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BACHOMO, UN SIGLO DESPUÉS.

 


Hoy 24 de octubre de 2016, se cumple un siglo después de que Felipe Aki Bachomo, héroe yoreme, fue fusilado en Los Mochis, Sinaloa, por la única razón de pelear la devolución de las tierras, aguas y montes, pertenecientes a los indígenas que vivieron en lo que hoy se conoce como valle del Fuerte, valle del Carrizo y valle de Guasave. Propiedades que mucho antes de que llegaran los españoles a  conquistar a esta región, usufructuaban los ancestros indígenas, las cuales, les fueron robadas “legalmente” por el hombre blanco y barbado y posteriormente por los descendientes de estos.


Felipe, encabezó a un  ejército integrado sólo por indígenas mayos y mestizos descendientes de ellos, durante la revolución de 1910, en la que participó por las mismas ideas de Emiliano Zapata, quien en el sur de México hizo lo mismo que Bachomo, pero, al dividirse los revolucionarios en Carrancistas y Villistas, los encuentros entre ellos, fueron los que sustituyeron los que antes eran contra las tropas del gobierno federal.

Las tropas carrancistas capturaron a Juan Banderas y a Felipe Aki Bachomo,cuando iban a reunirse a las tropas villistas en la sierra Madre Occidental en territorio de Chihuahua, pero, fue gracias a que Juan Banderas pactó con los carrancistas entregarse él y Felipe, a condición de que los indultaran, lo cual cumplieron con Banderas, pero, se infiere que Benjamín Johnston intervino para que Bachomo fuera castigado, ya que sus indígenas habían saqueado varias veces sus propiedades y, habían matado a varios civiles mochitenses entre los cuales estaban algunos norteamericanos que laboraban para el ingenio del yankee.

Como una forma de escarmentar a los indígenas que anduvieron con Bachomo, se cuenta que pidió a sus amigos del gobierno, que se fusilara en Los Mochis, Sinaloa, por lo cual, después de hacer un simulacro de juicio militar  en Culiacán,  fue declarado culpable de una sarta de cargos, por actos vandálicos en los que ni siquiera participó, ya que las peores cosas sucedieron cuando Banderas iba al frente de las tropas villistas, que hicieron “un matasahui” en, la región norte de Sinaloa y en Mopas, Sonora, ya en la  sierra.

Antes por sus méritos militares, el general  Francisco Villa, le dio a Juan Banderas, “El agachado”, el mando de varias Brigadas de su ejército, incorporándolas a su División, para que comandara el ataque a los carrancistas en Sinaloa, simultáneamente al ataque que él, encabezó en Sonora, en lo que fue la última ofensiva del ejército regular villista, antes de pasar en 1916, a desarrollar una campaña guerrillera.

Banderas decidió rendirse junto con el general Felipe Aki Bachomo en Movas, a principios de enero de 1916, después de sus derrotas en el norte de Sinaloa y por haber perdido toda esperanza en el triunfo de la causa convencionista, al enterarse que el general Villa se retiraba de Sonora derrotado y que se habían rendido los generales maytorenistas, que mandaban las fuerzas de la Convención en Sonora.

Llega pues de Culiacán Bachomo en un tren militar y en Los Mochis ya el pueblo lo esperaba, unos con sed de venganza pues les habían matado a familiares, y los indígenas porque planeaban rescatar a su héroe; al final, como ya se sabe, fue bajado del furgón que lo transportaba y lo hicieron caminar hasta donde estaba la fosa cavada ex profeso para que al fusilarlo y ya difunto tirarlo a ella y allí enterrarlo, como así fue. Para unos fue día de fiesta, para los indígenas un día negro e inolvidable.



Para los que llevamos sangre indígena, Felipe Aki Bachomo, fue un héroe, al mismo nivel que Emiliano Zapata y tanto para uno como para el otro se han tejido muchas  leyendas, que han permitido que los ideales de ambos sigan latentes  entre los hombres del medio rural de México; de Felipe se sabe que sus restos mortuorios fueron sacados de la fosa en donde quedó al ser fusilado y, llevado a un lugar que aun hoy es un misterio, los indígenas han guardado el secreto ya un siglo, y seguirán vacilando a los yoris que quieren conocer el destino final de la osamenta del caudillo yoreme, eso lo sabrán sólo los indígenas, y no todos.




La Comisión de Historia y Cultura de Los Mochis, A.C. que preside el Lic. José Armando Infante Fierro, hizo las gestiones necesarias para que se hiciera un homenaje a Felipe “Misi”  Aki Bachomo en esta fecha, y hoy y mañana se están celebrando las actividades programadas, con la participación de las autoridades municipales.

 

 

 

 

" El indio sabe esperar y aguardará la hora de la justicia todo el tiempo que sea necesario. Confía en lo profundo de su subconsciente colectivo, en que algo ocurrirá algún día; algo así como un milagro, la aparición de un caudillo de su raza que lo restablecerá en sus derechos y en la posesión del patrimonio de sus mayores. La vida de los indios está hecha de paciencia, silencio y eternidad. Su noción del tiempo no es la nuestra: nosotros lo medimos en minutos y ellos lo computan en siglos"

Mario Gill ( 1983)

 

 

Para los indígenas del norte de Sinaloa, Felipe Aki Bachomo, alías El Misi, que en la lengua yoreme significa gato, vive en algun lugar desde donde los cuida, y duerme tranquilo esperando el momento de volver   para dar culminación satisfactoria a sus ideales, que lo robado a ellos por los yoris, vuelva a sus legitimos dueños; los yoremes.

 

 

 

 

“ Juneli cotze ju misi” ….”Está dormido el gato”