pero era inteligente y se dio cuenta que era buen negocio el comercio, así conoció a mi madre que vivía en Sinaloa de Leyva, como él era de Chihuahua tuvo muchos problemas para contraer matrimonio con ella, los familiares y la gente no lo querían por no ser de la región, pero rni abuela materna y mis tíos si lo querían, también mi madre era huérfana de padre y por eso mis tíos y-mi abuela aceptaron la boda.
De Sinaloa se fueron a "La Cumbrita", que fue donde yo nací, después a "Calabacillas" como dije antes, ahí mis padres ganaron buen dinero, pero tuvimos la desgracia de perder al único baroncito, mi hermanito que tenía tres años, tres días de nacido. Mis padres y Amigos de la familia lo adoraban porque él se daba a querer con todo el mundo, recuerdo a mi hermanito Panchito, tenía su cabello color oro, ya ayudaba en la tienda, sabía dar feria- mis padres dijeron que él no era para este mundo, era un ángel y como tal; Dios se lo llevó. Fue entonces. cuando mi padre decidió irse de Calabacillas, compró un Rancho con huertas y terrenos, me acuerdo de todo, yo tenía cinco años de edad, el rancho se llamaba Los Limones estaba en el estado de Chihuahua, mi padre hizo de él un paraíso, compró vacas, caballos, puercos y puso una engorda de puercos, también teníamos muchos enjambres de abejas llenábamos barriles de miel, -- esa miel se guarda y se hace azúcar - teníamos miel de colores y de colmena.
Mi padre era muy trabajador también plantó caña formó cañaverales, mandó a hacer un molino de madera con tres bolillos. Dos chicos y uno grande, allí molían la caña; abajo estaba una canoa donde caía la miel de la caña, después de ahí se llevaba a un cazo enorme de cobre donde se ponía en el fuego, cle esa miel sacábamos aguamiel, norote, melcocha y panocha, así se le llamaba en esa época a lo que hoy es piloncillo aquí en Sinaloa.
Pero a qué no saben ustedes? .... ¿Con qué le daban vueltas al molino?’.... con dos bueyes o dos mulas y una persona que los arriaba; caminaban lentamente hasta que caía la noche. “Esta rnolienda " como le llamaban en aquel tiempo, duraba de quince a veinte días, a veces más; toda la gente de los ranchos cercanos llegaban a ella a comprar lo que ahí se fabricaba.
También teníamos tienda de todo en general. Recuerdo a un señor que era muy chistoso y cafesero y le decía a mi madre: '" Doña Lupita, vengo por café porque el día que yo no tomo café, el sol para mí no alumbrará " esto es verídico )'o tengo estas vivencias de ni niñez, también recuerdo que yo le ayudaba a mi padre, yo guiaba los bueyes cuando sembraba maíz en las lomas, él hacía un agujero le echaba dos o tres granos de maíz v luego lo tapaba con un pie; también sembrábamos frijol de verano yo lo regaba, como él no tenía hijos varones yo era su hija mayor la que le ayudaba en todo lo que podía también en la ordeña de las vacas y cabras.Mi padre era increíble, iba a otros lugares a vender mercancía, y hacia trueques por vacas, becerros, vaquillas, cabras y recuerdo también que un día llegó como con cincuenta cabras entre grandes y chicas. Después no hallábamos qué hacer con esos animales tan dañinos, hasta que un día mi padre se enfadó de ver que no sabía qué hacer con las cabras, se subían a las trincheras de piedra, que mi padre hacía, y que servían como cerco a las huertas, los cañaverales, los platanales, entonces no tuvo más remedio que venderlas. Seguimos criando ganado, o sea, vacas, Toros, becerros y cuando ya crecían ni padre cambiaba todo lo chico por vacas para ordeña
Lo más grande que hizo mi padre fue una presa para almacenar agua, y plantó naranjos, estaban junto a la casa en un terreno especie de lomita; de ahí seguía una huerta de naranjos, cerca de la casa, había una higuera y en la raíz de ella salió un manantial, entonces mi padre hizo una presita y más abajo puso otra huerta y un platanal que regábamos con el agua del manantial, como aquella agua no era suficiente para todo lo que teníamos que regar, mi padre hizo un estudio de nivelación. Por abajo de donde vivíamos, pasaba un arroyo, mi padre pensó que podría traer el agua a la casa, para pronto se puso a trabajar, metió gente, para hacer otra presa -- como Dios le dio a entender -- recuerdo que pegado a un cerro hizo calzadas de piedra v tierra, no pasó mucho tiempo para cuando ya teníamos el agua en la casa, entonces ya pudimos sembrar: hortalizas, quelite de linaza, calabazas, frijol todo lo que podíamos para comer allí no había hambre, rni padre mataba un becerro secaba la carne los huesos y siempre había mucho que comer en casa, teníamos: gallinas, y pollos, yo cortaba brazadas de caña roja y toda la familia nos sentábamos a comerla y por la mañana cortaba una cubeta de naranjas, hacíamos una jarrilla de jugo así vivíamos hasta que un día, mi padre se enfermó, fue con un médico que vivía muy lejos; como a dos días de camino a caballo, el doctor le dijo que estaba diabético y por lo tanto le quitó muchas cosas de comer o sea que lo puso a dieta, pero como estaba acostumbrado a comer lo que él quería no hizo caso, y a los treinta y cinco años murió. Dejándonos solas a mi madre, y a tres hijas mujeres; ya se imaginarán el desastre que se ocasionó por la muerte de mi padre, él antes de morir tuvo tiempo de hacer testamento nos dejó una huerta a cada una de sus hijas todo lo demás a mi madre.
Dejó a uno de sus hermanos unos delos mayores en el que el confiaba a cargo de nosotros como tutor; pero como mi madre se enfermó se fracturó una pierna una de las veces que fue a cobrar a unos mineros de los que le debían a mi padre, el caballo se asustó y tumbó a mi pobre madre.
Con el fin de que mi madre se curara y nosotros pudiéramos estudiar, mi tío el tutor recomendó que nos fuéramos a otro lugar mejor. Recuerdo que traíamos diez bestias. unas cargándonos a nosotros y otras con las cosas que pudimos traer, pasando ríos, subiendo y bajando cerros, nos quedábamos a dormir a veces en los desiertos, Se oían lo animales feroces, -- pero Dios nos cuidó y felizmente llegamos a Toro, municipio de Choix,Sinaloa. Fue larga la jornada, duramos ocho días caminando desde el amanecer hasta el anochecer, yo tenía como trece años y empezamos una vida nueva en aquel lugar que era muy bonito, había escuela, iglesia, un patio grande en medio del pueblo y tenían dos tradiciones los días 2 de noviembre y el sábado de Gloria.
En noviembre se llenaba de vendedores ambulantes que llegaban de todas partes, recuerdo que me gustaba ir a la fiesta a escuchar a la Banda de Mochicahui,Sinaloa y tocaba tan bonito que hasta los viejitos se ponían a bailar, era una sola noche pero inolvidable para los habitantes del pueblo. Se nos hacía largo el año para que llegara el dos de Noviembre de nuevo.
Luego seguía la fiesta del Sábado de Gloria, hacían una semejanza de cuando crucificaron a Jesucristo, toda la Semana Santa era dc fiesta para los fariseos y las personas que asistían a ella bailaban la Danza del Venado " se ponían unas cosas en las piernas llamadas tenabaris, eran como sonajas y también usaban máscaras de cuero de animales en la cara, son horribles los llamados fariseos. Llegaba el sábado de gloria hacían un mono: lo quemaban, decían que era "Judas" el que entregó a Jesús, cantaban gloria y por la noche un gran baile con la mejor música de la región, muchos señores bailaban los caballos al compás de la música era divertido para nosotros porque cada año se hacia esta fiesta y no veíamos mas que dos fiestas ésta y la del dos de Noviembre.
El pueblo de Toro era muy viejo, había casas muy grandes de los ricos ganaderos que ahí vivían, hacían trabajar a la gente por cualquier cosa, lo que les daba la gana les pagaban, platicaban varias Personas de la tercera edad -- que la mayoría de la gente era " tan pobre " que apenas compraban: un litro de leche y maíz para las tortillas, las parejas que tenían muchos hijos, les daban media taza con leche ahí le ponían sal y sopeaba la tortilla con aquella lechita, ese era su desayuno.
Para darles de comer bien se iban las mujeres a juntar quelites de bledo, verdolagas, calabacitas, esto era en tiempo de lluvias porque cuando no llovía ni eso comían, Así que a la gente pobre en ese pueblo no tenían para comer y así vivían; se iban al río o a las norias de los ricos para pedir ese líquido tan importante en Ia vida del hombre.
¡Ah! se me olvidaba, lo que había rnucho eran liebres y conejos también servían para alimento de la gente, lo que se cultivaba mucho era la sandía, se regaba con el agua dcl río, con cubetas las llevaban a los veranos, así le llamaban a los sembradíos de sandía.
Esto era bonito para los habitantes del pueblo ir al río a bañarse y de ahí a comprar sandías frescas, comíamos hasta ya no poder casi las regalaban los pobres veraneros, pero era una manera de ayudar a la gente, de todas formas todos éramos felices, de hambre nadie se moría; también había " gente buena " que ayudaba a los pobres, así era la vida de los habitantes de Toro Choix, Sinaloa.
Luego llegó una Comisión mandada por el Gobierno del D.F. fue en el año 1953 empezaron a visitar todas las viviendas, diciendo que nos iban a sacar a otro lugar y también que nos volverían el terreno y pagarían las casas. Así fue todo, pagaron pero al precio que quisieron no al precio que valían en realidad nuestras casas, pronto empezaron a pagar y a sacar a todos los habitantes de Toro y todos los que estaban en el vaso de la presa que ahora es: Miguel Hidalgo", El Fuerte Sinaloa.
El pueblo de Toro quedó como lugar muy bajo cerca del Río a 40 Metros de profundidad, cerca del río Fuerte así que nosotros fuimos los primeros en salir de allí porque nos llegó el agua muy pronto, nos trajeron a este Pueblo donde vivimos llamado "General JUAN JOSÉ RÍOS, Sinaloa". Fue muy grande la lucha para formar nuestro hogar " ya nada fue igual (para las personas que teníamos animalitos), no sufríamos hambre, nada de eso pudimos traer.
Es verdad, el Gobierno nos mejoró en cuanto a las tierras de riego que nos volvió, aquellas eran de temporal y también por otra parte, aquí pudimos educar a nuestros hijos, humildemente a como pudimos y por fortuna aquí tenemos varias escuelas, también escuela de Agronomía, ‘solo las personas que son perezosas, no estudian.
Porque como dije antes, agradecemos al Gobierno que nos haya sacado de aquel pueblo, fue un gran bienestar para todos los que aquí estamos en Gral. Juan José Ríos, a Dios Gracias y al Gobierno de México.
Tenemos beneficios, múltiples y los de la tercera edad somos felices con nuestras familias y también con el Movimiento Unificador Nacional de Jubilados y Pensionados aquí en General Juan José Ríos; tenemos mucho que agradecerles, por atender nuestras peticiones, por ser tan hermanables, nos llevan: a paseos a diferentes lugares, convivimos, jugamos, dibujamos, bailamos, todo es alegría cuando salimos se nos olvidan los problemas.
En Juan José Ríos, también aquí hay tradiciones igual que en el pueblo de Toro Choix, Sin., festejan la Semana Santa, aquí tenemos al Señor-Jesucristo de cuerpo entero crucificado y a la virgen de los Dolores también de cuerpo entero, es Ia misma iglesia que tentarnos en el pueblo de Toro y por lo tanto se hacen los mismos festejos tradicionales. Otra fiesta tradicional tenemos que tenemos en Gral. Juan José Ríos cada aniversario de su fundación, durante tres días la fiesta no para, hay jaripeos, carreras de caballos y por las noches bailes con las mejores Bandas Sinaloenses y artistas locales.
Todos los habitantes llevan a sus niños a los juegos mecánicos y la diversión es grande en el pueblo cada año y, se corona a la reina del Ejido, que es paseada en los carros alegóricos en fin, muchas cosas más tenemos. Gracias a Dios, el gobierno nos sacó de aquellos lugares y hoy somos ya una ciudad que crece todos los días y sus hijos, tienen una diaria superación y segura estoy, que pronto, seremos tan importantes como Guasave y Los Mochis, nuestros vecinos.
TRINIDAD BALDENEBRO VDA.DE MIRANDA.
CALLE TERCERA, AVENIDA SINALOITA NUM. 299
GRAL. JUAN JOSE RÍOS, SINALOA.